Fernando Larenas. Redacción Quito
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Brasil, Argentina y sus riesgos

No hay peor fantasma para argentinos y brasileños que el fenómeno de la hiperinflación, que sufrieron sus economías durante largos y reiterativos períodos en el siglo XX, que estuvieron marcados también por convulsiones sociales e inestabilidad política.

Son los principales socios del Mercosur, las mayores economías de América Latina, se han disputado siempre el liderazgo, sin embargo, después de períodos de estabilidad vuelven a ser sacudidos por la eventualidad de una recesión, tal como lo advirtió la semana pasada The Wall Street Journal (WSJ), uno de los principales referentes en materia económica, al analizar la situación brasileña.

Los analistas prevén que Brasil pudiera crecer este año apenas el 1,5%, luego de una expansión calculada en apenas 2,3% en el 2013. El último trimestre del año pasado la economía brasileña registró un crecimiento negativo de 0,5% y eso encendió las alarmas. Períodos similares sin crecimiento pueden llevar a cualquier economía a una recesión, de acuerdo con el análisis de WSJ.

La alerta sobre el peor momento de la economía y sus condiciones adversas, al interior de Brasil, pero también frente a los escenarios nada halagadores que muestra la economía mundial, coinciden con la pretensión de la presidenta Dilma Rousseff de presentarse para una reelección que no parece tan fácil. Brasil, un país económicamente emergente, dista mucho de otros mercados similares como China y la India, que siguen creciendo en forma dinámica, aunque no tanto como en años pasados, advierte WSJ. En la CBN, una radioemisora brasileña hablada, que transmite noticias y comentarios las 24 horas del día, las audiencias preguntaban si Brasil no está siguiendo el camino de Argentina en materia de hiperinflación. Los analistas dieron un categórico no y recordaron que el gobierno de Cristina Fernández utiliza un cuestionado sistema para medir el índice de precios al consumidor.

Frente a esa inquietud que surge en Brasil, LÍDERES consultó al director de Infobae América, Jorge Heili: "Sí, absolutamente, aunque las medidas recientemente tomadas enfriaron esa posibilidad, pero no la eliminaron". A criterio de Heili, el riesgo de una hiperinflación está dado por algunos fenómenos: la emisión de pesos que el Banco Central sigue ejecutando por orden del Tesoro Nacional para financiar un déficit fiscal (que está entre el 3% y 5% del PIB), el Gobierno está decidido a no bajar el gasto público, sigue anunciando más gasto social, como el Plan Progresar para los Ni-Ni, un incremento de jubilaciones del 11% y un próximo aumento de 23% a 25% del salario de los empleados estatales. El periodista argentino explica el significado de los Ni-Ni: "Ni trabajan ni estudian".

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) tomó la decisión hace un mes de subir en 10 puntos la tasa de interés. Así, los depósitos a plazo, que daban una tasa de rentabilidad muy negativa (del 19% anual con inflación estimada en 30%), ahora, explica Heili, "si pones un dinero en el banco te ofrecen 29% anual. Esto provocó un efecto de inmovilización de pesos".

El BCRA puso en marcha otro mecanismo para captar los pesos de grandes jugadores. Lanzó las Lebac, unas letras que pagan 29% anual por colocaciones a 30 o 90 días. La subida de tasas que impuso el Central hizo que quienes tienen pesos y no pueden comprar dólares de manera legal por las restricciones impuestas encontraran allí un instrumento para cubrirse de la inflación. Los mismos bancos las compran, porque son una garantía contra la inflación.

El Gobierno de Buenos Aires devaluó el peso en 20% en un día durante enero, eso provocó una fuerte zozobra en el mercado financiero y fueron casi dos semanas de preocupación y riesgo de colapso, pero este Gobierno tiene suerte "en el mismo momento se dieron los cimbronazos de Turquía, Brasil y la depreciación del peso chileno, con lo cual dibujaron que todo era producto del mito que le metieron a la sociedad: que el mundo está en crisis y eso nos afecta", anota el periodista de Infobae América.

Heili aterriza en la posibilidad del fenómeno que preocupa a cualquier economía: "Un posible disparador de una hiperinflación sería la presión de los sindicatos por los aumentos salariales. El Gobierno pretende incrementos de hasta 25%, los gremios quieren entre 35 y 60%. Si terminan acordando montos superiores al 25%, hay una posibilidad real de que se acentúe la tasa de inflación y la disparada del dólar".

De crisis en crisis

  • Argentina.  Si la tasa de emisión no se recorta, si el gasto público no se baja y los salarios suben sobre el 30%, la perspectiva es una inflación fuera de control, que podría ser del 60% en Argentina.
  • En Brasil.  Las ventas minoristas subieron apenas el 4% en el 2013, lo cual permite suponer que Brasil ya no podrá depender del consumo interno para impulsar su expansión económica.
  • Los efectos.  El fenómeno del 'corralito' fue una incautación que dejó traumas en la sociedad argentina; Brasil experimentó varios planes en su economía hasta llegar al Plan Real, que en la actualidad sostiene a su economía.