Carla Tama, propietaria de B-Kid, en el área de juegos para niños Foto: María Isabel Valarezo / LÍDERES
Redacción Quito (I)
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Diversión para padres e hijos en un solo sitio

Que los niños jueguen, mientras los padres mantienen reuniones de trabajo suena utópico. Pero ahora existe un espacio que lo permite.

B-Kid es un espacio pensado en combinar la diversión de los pequeños con actividades de padres. Carla Tama, propietaria de este negocio, ideó esta iniciativa que funciona en Cumbayá.

El negocio abrió sus puertas en enero de este año y está ubicado en el centro comercial Plaza del Rancho; para su operación fue necesaria una inversión de aproximadamente USD 40 000 entre infraestructura y equipamiento.

La idea surgió cuando Tama buscaba centros de diversiones para llevar a sus dos hijos y no encontraba más que restaurantes con áreas infantiles.

Tras un análisis de mercado, Tama puso en marcha su idea y así nació B-Kid. La propietaria describe a este lugar como un centro de diversiones donde un niño puede ser lo que es; por eso el nombre del negocio, que traducido al español significa "Ser niño".

B-Kid cuenta con tres áreas internas para niños, niñas y bebés; además tiene una área externa con juegos de madera. En el interior está el espacio dedicado para los padres: una cafetería en la que pueden consumir 'snacks' de sal y de dulce y bebidas mientras esperan.

Carolina González lleva a sus hijos una vez por semana a B-Kid desde que abrió sus puertas. Ella cree que los costos son accesibles y el servicio es excelente: "Mis hijos van felices y yo puedo distraerme un momento, incluso hacer reuniones de trabajo". González es propietaria de una escuela de Danza y las veces que no tiene con quién dejar a los niños en casa programa reuniones en las instalaciones de B-Kid.

Este emprendimiento cuenta con seis empleados, cuatro para el cuidado de los niños y dos para la atención en la cafetería.

El primer servicio cuesta USD 8 las dos horas y está dirigido al estrato socioeconómico medio alto por la ubicación del lugar. Y si los padres de los menores les acompañan la entrada de ellos no tiene valor, pero sí el consumo en la cafetería que oferta desde pizza y helados hasta vinos y cervezas.

A diario llegan alrededor de 15 niños, de Quito y Cumbayá. Una de ellas es Doménica, quien va junto a su madre Paula Castro. Ella considera que B-Kid es un espacio familiar donde el entretenimiento y el cuidado es personalizado y el precio es razonable.

Otro de los servicios que brinda este centro de diversiones son fiestas infantiles temáticas y cursos vacacionales donde se dictan clases de manualidades, zumba kids, danza y cocina. Además, rescatan juegos tradicionales al aire libre como la rayuela y las ollitas. Estos cursos tienen una duración de una semana.

En el futuro, Tama busca expandir los servicios de su negocio a otras ciudades del Ecuador.

USD 10 000 factura B-Kid al mes este emprendimiento