Argentina se radicaliza tras una década

La política económica en Argentina lleva la misma línea ya una década. Desde el 2003, los Kirchner (primero Néstor y luego su esposa, Cristina) tomaron las riendas del país y no las han soltado. La toma del poder por parte de la pareja se dio en un escenario favorable de recuperación económica, muy común en los ciclos económicos, después de la profunda crisis financiera y social vivida por ese país entre 1998 y el 2002.

La fórmula aplicada para alentar la expansión de la economía fue simple en su forma: incrementar el consumo. Con ese paraguas, desde las diferentes aristas de política económica se fueron engranando las diversas estrategias de política económica. Y en este escenario, el control de la divisa fue clave para que el Estado participara y definiera el horizonte en el mercado cambiario.

Esto, según el economista argentino Alberto Carrizo, permitió impulsar las exportaciones (vía devaluaciones controladas), controlar la salida de dólares del país, incrementar el gasto público, etc.

"Considero que fueron medidas acertadas en su momento. Pero hoy, la permanente incursión estatal en las actividades privadas y hasta personales está pasando factura a los argentinos. ¿Estamos bien? Y bueno, depende. Al corto plazo, quizás sí. A largo plazo, parece que no tanto", sostiene el especialista.

Pero la presidenta Kirchner se vanagloria de los éxitos de los últimos diez años y enfiló principalmente contra la administración de la deuda externa. "Argentina está dispuesta a pagar, pero solo en las mismas condiciones aceptadas por los acreedores que adhirieron a las reestructuraciones de deuda del 2005 y 2010". También reivindicó medidas adoptadas como la nacionalización de los fondos de jubilación y pensión y la expropiación de filiales multinacionales.

Esto, para Carrizo, es un mensaje claro de la radicalización del discurso socialista, que ha venido paulatinamente en aumento desde que están los Kirchner.


La receta

Manejo cambiario. Los argentinos deben reportar el origen y el destino de los dólares en su poder. Así se quiere evitar la salida de divisas.

Control de precios. Menores ganancias para los productores. El control en los mercados causa desabastecimientos.

Nacionalización. Empieza la nacionalización de empresas que supuestamente incumplen, como la petrolera YPF.

Manejo de recursos.  Control estatal sobre los recursos naturales y estratégicos, con fines ambientales y financieros.

Comercio exterior. Devaluaciones permanentes que abren conflictos comerciales con naciones vecinas.