La industria se mantiene en incertidumbre

La situación

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cuya gestión enfrenta críticas por el lento crecimiento del PIB y la alta inflación del país, aseguró que cambiará su equipo económico si es reelegida en los comicios de octubre.

La principal rival de Rousseff en las elecciones, la ecologista Marina Silva, había acusado a la Mandataria de no admitir sus errores y no cumplir con su promesa de conducir el país al crecimiento.

Pero en medio de ese entorno político, el Banco Central decidió la semana pasada mantener la tasa de interés anual en el 11%. La recesión técnica que atraviesa la economía brasileña sugería recortes en la tasa de interés para favorecer el acceso al crédito y estimular el consumo.

Para la Confederación Nacional de la Industria de Brasil (CNI), mantener las tasas altas sigue perjudicando el desempeño de la economía del país. "La decisión de mantener la tasa en 11% prolonga las dificultades para la industria brasileña y retomar la actividad productiva. Defendemos la reducción gradual de las tasas, lo que posibilitará retomar las inversiones, aumentar el consumo y retomar el crecimiento de la industria brasileña", indicó la CNI en un comunicado.

En un país de más de 200 millones de habitantes, donde el consumo es un importante motor de crecimiento, el Banco Central inició en agosto del 2011 un ciclo de expansión monetaria que llevó la tasa de interés a un mínimo histórico de 7,25% un año más tarde. Pero en abril del 2013 dio marcha atrás e inició el ajuste para frenar el incremento de la inflación.

Pero las malas noticias no dan tregua a la economía de Brasil. Tras entrar en recesión técnica, nuevas cifras revelan que el sector industrial del país perdió competitividad, y entre enero y julio de este año el volumen de inversiones extranjeras se redujo ocho puntos en comparación con el mismo período de 2013. Del 32,08% recibido en el primer semestre del año pasado, cayó al 25,09%. De acuerdo con un artículo publicado en el periódico O Estado de San Pablo, es la participación más baja desde 2000. En valores, la industria brasileña recibió USD 8 013 millones este año, el monto más bajo desde el 2008 (7 733 millones).

Entre los motivos de pérdida de competitividad del sector, en cambio, se encuentran la elevada carga tributaria, la infraestructura deficiente, el alto costo del capital y el tipo de cambio.

Arthur Barrionuevo Filho, economista de la Fundación Getulio Vargas, explicó a El Mercurio de Chile (GDA), las causas de la recesión. "La crisis internacional ha afectado a Brasil, porque bajaron los precios de sus commodities, el Gobierno no ha mejorado la infraestructura y el salario mínimo creció más que la productividad del trabajo". Añadió que el Gobierno dejó a un lado la necesidad de atraer mayor inversión extranjera y estimuló en demasía la demanda interna.

Uno de los sectores que asimila el efecto de la recesión en Brasil es el automotor. "A través del sector automotriz, estamos viendo recortes, descansos y vacaciones forzadas, pero al mismo tiempo los fabricantes no han dejado de repatriar utilidades a sus oficinas matrices en sus respectivos países," dijo Antônio Ferreira de Barros, del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos, en un comentario sobre las acciones de GM, difundidos por la publicación El Financiero de México.

De todas maneras, los analistas creen que la incertidumbre real para saber qué pasará con el futuro económico de Brasil se centran en las elecciones del 5 de octubre. Los inversionistas están esperando a ver quién ganará y qué tipo de personas colocará el ganador en las posiciones financieras clave, tales como el Banco Central y el Ministerio de Finanzas.

1,8% es la nueva meta de crecimiento oficial para el 2014; a inicios de año fue 2,5%