El impacto del Metro será menor

La infraestructura actual del sistema eléctrico que abastece de electricidad a Quito, no está en capacidad de satisfacer los requerimientos de energía del Metro. Por este motivo, la entidad municipal trabaja con la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), para satisfacer los requerimientos, cuando el Metro opere, en el 2017, según las previsiones.

Édgar Jácome, gerente del Metro de Quito, sostiene que en una situación normal, este sistema de transporte requerirá de 45 megavatios de potencia. Y que en un caso extremo, es decir si todas las unidades operarán al mismo tiempo, demandará 70 megavatios.

En cuanto al consumo de energía se calcula que en el primer año se demandarán 105 gigavatios/horas al año. El consumo incrementará a 120 gigavatios en unos 20 años de operación, dice Jácome, porque aumentará la demanda de pasajeros y eso implica más trenes (en principio operarán 16).

Otro dato que revela el funcionario es que Quito consume unos 4 000 gigavatios/hora al año. "Entonces, si tomamos los 105 gigavatios que consumiría el Metro, significaría que el consumo sería de un 2,6% del total de la ciudad. Por eso, no causará efectos negativos".

El sistema de transporte tiene previsto recibir energía de la EEQ, a través de cuatro subestaciones: Eugenio Espejo, Chilibulo, Vicentina y una cuarta que está en proceso de instalación en el sector de El Labrador, en el norte de la ciudad.

Jácome añade que la inversión que se hace en la parte eléctrica, de parte de la empresa Metro de Quito, es de unos USD 35 millones.