María Eugenia Puente llevó adelante con la empresa Ecuambiente actividades de reforestación en comunidades del país y fomentó la educación ambiental en las escuelas. Fotos: Eduardo Terán / LÍDERES y archivo particular

María Eugenia Puente llevó adelante con la empresa Ecuambiente actividades de reforestación en comunidades del país y fomentó la educación ambiental en las escuelas. Fotos: Eduardo Terán / LÍDERES y archivo particular

El trabajo ambiental, la mayor pasión de esta mujer

25 de septiembre de 2017 15:49

Hace 30 años, María Eugenia Puente lideró a un grupo de 25 hombres (entre especialistas, asistentes y guías nativos)en la primera expedición científica al Parque Nacional Yasuní.

Fue el primer estudio de impacto ambiental para el desarrollo hidrocarburífero en el área del Yasuní, consultoría que realizó para las petroleras Cía. ELF Aquitaine, de Francia, y ConocoPhillips, de Estados Unidos.

“La riqueza de la selva amazónica me atrapó, me enamoró, se convirtió en mi pasión”, recuerda y se emociona al recordar esa primera expedición de 20 días al Yasuní, que describe como una experiencia de sobrevivencia.

A María Eugenia Puente la biodiversidad del Ecuador la cautivó desde niña. Sus recuerdos de infancia la trasladan a la hacienda Pilongo –propiedad de su padre–, en los páramos de Machachi, donde disfrutaba de observar las aves, atrapar sapos y mariposas. En la adolescencia aprovechaba las vacaciones para irse de excursión con sus amigos.

Es quiteña, de 61 años, casada en dos ocasiones y madre de dos mujeres. Estudió en el Colegio Santo Domingo de Guzmán, de la Congregación de Hermanas Dominicas. Fue catequista e incluso evaluó la posibilidad de consagrarse a la vida religiosa. Pero, privilegió el amor por la naturaleza y decidió estudiar Ciencias Biológicas en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

En sus años universitarios exploró otra pasión: la fotografía. En las salidas de campo de la carrera, Puente se dedicaba a fotografiar la fauna y flora del país. Un ‘hobby’ que le permitió financiarse los estudios a partir del segundo año de universidad, vendiendo sus fotografías a la BBC, a ornitólogos y agencias de turismo.

Los estudios y la fotografía los llevó a la par del rol de madre. Se casó por primera vez a los 18 años y a los 20 tuvo a su primera hija: María Eugenia Moreno, quien creció inmersa en la vida profesional de su madre, acompañándola en sus expediciones como consultora ambiental. La influencia que tuvieron esas vivencias en su hija, la motivaron a estudiar ecología y hoy día está a la cabeza de la empresa fundada, en 1989, por su madre: Ecuambiente, primera consultora ambiental del país.

“Mi madre influyó mucho en mi vida profesional. Crecí siendo parte de sus actividades en campo (Amazonía, Galápagos, Costa y Sierra) y oficina. Compartí con ella su pasión por la naturaleza. Es mi ejemplo de responsabilidad y entrega”, comenta.

María Eugenia, la empresaria, nació por necesidad. Tras la primera expedición al Yasuní, ConocoPhillips la invitó a participar en el estudio global para el Bloque 16, para lo cual debía constituir una empresa. La bióloga reunió a un grupo de expertos en distintas áreas para conformar Ecuambiente, firma que estuvo a cargo del estudio del Bloque 16, como ganadora de la licitación.

Entre 1992 y 1996, la empresa diseñó los protocolos para el proyecto de Monitoreo Biológico Yasuní, el cual tuvo continuidad hasta el 2012. “Esto permitió que las operadoras hidrocarburíferas realizaran gestión ambiental adecuada, con medidas de mitigación, como la reforestación y la biorremediación de los suelos contaminados”, explica María Eugenia. Añade que también se fomentó la sustentabilidad, involucrando a las comunidades locales en la educación ambiental.

Gustavo Palacios, biólogo y ex gerente técnico de Ecuambiente, conoció a María Eugenia en 1992, cuando realizaba prácticas universitarias en el Yasuní. “Fuimos los primeros profesionales que empezamos a vincular el área de protección ambiental con la actividad petrolera”.

Palacios comenta que gracias al trabajo que realizaron se generó el primer reglamento ambiental para actividades hidrocarburíferas en el país, que comenzó siendo un “acuerdo de caballeros” entre las empresas petroleras y el Estado.

“María Eugenia es pionera en temas de desarrollos sustentables y de responsabilidad social en el Ecuador. Es una mujer soñadora y fuerte, que ha alcanzado sus metas”. Así la define Palacios, quien además la considera una persona elocuente y de altísimo liderazgo.

Su amigo Santiago Izurieta, gerente general de Ecuambiente, la cataloga como una mujer fuera de serie, visionaria, con un olfato único para los negocios. “Es una excelente persona, sencilla y especialmente leal con sus amigos”.

María Eugenia se jubiló en noviembre del 2016. Ahora desea dedicarse a proyectos de agroecología –incluso tiene pensado lanzar una marca de productos agroecológicos– y a escribir libros sobre su experiencia como empresaria. “Una de mis máximas es: Todo pensamiento es acción”.