Alexandra Loyola gerencia el taller artesanal que ya cuenta con una tienda. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
Redacción Quito
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El aroma de sus jabones quiere expandir por Ecuador

La imagen de su abuela mientras bañaba a sus nietos en una tina con leche y avena es un recuerdo que se quedó con ella durante años. A finales del 2013, Alexandra Loyola decidió no esperar más y convertir esta y otras recetas caseras en un emprendimiento.

Con la ayuda de su madre, Mary Zambrano, esta microempresaria oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas, abrió Fioré, un taller de jabones y cosméticos artesanales en Quito.

Apuntalar la iniciativa no ha sido fácil, cuenta Loyola. La emprendedora dedica todas las horas libres, por fuera del horario de la entidad pública en donde trabaja, a lo que ella llama su 'hobby'.

El centro de operaciones está en su vivienda, ubicada en el norte de Quito. Allí empezó con la elaboración de jabones.

Su madre, quien ha sido un pilar en el emprendimiento, cursó un taller en España, para aprender a elaborar cosméticos artesanales.

Gracias a ello, hoy su portafolio de productos es variado e incluye velas cosméticas (velas que no contienen parafina sino aceites naturales que, además, sirven para hacer masajes corporales), bálsamos para labios, sales de baño efervescente, exfoliantes y barras hidratantes.

Compañeras y amigos de trabajo fueron sus primeros clientes.

Fioré utiliza insumos naturales en sus productos como Karité, manteca que se obtiene de los frutos de un árbol y famosa por sus propiedades regenerativas. Este componente lo importan desde África y el resto de insumos, como aceites de almendra, coco, entre otros son locales.

Los productos más demandados son los jabones de leche de cabra y los de avena y miel, "siempre rescatando la receta de la abuela", dice Alexandra con una sonrisa.

La demanda creció rápidamente y esto la animó a abrir una tienda en la planta baja del Centro Comercial Paseo San Francisco, en abril pasado. Daniela Mora, quien es clienta desde que Fioré abrió sus puertas, compra unos USD 30 en jabones, cremas y otros productos.

"Me gustan, porque son artesanales. Tienen una excelente calidad. Además, la presentación está muy bien cuidada".

Fioré busca a futuro contar con tiendas en todo el país, pero con un enfoque social. "Cuando necesitemos personal preferiremos madres solteras, mayores de 35 años que ya no se las quiere contratar. El sueño estará completo, cuando involucremos a esas personas", dice Mary.

Actualmente, Fioré cuenta con dos colaboradoras, ambas madres solteras.

La producción
La inversión. Solo en infraestructura para abrir la tienda invirtió unos USD 15 000. Los productos.  Fioré elabora jabones de germen de trigo, de quinua, de miel de penco, de mandarina, de chocolate, etc.4 000 dólares mensuales son las ventas (promedio).