Un vehículo eléctrico de Volkswagen se observa durante una feria de vehículos eléctricos, realizada en el 2012 en Los Ángeles. Foto: AFP

Un vehículo eléctrico de Volkswagen se observa durante una feria de vehículos eléctricos, realizada en el 2012 en Los Ángeles. Foto: AFP

El auto eléctrico inquieta a petroleras

8 de febrero de 2017 10:26

El auge de los coches eléctricos y la consiguiente caída del consumo de petróleo son una seria amenaza para el sector a medio plazo, advierten los expertos, un riesgo subestimado hasta ahora por las grandes petroleras.

Según un informe publicado la semana pasada por los gabinetes Carbon Tracker y Grantham Institute, ambos con sede en Londres, Reino Unido, la caída de los precios de los coches eléctricos y de las energías renovables podrían frenar la demanda de petróleo a partir de 2020.
A partir de 2025, si el sector de los coches eléctricos sigue su ritmo de expansión actual, la demanda de petróleo podría caer en dos millones de barriles diarios, según el informe, una cifra similar a la que en 2014 hundió el mercado petrolero.

Y para 2035 esa caída podría multiplicarse por cinco, en un mundo donde los coches eléctricos representarán más del 30% del mercado, augura el informe.

El sector de la energía y el transporte por carretera representa la mitad del consumo de energías fósiles, por lo que el aumento de la energía solar y de los vehículos eléctricos tendrá un gran impacto en la demanda.

“Muy pocas compañías o instituciones de la industria energética están considerando el cambio que supondrá la explosión de esta tecnología y su crecimiento exponencial”, afirma Luke Sussams, un analista de Carbon Tracker.

Es el caso de BP, uno de los gigantes mundiales del petróleo y el gas, que la semana pasada predijo en su informe anual que la demanda de crudo para combustible para coches seguirá creciendo más allá de 2035.

Ese año, según los cálculos de la multinacional, los coches eléctricos solo representarán un 6% del parque global, mucho menos que los datos de Carbon Tracker y Grantham Institute.
Un optimismo compartido por muchas compañías petroleras pero que contradice la tendencia que marca el informe y otros analistas exteriores a la industria.

No hay acuerdo sin embargo sobre el ritmo de crecimiento del sector del automóvil eléctrico.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), creada en 1973 tras el choque petrolero, augura que la demanda de esta clase de vehículos será modesta, con un 8% del parque mundial -unos 150 millones de vehículos- en 2040 y que provocará una caída de la demanda de solo 1,3 millones de barriles al día.

Pero la AIE no siempre ha acertado en sus previsiones. “La AIE y las compañías petroleras todavía no están al día en energías renovables”, asegura Sussams, que cree que son demasiado conservadores en sus cálculos.

Al contrario, un estudio de Bloomberg New Energy Finance augura una cuota de mercado importante, del 22%, para los coches eléctricos en 2035.

“Calculamos que a partir de 2020 los vehículos eléctricos serán más baratos que los de combustión fósil”, explica Sussams para justificar las previsiones de su estudio.

El modelo de cálculo de Carbon Tracker también parte de la hipótesis de un crecimiento rápido del sector y de la ausencia de obstáculos para su desarrollo, como la escasez de estaciones de recarga.

En 2016 China, el mayor mercado del mundo para los coches eléctricos, vendió más de medio millón de vehículos.

El informe de 60 páginas fue titulado “El poder disruptivo de la tecnología de bajo carbono”, recuerda que la industria minera en Estados Unidos se hundió por una caída del 10% en la cuota de mercado de esta energía.

En Europa cinco grandes compañías energéticas perdieron cerca de USD 105 000 millones entre 2008 y 2013 “porque no estaban preparadas para el crecimiento de un 8% de las energías renovables”, advierte Sussams.

El estudio advierte que los combustibles fósiles se pueden perder el 10% de la cuota de mercado para la energía solar fotovoltaica y los vehículos eléctricos en una sola década.

Además, explora como los avances plausibles en la energía solar fotovoltaica y los vehículos eléctricos podrían tener un impacto sobre la futura demanda de combustibles fósiles, junto con los esfuerzos para alcanzar objetivos internacionales sobre el clima. Asimismo, modeliza una serie de hipótesis utilizando los últimos datos y proyecciones de mercado para futuras reducciones de costos en la energía solar fotovoltaica y los vehículos eléctricos, con niveles las variables de esfuerzo de la política climática global y la demanda de energía. Las tecnologías emergentes, tales como la fotovoltaica impresa, incluso podrían hacer que los escenarios utilizados en el estudio sean conservadores en unos pocos años.

“La mayoría de los análisis de rutas de baja emisión de carbono señalan lo que hay que hacer para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos, tales como para mantener el calentamiento global por debajo de dos grados centígrados”, dijo Ajay Gambhir, investigador en el Imperial College.

“No hay más “business as usual” en el sector de la energía, así que es hora de desechar este escenario”, dijo en la presentación del estudio el jefe de la investigación James Leaton de la Carbon Tracker Initiative.