Redacción Guayaquil
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El banano alimenta a otros sectores

La cadena de valor de la industria bananera está compuesta por productores, exportadores y comercializadores. Para los primeros actores, los que destinan sus labores en las plantaciones ubicadas principalmente en Los Ríos, Guayas y El Oro, la tecnificación se ha efectuado desde hace más de una década.

En la IV Cumbre Mundial del Banano, desarrollada la semana pasada en Guayaquil, se mostraron las últimas innovaciones para el cultivo de aquella fruta, cuyas exportaciones entre enero y septiembre de este año alcanzaron los USD 1 767 millones.

Para Miguel López, gerente de exportaciones de la firma española Cuchillería Sami, las bananeras ecuatorianas son uno de sus principales clientes desde hace 15 años. Las especificidades de sus productos incluyen hojas curvas con mangos plásticos, resistentes al látex que brota del banano recién cortado, etc.

"Los operadores prefieren los cuchillos del mango de madera, pero los plásticos son más higiénicos y duraderos. Nuestros cuchillos se pueden encontrar en más del 80% de las bananeras nacionales", manifiesta López.

Antonio Balseca, productor bananero del sector de Mariscal Sucre (Guayas), indica que los avances en cuanto a riego repercuten en la productividad. Él cambió el sistema de riego con cañones de agua, lo que aún pueden encontrarse en un gran porcentaje de haciendas bananeras, por aspersores ubicados a medio metro del piso. Para cada hectárea de plantaciones ocupa unos 60 a 70 puntos de riego y cuyos valores oscilan entre los USD 5 y 7,5 por cada uno.

"La demanda de productos orgánicos promueve la investigación de nuevas sustancias que sustituyan los químicos. Queremos ingresar a este nicho en el Ecuador", indica Fernando Poggi, representantes de Chemie, una firma que desarrolla fertilizantes y plaguicidas contra sigatoka negra a partir de esencias cítricas de lima y naranjas.

Los agroquímicos, en general, son de uso semanal en las plantaciones y la aspersión con avionetas cuesta unos USD 50 a 60 por cada hectárea de banano. En invierno es cuando más se usan.

Otros servicios relacionados con el pesaje de los racimos y las cajas los proporciona la firma Espinosa Páez. Marcelo Valdez, representante de la firma, indica que su sistema transforma una sección del cablevía (que lleva los racimos desde las plantaciones a la empacadora) en una balanza. El sistema pesa hasta 25 racimos de banano en movimiento en menos de tres segundos. "Instalamos sistemas en fincas de Costa Rica que procesan 4 000 racimos diarios", indica Valdez. El sistema cuesta unos USD 10 000.