La Exposición Internacional de Vinos y Licores Mediterráneos atrae a los amantes de este licor. Este producto tiene un mayor ingreso en el mercado internacional. Foto: AFP

La Exposición Internacional de Vinos y Licores Mediterráneos atrae a los amantes de este licor. Este producto tiene un mayor ingreso en el mercado internacional. Foto: AFP

El Brexit inquieta al vino italiano

18 de abril de 2017 15:42

Pregúntenle a Cesare Cecchi lo que piensa del Brexit y arrugará la nariz como si estuviera abriendo una botella avinagrada de su 'Chianti clásico', uno de los vinos que produce en la Toscana (centro-norte de Italia).

Su reacción se debe a la “situación incierta” que se generó tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), confesó el representante de una de las dinastías del vino más famosas.

Cecchi manifiesta el sentimiento de muchos productores, los cuales se citaron la semana pasada en Verona, en el noreste de Italia, con motivo de Vinitaly, la mayor feria de vino de la península.

Una cita en la que la palabra Brexit suele ser el centro de las conversaciones de miles de productores y amantes del vino presentes en los 4 000 estands.

Un mes después de la decisión de la primera ministra británica, Theresa May, de anunciar el divorcio oficial entre el Reino Unido y la Unión Europea, Alex Canneti, director de la firma de importaciones de Londres Berkman Wine Cellars tampoco oculta sus preocupaciones.

El mayor temor es que los vinos, y la gastronomía en general, sean rehenes de las negociaciones entre Londres y Bruselas.

El énfasis que puso recientemente el ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, sobre la necesidad de que Italia acepte la ley de libre comercio con el Reino Unido para poder seguir vendiendo su famoso Prosecco, no pasó desapercibido. “En Francia hay viticultores dispuestos a quemar camiones cargados si se enojan. Es una manera de presionar a Europa”, dice Canneti.

Gran Bretaña produce poco vino, solo en unas pocas hectáreas de Inglaterra y Gales. Pero la pasión de los británicos por el vino tinto y el blanco no tiende a apagarse, por lo que el Reino Unido es uno de los principales mercados para productores franceses e italianos, después de EE.UU.

Las importaciones de vino proveniente de la Unión Europea a Gran Bretaña alcanzaron el año pasado a un monto de 2 600 millones de euros. Esta tierra de bebedores de cerveza se ha transformado en pocos años en territorio de adeptos a “la copa de vino”, un momento relajante que ha producido un auge de las ventas de Chardonnay australiano y Pinot Grigio italiano, y más recientemente de Prosecco, el vino blanco espumoso también italiano elaborado sobre todo en el Veneto.

Aquí las exportaciones aumentaron más del 30% el año pasado.

Este éxito repercute en las otras regiones de producción europeas, especialmente sensibles a los caprichos del mercado del Reino Unido. Si en dos años no se logra un acuerdo, existe la posibilidad de que las importaciones de vino de la UE sean gravadas con impuestos ‘salados’, mientras que el vino australiano, de África del Sur o Nueva Zelanda podría entrar sin aranceles, gracias a los acuerdos bilaterales con Londres.
El mercado del vino

La producción mundial de vino cayó un 3,2% el año anterior, hasta los 267 millones de hectolitros (Mhl) frente a los 276 Mhl de 2015, anunció el martes pasado en París la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

Los países latinoamericanos, que sufrieron el fenómeno climático El Niño, figuran entre los más afectados, particularmente Brasil, que registró una baja de 55%, y Argentina, que produjo 3,9 millones de hectolitros menos que en 2015.