Aquatropical tiene un laboratorio de algas donde se producen seis especies que sirven para alimentar las larvas. Las medidas de asepsia son altas. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

Aquatropical tiene un laboratorio de algas donde se producen seis especies que sirven para alimentar las larvas. Las medidas de asepsia son altas. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

Estas son las ‘maternidades’ de larvas

30 de enero de 2018 16:23

El laboratorio es como una gran maternidad donde nacen y se crían las larvas del camarón. Es ahí donde se producen los nauplios que luego alcanzan un tamaño de postlarva antes de ir a las piscinas. Pero también reciben alimentación, seguimiento científico y mejoramiento genético, que dará como resultado un animal más resistente y robusto.

Aquatropical es esa maternidad. Es una de las 20 salas de maduración en Ecuador y tiene
10 000 reproductores. Las hembras se seleccionan, reciben una marca genética y permanecen en grandes tanques de agua unos 100 días donde cada una desova 250 000 huevos por semana, de lo que resultarán 170 000 nauplios.

Un trabajador coloca las larvas en los tanques de raceways de Cofimar. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Un trabajador coloca las larvas en los tanques de raceways de Cofimar. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Camarón reproductor con marcadores genéticos en las piscinas de Acuatropical. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Camarón reproductor con marcadores genéticos en las piscinas de Acuatropical. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Laboratorio de micro algas de Acuatropical, ubicados en la playa de Mar Bravo en Santa Elena. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Laboratorio de micro algas de Acuatropical, ubicados en la playa de Mar Bravo en Santa Elena. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Piscinas de camarón reproductor en Aquatropical. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Piscinas de camarón reproductor en Aquatropical. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Laboratorio de micro algas de Acuatropical. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Laboratorio de micro algas de Acuatropical. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Álex El Ghoul, gerente de Aquatropical, explica que se hace el seguimiento de la reproducción de 50 líneas familiares. Se seleccionan las que mejor funcionan, se les extrae la hemolinfa (líquido interno de los invertebrados) y se hace una marcación genética satelital para determinar el parentesco entre los animales. Con esa marca se envían las larvas a las piscinas y luego se comparan los niveles de sobrevivencia y resistencia. Las líneas genéticas de Aquatropical han servido de base para que otros laboratorios realicen mejoramiento genético.

“En nuestro caso hemos contratado genetistas que analizan el pedigrí de los animales y así lograr hacer cruces apropiados para que el vigor del animal sea mejor y con mejor rendimiento en campo”.

Según El Ghoul, actualmente en 100 días se obtiene un camarón de 20 a 25 gramos, antes se lograba uno de hasta 12 gramos en el mismo tiempo. Además, el promedio de sobrevivencia ha mejorado a niveles de 60% a 80%, hace diez años era entre 40% y 60%.

Los laboratorios crecen al ritmo de la industria, que el 2017 exportó más de USD 2 860 millones.

Según la Subsecretaría de Acuacultura, en el país hay 320 laboratorios de larvas, 20 de ellos hacen maduración y el resto larvicultura. El año pasado se abrieron 30 laboratorios nuevos, la mayoría se instaló en Esmeraldas y se dedica a la larvicultura. La industria camaronera demanda actualmente 6 000 millones de larvas al mes a un costo de USD 2,70 a 3 el millar.

Para alcanzar los niveles que demanda del mercado los laboratorios también tienen áreas de investigación y tecnología de punta para producir algas que aseguran la nutrición en la larvicultura.

Walter Intriago, gerente de Biogemar, explica que las dos líneas de investigación del laboratorio son mejoramiento genético y desarrollo de microalgas. Dos especies de algas pasan de sólido a líquido en tubos, a botellas de 10 y 15 miligramos y a fundas plásticas donde se adaptan las cepas hasta grandes tanques de 20 toneladas.

Las algas se usan como alimento en la fase de larvicultura hasta lograr postlarvas para las piscinas.

La alta demanda de larvas generó una presión sobre los laboratorios, dice Daniel Carofilis, subsecretario de Acuacultura. Eso llevó a malos procedimientos de bioseguridad que causó mortalidad del 20% al 70% en los tanques de cría. Según los análisis, se generó por una presencia bacteriana por esos manejos deficientes, explica.

En octubre del 2017 se emitió un acuerdo con exigencias de bioseguridad. Hasta ahora se han hecho 45 inspecciones entre Mar Bravo y La Diablica en Santa Elena y más del 50% está aplicando las medidas. Carofilis dice que lo que se quiere es mayor oferta de larva, pero que sea de buena calidad, que el ‘boomcamaronero se sostenga en una industria limpia.

Alonzo Sánchez verifica el producto en las bodegas de Skretting.

Alonzo Sánchez verifica el producto en las bodegas de Skretting. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

La alimentación del camarón representa cerca de 60% de los costos.

Desarrollar mejores prácticas e innovar en investigación para asegurar la rentabilidad e incrementar la productividad son claves. En ello trabajan las dos grandes comercializadoras de balanceado para camarón: Skretting y Cargill.

Carlos Miranda, gerente general de Skretting Latinoamérica, asegura que gracias a sus investigaciones redujo 25% los días de cultivo. Y el factor de conversión bajó de 1.8 a 1.3.
Skretting, que es la división de acuacultura de la multinacional Nutreco, llegó a Ecuador en el año 2013, cuando compró 75% del grupo Expalsa, por USD 80 millones.

Desde entonces, invierte anualmente USD 30 millones en investigación y desarrollo acuícola; y una cifra similar para nutrición.

El portafolio de la compañía incluye dietas para todas las fases de vida del camarón. En ellas están PL para las larvas, el programa de iniciadores Nature Wellness , la dieta Vitalis a los reproductores. Y para el engorde, Optilne.

La firma destina más de 80% de su producción al consumo local.

Cargill produce 500 000 toneladas que se destinan a América Latina; de esa cifra 16% se destina a Ecuador, según Eduardo Arosemena, su director comercial.

Una de las principales apuestas del portafolio de la empresa es el alimento para iniciadores Liqua Live y Aquaxcel.

En innovación de plantas, ambas compañías han invertido cerca de USD 65 millones.

Skretting trabaja en una planta que se ubicará en la vía Durán-Tambo y producirá 470 000 toneladas de alimento balanceado al año. La primera fase se terminará en el primer semestre y el funcionamiento completo en el 2019.

La nueva fábrica de Cargill generará más de 400 plazas de trabajo y la capacidad de producción será de 160 000 toneladas, en la primera fase. La compañía contempla nuevas expansiones. Además, traerá al país la marca acuícola Ewos.

La empresa destina otros USD 10 millones a un centro de investigación, que arrancará en diciembre. Contará con 20 microsistemas de piscina para las pruebas y alimentación automática. Participarán expertos de Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica.

La tecnificación en camaroneras acelera las crías

Los ‘raceways’ son grandes tanques con sistemas de aireación que mejoraran indicadores de producción.

Los ‘raceways’ son grandes tanques con sistemas de aireación que mejoraran indicadores de producción. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

La eficiencia es la clave en las 1 476 hectáreas del Conjunto de Fincas Marinas (Cofimar), que se levantan cerca del puerto de Posorja (Guayas). En las camaroneras todo está programado a través de sistemas de cría tecnificados, alimentación automática y el uso de máquinas cosechadoras.

Las poslarvas de camarón llegan y se realiza un análisis microbiológico y de trazabilidad para minimizar problemas de salud. La empresa tiene un ‘top ten’ de proveedores que cumplen con estándares de calidad y bioseguridad.

Los animales, antes de llegar a las piscinas de engorde, pasan por dos sistemas que han servido para mejorar las tasas de crecimiento del animal: ‘raceways’ y precría.

Daniel Carofilis, subsecretario de Acuacultura, señala que los mejores niveles de innovación de la industria camaronera están en las piscinas de cría y engorde a través de sistemas tecnificados, aireadores, alimentadores automáticos, uso de elementos probióticos y cosechadoras.

En el país hay 220 000 hectáreas sembradas de camarón. La densidad de siembra promedio es de 180 000 larvas por hectárea. Carofilis calcula que la densidad ha crecido un 15% en los últimos 36 meses, lo que va al ritmo del aumento de las exportaciones que crecieron 11 veces en 17 años. El 2017 se vendieron 938,5 millones de libras de camarón frente a las 799,8 millones del 2016.

Los ‘raceways’ son grandes tanques de concreto con cubiertas de plástico, sistemas de aireación, alimentación, temperaturas y filtración controladas. Ahí las larvas pasan siete días y luego son traspasadas a los precriaderos, medianas piscinas de tierra donde permanecen entre 15 y 20 días.

Eduardo Darquea
, gerente de Producción de Cofimar, señala que las dos fases han permitido hacer un mejor seguimiento para obtener animales más grandes y con buena salud para que luego pasen a las piscinas de engorde.

Los tiempos de cría también se han reducido a 90 y 100 días. Cofimar tiene niveles de producción promedio de más de 2 500 libras por hectárea.

La empresa cuenta con 36 tanques ‘raceways’ de 50 toneladas que ya se usaban como una primera fase. Pero a mediados del 2017 se introdujo la precría como una forma de prevención también por los niveles de mortalidad registrados en los laboratorios de larvas.

La alimentación automática en las piscinas de engorde también ha permitido un crecimiento más rápido, factor de conversión más bajos, peso más alto y sobrevivencia más alta. En la mayoría de piscinas se pasó de una alimentación manual al voleo que se hace dos veces al día a seis veces por hora (unas 84 al día).

Cofimar tiene 330 alimentadores con paneles solares que se instalan según el tamaño de la camaronera y que se programan diariamente. Eso permite criar un camarón más parejo y con engorde equilibrado, dice Darquea.

Además, los tiempos de cosecha por piscina se han reducido a la mitad con el uso de una máquina de fabricación mexicana de 8 pulgadas. Lo que antes podía tardar hasta ocho horas, ahora se hace en cuatro, se redujo el tiempo hora de los trabajadores y se maltrata menos al camarón. Luego de la cosecha el camarón se coloca en bines con hielo y va a la empacadora.

La alta tecnología permite exportar a 50 mercados

La empresa Cofimar ha realizado inversiones por más de USD 10 millones en los últimos dos años en su planta empacadora en clasificadoras, túneles de frío, tanques de almacenamiento para aumentar sus ventas.

La empresa Cofimar ha realizado inversiones por más de USD 10 millones en los últimos dos años en su planta empacadora en clasificadoras, túneles de frío, tanques de almacenamiento para aumentar sus ventas. Foto: Enrique Pesantes / Líderes

El camarón ecuatoriano vive un ‘boom’ en exportaciones. En el 2017 terminó vendiendo más de 900 millones de libras y USD 2 860,3 millones, lo que significó un crecimiento del 17% en relación con el 2016.

El sector espera que este 2018 el incremento alcance niveles del 6% al 8% para que el mercado externo no se desequilibre.

“Cualquier crecimiento por encima del 10% de Ecuador no es saludable para los mercados”, señala el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, José Antonio Camposano. Él explica que cuando el segundo exportador del mundo (Ecuador) crece en un 17% (volumen y facturación), como ocurrió el año pasado, ese balance puede generar la idea de que va a sobrar camarón en el mercado y se puede percibir que el precio está muy alto y generar una tendencia a la baja.

Además, existen competidores, como India o Vietnam, que crecen a tasas entre el 18 y 30%. Por eso Camposano dice que hay que tener cuidado con el crecimiento del país. “El mensaje es que vamos a crecer y que la industria es saludable, pero eso debe venir de la mano de nuevos mercados”.

Actualmente, el camarón nacional llega a 50 mercados. La participación es: Asia 58%, la Unión Europea 22%, EE.UU. 18% y América 2%. Pero Camposano insiste en que Ecuador debe tener una agresiva agenda comercial para recuperar, por ejemplo, México, que está cerrado, abrir Australia y concretar un acuerdo con Corea del Sur, al que se puede aumentar las ventas, pero se paga 20% de arancel. La apertura con Brasil desde este mes es importante, después de 18 años de que estuvieron cerradas las ventas por demandas fitosanitarias.

El sector tiene solidez y pasa por un buen momento para cubrir la demanda que generen nuevos mercados. Las inversiones en la cadena de la industria, con una mano de obra de 250 000 personas, permiten competir.

Hay 90 exportadoras activas, pero son diez las que manejan el 71% del volumen de ventas. En el ‘top ten’ están Pesquera Santa Priscila, Expalsa, Omarsa, Songa, Promarisco, Empacreci, Proexpo, Edpacif, Empagran y Cofimar.

La última empresa aumentó sus ventas un 204% el 2017 en relación con el 2016, y se ubicó como la de mayor crecimiento el año pasado.

Alfonso Grunauer, business manager de Cofimar, dice que eso se sustentó en las inversiones que hicieron de más de USD 10 millones en los últimos dos años. La planta empacadora se amplió, creció la producción en las camaroneras y compraron camarón a terceros para procesarlo en sus instalaciones.

La capacidad instalada son túneles de frío para 300 000 libras de congelamiento al día, una cámara de almacenamiento para 2 millones de libras, clasificadoras con mayor capacidad. Además, tiene una fábrica de hielo que produce 6 000 sacos de 50 libras por día para cubrir la demanda de la planta.

En la segunda etapa está previsto aumentar las inversiones para duplicar la capacidad de producción. Hasta hace dos años, la empresa procesaba en otras plantas hasta que adquirió una propia, lo que permitió hacer inversiones y exportar con el nombre de Cofimar. La meta del 2018 es procesar 4 millones de libras al mes.