Redacción QUITO
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Chocolate para diabéticos, su primer paso

La idea de elaborar un chocolate sin azúcar apto para el consumo de personas con diabetes impulsó la creación de Dulcione, un negocio fundado en noviembre del 2010 por Marcelo Carrasco y su esposa, Berta Prudant.

Carrasco es ingeniero de alimentos y especialista en confitería y chocolatería. Él se encarga de elaborar las fórmulas que produce su iniciativa. Su esposa, como publicista y diseñadora gráfica, es la mente creativa del negocio.

“Marcelo conocía del proceso para elaborar chocolate pues siempre ha trabajado en eso, lo único que nos faltaba era el dinero”, cuenta Prudant. Cuatro meses después de la fundación de la empresa, por recomendación de una amiga de la familia, la pareja conoció el programa estatal EmprendEcuador, que desarrolla proyectos de emprendimiento.

Ya teníamos la empresa constituida legalmente como sociedad anónima, pero no producíamos en grandes cantidades. Presentamos el proyecto y calificamos. En EmprendEcuador nos financiaron USD 10 000 para elaborar el plan de negocios y un estudio de mercado”.

Ese paso fue fundamental para el crecimiento de este negocio. Con los recursos la pareja hizo un estudio de mercado y descubrió su producto estrella: “Embrujo”, una barra de 80 gramos de chocolate artesanal, elaborado con fructosa, un sustituto del azúcar tradicional utilizada como edulcorante por personas diabéticas.

Durante un año, hasta noviembre del 2011, las actividades de esta microempresa se enfocaron en la adecuación de las instalaciones necesarias para poder elaborar el chocolate. En ese proceso se invirtió USD 70 000, monto que fue invertido en comprar materia prima, maquinaria, empaques, obtener registros sanitarios y la adecuación de un sitio para la fábrica, en el norte de Quito. “2011 fue un período de pruebas, experimentos y pequeñas ventas”, cuenta Prudant.

Ese mismo noviembre, aprovechando el inicio de la temporada navideña, Dulcione salió al mercado con una línea de cajas de madera con bombones, que ofertaban como regalo para las festividades. Entre noviembre del año pasado y este mes, la iniciativa facturó USD 72 000.

La fábrica donde se elaboran los chocolates tiene una capacidad de producción de 500 kilos de chocolate por semana. “Por eso tenemos pedidos programados hasta la segunda semana de diciembre”, afirma Prudant.

En enero de este año, Dulcione tuvo otro punto de quiebre. Empezó a elaborar chocolate por kilos personalizado, con el sabor que el cliente solicite. Así ofertaba el producto con diferentes porcentajes de licor de cacao, por ejemplo.

Los clientes de esta oferta son reposteros, pasteleros y chocolateros. Gracias a ello, en agosto de este año hicieron su primer envío a Alemania: fueron 300 kilos de chocolate amazónico con jengibre y con ishpingo.

En el mercado local, los precios por kilo de chocolate pueden variar entre los USD 4 y los 9,50, según los ingredientes que el cliente solicite en la fórmula. Así, las fórmulas pueden variar en el porcentaje de azúcar o fructosa.

La materia prima la obtiene de fincas ubicadas en Puerto Quito, Morona Santiago y en Guayaquil, como Cafieza Triari. Según Lourdes Días, vocera de Cafieza Triari, Dulcione les compra al mes un promedio de 100 kilos de manteca y polvo de cacao natural. “Los pagos los hacen antes del pedido, nunca hemos tenido inconvenientes con ellos”.

Dulcione también personaliza la presentación del chocolates. Rafael Janowitzer, por ejemplo, pidió a este emprendimiento elaborar en chocolate las invitaciones para la fiesta de 15 años de su hija. “Las hicimos al estilo de la película de Willy Wonka y la fábrica de chocolate. Cuando el invitado quita la envoltura encuentra un pase dorado que es la invitación, En la envoltura y en la tableta de chocolate pusieron el nombre de mi hija”.