Talina Mosquera
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El chocolate inundó un salón con aroma y sabor

El chocolate puede ser un placer, una pasión, una golosina o un negocio rentable. Estas sensaciones se percibieron en la IV Edición del Salón del Chocolate.

En 20 estands, de 7, 9 y 12 m², firmas nacionales y extranjeras, como Pacari, Hoja Verde, Chocolateca, Cacao Yankana, Ferrero, Nestlé, República del Cacao, ofertaron sus productos en el Centro Cultural de la Universidad Católica del Ecuador, en Quito (PUCE). La primera edición del Salón fue en el Swissôtel (2009); un año más tarde, en la Alianza Francesa, y en el 2011, en la PUCE.

Las presentaciones de chocolate, que iban de 45% al 100% de pureza, en barras; junto a bombones, trufas, galletas, licor, se expendían con rellenos de frutas y rosas.

Carolina Garzón, propietaria de Cacao Yankana, comentó que su producto es artesanal y elaborado con chocolate proveniente de Sucumbíos, que combina con rellenos de mermeladas. “La idea es trabajar el chocolate en diferentes presentaciones e impulsar su consumo”.

El Salón del Chocolate también fue un escenario para apreciar el trabajo que realizan los chocolateros ecuatorianos. Por ejemplo, Pacari utiliza cacao orgánico que se produce en provincias como Esmeraldas, Los Ríos o Manabí, y también sabores andinos. “Solo elaboramos chocolate oscuro, nada con leche, porque el arte y la magia está en hacerlo de esa manera. Queremos que una marca del sur (del continente) sea reconocida en el norte, pues en su mayoría se envía la materia prima (el cacao)”, comenta su gerenta administrativa, Carla Barboto.

Pacari posee 25 tipos de chocolate, que vende en 26 países. En este evento se destacaron sus productos con sabores andinos que incluyen hierbaluisa, mortiño, sal del Cuzco y ají mapuche (Chile).

Para Galo Morales, catador AQ Grader y Barista de Hoja Verde, el ingreso del producto ecuatoriano en el mercado internacional es difícil. “Las grandes chocolateras impiden el ingreso a ciertos mercados, pero se está logrando, porque existe buena materia prima”. Aunque nació como una floricultora, esta empresa se volcó también al chocolate (hace cinco años) y al café (hace dos y medio), que exporta a EE.UU., Chile y Holanda.

En el caso de la marca República del Cacao, su nacimiento fue a la inversa. Se creó para la exportación, que llega a EE.UU. desde el 2007, y luego se estableció en el país, hace más de un año. Carolina Yépez, administradora de dos locales de la marca, comenta que su chocolate se realiza con “con cacao Arriba, que es fino de aroma. Nuestro centro de acopio está en Vinces, para la fermentación y el secado, y así garantizamos la materia prima”. En el Salón, la firma mostró tres variedades de barras de chocolate; cuya producción se puede verificar a través de un código GPS.

Sobre el cacao ecuatoriano, la catadora francesa Chloé Doutre, invitada en esta edición, explica que en el extranjero se considera a la variedad CCN51, aunque su calidad no es la mejor para elaborar chocolate fino pero es resistente y productiva. Además, dice que no se caracteriza por sus cualidades aromáticas y añade que es útil para otros usos y mercados.

“La calidad aromática del (cacao) Nacional es algo que está actualmente cuestionado y que necesita una revisión, pues estudios científicos internacionales han comprobado que no hay un Nacional Puro, una variedad que existió, pero que por el cruce con otras, dio origen a un Neonacional... (Por eso) Ecuador debe dar un mensaje sobre la personalidad y las características de su cacao”, dice Doutre.

El Estado quiere mejorar la producción de cacao y su industrialización. El viceministro de Industrias, Juan Francisco Ballén, destaca el apoyo estatal en las etapas de producción, industrialización y comercialización, para incrementar y fortalecer al cacao fino de aroma, que tiene su denominación de origen registrada en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI). “Queremos salir del modelo agroexportador primario y entrar a exportar valor agregado, a través del chocolate”.