La empresa Industrias Lácteas Toni obtuvo la certificación de Buenas Prácticas de Manufactura en septiembre pasado.  Archivo / LÍDERES

Competir y ganar mercados motivan a tener el certificado

Las grandes empresas

Para las grandes empresas del sector de los alimentos, obtener la certificación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) es un reto, pero también una puerta para mejorar sus procesos. Tal es el caso de Corporación Fernández, una firma especializada en carnes, que entregó los documentos de solicitud de auditoría para la certificación, el pasado 27 de noviembre.

Eugenio Fernández, propietario de la empresa, dice que a lo largo del año se ha realizado un proceso de mejoras. Para ello, invirtieron más de USD 500 000.

Carlos Vásquez, jefe de calidad de la firma, dice que la cifra se destinó a mejoras de infraestructura, como la planta de proceso y almacenes. Se optimizaron pisos, fachadas, cadenas de frío, avances en el control de higiene del personal... Sin embargo, Fernández agrega que el proceso aún no termina y que están esperando la auditoría para implementar otras mejoras según los requerimientos.

Industrias Lácteas Toni, en cambio, ya obtuvo la certificación en septiembre pasado. Cecilia Zamora, gerenta de control de calidad de Toni, asegura que para la obtención de la BPM, fue necesario cumplir con prácticas responsables en los procesos, así como tener controlados los riesgos durante la cadena de elaboración de los productos. Esto es fundamental desde la recepción de las materias primas hasta la comercialización y distribución. Entre los beneficios de la certificación, menciona el asegurar la salud de los consumidores, así como implementar sistemas para ingresar al mercado de EE.UU.

Otro caso es el de la firma Floralp, que procesa lácteos. Patricio Lozada, jefe de Aseguramiento, indica que en septiembre de este año se iniciaron los trámites de solicitud para la certificación. A mediados de noviembre, recibieron la auditoría. "Mejoramos la infraestructura, señalización y rotulación en la planta; documentación y registros".

Lozada recalca que obtener esta certificación es una necesidad. "Estamos en un mercado exigente y tenemos que ajustarnos". El área que dirige maneja un presupuesto anual de USD 50 000 para mejoras de procesos de calidad. Las actividades emprendidas permitirán que la industria sea más competitiva.