Redacción Quito
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¿Más conectividad y menor desempeño?

Los inconvenientes laborales que van ligados al acceso a la tecnología móvil son parte de la rutina diaria en las empresas. Ahora, es común observar a la gente, en los pasillos de las organizaciones, caminar con la cabeza agachada y el teléfono móvil en la mano. Una imagen similar se advierte en el comedor; de un grupo de cinco o seis personas, al menos tres están pendientes del teléfono.

Este es un reto con el que tienen que lidiar los gerentes de las compañías, que aún no se ponen de acuerdo en la mejor alternativa para evitar la distracción de sus trabajadores. Y en la mayoría de casos, el uso de los recursos de la empresa para acceder a la conectividad.

Expertos consultados coinciden en que la conexión móvil genera distracción en buena parte de los colaboradores, que al final del día se refleja en una disminución de la atención laboral. La solución para algunos es bloquear el acceso a las redes inalámbricas.

También están quienes defienden el libre acceso a la Red, pero con guías que provengan de las mismas firmas.

Flor Marina Guerrero, gerenta de Talento Humano de la empresa Target laboral (Guayaquil), señala que en su empresa existe la política de bloquear el acceso a portales como Hotmail o Facebook. “Consideramos que eso es parte de la vida personal del trabajador, porque no es parte del trabajo”. Es una práctica que se replica en otras empresas. De ahí que, una alternativa para los empleados es mantenerse conectados a estas páginas a través de sus propios dispositivos que pueden ser smartphone, tabletas, modem inalámbricos...

Para Xavier Navarrete, gerente de la firma de Servicios Normativos del Ecuador (Guayaquil), la solución del problema no está en reprimir el acceso a la Web. Al contrario, cree que una de las soluciones es que se definan metas diarias de trabajo y generar incentivos por la labor cumplida. “Pueden ser económicos u horarios más flexibles. Ahí se va a notar una diferencia, no hay que atacar a la tecnología de por sí”. Además, si el trabajador ingresa a sus cuentas de chat o correo personal no es malo. “Lo importante son las metas”.

Mientras se debate el tema, los colaboradores no pueden separarse de su dispositivo. Enrique Aguilar, un tecnólogo eléctrico de una firma privada, es uno de ellos. A sus 24 años dice que no puede separarse de su teléfono. Él ahorró seis meses para adquirir un celular con Internet. Las aplicaciones que más usa son las redes sociales y las de mensajería en línea. En su cuenta de Facebook tiene 300 contactos y chatea hasta con 50 por día. “Prefiero almorzar solo, porque estoy acompañado del celular. No me gusta conversar”.

Ante eso, Navarrete considera que las firmas podrían aplicar políticas en las que al momento de ingresar al comedor, por ejemplo, se prohíba el uso de los móviles o se establezcan inhibidores de señal.

Fausto Flores, gerente de Grupo Portal, una consultora de talento humano (Quito), sostiene que las empresas deben preocuparse en la educación y el uso de las nuevas tecnologías de sus trabajadores. “Es una visión un poco corta creer que restringir el acceso a la tecnología va a direccionar la atención al empleado. Recomiendo enfocar y capacitar al personal en el uso de los aparatos móviles”.

Según estudios de esta firma, las empresas farmacéuticas aplican esta lógica. Estas tienen sistemas de gestión de clientes que requieren un smartphone para ser instalados. Así, los trabajadores potencian el uso de la tecnología, sin necesidad de quedarse en las páginas de distracción.

La conexión móvil

  • Datos de operadoras. Hasta junio del 2012 se reportaron 2,3 millones de líneas de Internet en la Superintendencia de Telecomunicaciones.
  • En el hogar. Los expertos recomiendan apagar el celular cuando los ejecutivos estén en su casa. La integración del e-mail puede llevarle trabajo en horas de descanso.