El emprendimiento familiar tiene la marca Auki. La iniciativa nació hace 30 años y teje ponchos, bayetas y fajas. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES

El emprendimiento familiar tiene la marca Auki. La iniciativa nació hace 30 años y teje ponchos, bayetas y fajas. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES

Confeccionistas de los ponchos indígenas

2 de agosto de 2015 15:49

Una familia de Chibuleo teje esta prenda de vestir. También elabora en los telares fajas y bayetas.

La casa de José Sisa se convirtió en el taller artesanal donde los cinco miembros de la familia tejen ponchos, bayetas y fajas para vestir a los habitantes de las comunas indígenas de Chibuleo, Pilahuín, Quisapincha y Tomabelas.

Son elaboradas en telares antiguos de madera. Esta microempresa funciona en la población de San Francisco de Chibuleo, localizada en la vía Ambato-Guaranda. El emprendimiento se inició hace 30 años. La inversión fue de unos 200 000 sucres. El dinero se destinó a la compra de lana y en la construcción del telar de madera. Su esposa Nancy fue quien se capacitó en el tejido. Luego, la técnica la aprendió José.

Entre los dos instalaron un pequeño taller donde elaboraban al día seis ponchos rojos, color que identifica a los habitantes de Chibuleo, e igual número de bayetas, que es el complemento de la vestimenta de las mujeres.

Las prendas eran comercializadas a sus vecinos. La calidad ayudó en el crecimiento del negocio. Los clientes comenzaron a dejarles obras para que les tejieran.  

Sisa cuenta que luego adquirieron otras dos tejedoras manuales. En la actualidad cuentan con ocho en total y todas están en funcionamiento. Sus tres hijos Auki, Huaskar y Pachakamak también son parte del proyecto familiar.

En los 30 años de funcionamiento invirtieron USD 20 000 en la compra de equipos, máquinas de coser y la materia prima. La última inyección de recursos fue de USD 10 000 para la adquisición de dos tejedoras eléctricas.

“Nuestro producto tiene demanda de los empleados de las cooperativas indígenas de ahorro y crédito, también en el proyecto Hilando el Desarrollo, para la gente del pueblo. Y de otras partes nos contratan para la confección de su vestimenta”, afirma Sisa.

Actualmente tejen unos 400 ponchos, para los diferentes pueblos indígenas, 420 bayetas y más de 100 fajas. El taller artesanal se denomina Auki y factura entre USD 2 500 y 3 000 al mes.

Un poncho puede costar USD 45 y una bayeta USD 25. Sisa explica que la promoción de su producto en las plazas y mercados fue otra de las claves para su éxito.

Según el emprendedor, cada color de poncho tiene un significado en la cosmovisión andina. El rojo de los chibuleos representa la sangre que se derramó en las derrotas. También tiene una franja a los dos lados, con tonos azules, blancos, verdes y fucsias, que simbolizan la biodiversidad y el esplendor del camino de la vida.

En las fajas que usan las mujeres también hay figuras. Cita por ejemplo, que cuando hay una olla de barro es que es viuda. Si hay una llama o gato es soltera y si aparecen dos figuras unidas de animales es casada. “Las costumbres originales de nuestro pueblo, como la vestimenta, se están recuperando. Ahora, usar el poncho y bayetas es importante para los funcionarios y estudiantes de las instituciones indígenas. Es como el terno para los mestizos”, menciona Sisa.

Uno de sus proyectos es ampliar el emprendimiento, a través de la construcción de un galpón para instalar la empresa y atender todos los pedidos. Asimismo, tejer prendas autóctonas que están elaboradas con lana de llama, alpaca o de borrego.

Su hijo Huaskar Sisa, graduado en ingeniería en Gestión de Negocios, tomó las riendas del emprendimiento. Cuenta que a más de tejer en los telares se encarga del control de calidad de cada una de las prendas.

El objetivo es que el cliente vuelva a comprar nuestro producto y que sepa que es de marca. Además, otra de las metas es vender a través de catálogo. La revista está en proceso de planificación. “Otra de las metas es que si hay fallas en la confección, el cliente podrá devolvernos presentando la factura, para entregarle una nueva. Nuestra marca Auki debe ser la mejor y elegante”, manifiesta Huaskar.

Rodrigo Llambo, gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Chibuleo, dice que constantemente adquieren la ropa a José Sisa, por la buena calidad, la seriedad y el cumplimiento. Para este año solicitó la confección de 150 bayetas y 150 ponchos. “La recuperación de nuestra vestimenta está a cargo de los artesanos”.