La modalidad de  empleo ‘freelance’ aún  no cuenta con muchos  adeptos en el país.

Hay trabajadores 'freelance' que laboran prácticamente gratis cuando están empezando para darse visibilidad en su sector.

El regateo es el enemigo del 'freelance'

10 de abril de 2015 09:43

En la vida del ‘freelance’ no existen los horarios, tampoco dinero fijo. Si bien hay libertad de acción en cuanto a ‘escoger’ ofertas que se aceptan o rechazan, es preciso tener en cuenta ciertas claves para vivir, de manera estable, bajo esa figura laboral.

Elpais.com apunta ocho consejos importantes en el ‘Decálogo de malos hábitos del freelance’.

1. Si ser 'freelance' es el plan B, hay que descartarlo
Para ser un trabajador autónomo se requiere ser flexible, proactivo, emprendedor, tolerante a la frustración y resilente. En esta figura laboral se trabaja por cuenta propia, se dispone libremente del tiempo, no se depende de un jefe, se escoge el lugar de trabajo… Pero ser el emprendedor que se busca la vida y clientes precisa una motivación e iniciativa importantes, saber posponer su refuerzo y, aunque no consiga trabajo o se demoren en un pago, ser capaz de mantener la motivación.

El 'freelance', además de desarrollar su profesión, también debe ser polifuncional pues cumple para sí mismo las tareas comerciales, gestión, relaciones públicas, contabilidad y cobranzas.
Si se debe ser freelance por obligación, habrá una posibilidad mayor de fracaso.

2. Una mesa de trabajo desordenada y llena de objetos inservibles no ayuda
Nadie controla el lugar de trabajo de un 'freelance', por lo cual dejarse “dejarse llevar es fácil”. Paradójicamente, al carecer de un tercero que vele por su bienestar, el autónomo debe ser el responsable de adecuar de la mejor manera posible el espacio donde se desempeña. Esa confortabilidad debiera reflejarse en iluminación natural, silla ergonómica, área despejada en la mesa, postura idónea, alejarse del ruido.

3. Ser su propio jefe puede resultar un arma de doble filo
Aunque el hecho de no tener jefe suene bien, al final del día puede no ser tan positivo. De hecho, un freelance no tiene un jefe, pues tiene tantos como clientes maneje. Pero quien no le dejará en paz un solo momento, es él mismo.

Ese factor implica una dosis importante de honestidad. Es decir, si se pierde tiempo navegando en redes sociales, luego es importante recuperarlo para cumplir con los plazos y fechas de trabajo establecidas, aunque implique trasnochar.

4. Socializar con el mundo exterior es una oportunidad de trabajo
Hay un mundo real que sobrepasa los límites de una pantalla, ya sea de celular, tablet o computadora. En la actualidad, las actividades de socialización profesional cara a cara se ven reemplazadas por el correo electrónico, LinkedIn o Whatssapp. Eso es un error. Todavía salir, entrar en contacto directo con las personas, es sinónimo de una posible oportunidad laboral. Estas inercias existen igual que antes, cuando no existían celular ni Internet, sin embargo, ya no se explotan.

5. Una tabla de Excel también es una tabla de salvación
Excel permite personalizar un presupuesto de ingresos y egresos diarios para evitar problemas. En el contexto económico, cuando se es freelance es necesario tener siempre una reserva de dinero, no solo porque pueden venir periodos de menos cantidad de trabajo, sino porque muchas veces los clientes pagan más tarde de lo prometido. En muchas ocasiones se destina más tiempo a perseguir facturas y pagos que al trabajo en sí.

6. El regateo es el enemigo del 'freelance'
Hay trabajadores 'freelance' que laboran prácticamente gratis cuando están empezando para darse visibilidad en su sector. Pero con ello se descapitaliza el trabajo. Según el artículo, la clave para ser freelance y no morir en el intento, es no regatear los precios.

7. Un espacio de 'coworking' no es una cafetería 'hipster', aunque esté lleno de hipsters
En los espacios comunes de trabajo normalmente coinciden trabajadores de sectores afines, lo cual a su vez implica una posibilidad de conseguir un trabajo o una colaboración. Sin embargo, normalmente son estancias diáfanas, y es importante cuidarse de la gente que trabaja allí. Eso significa que a veces alguien puede hablar por teléfono mil horas en voz alta, u organizar un Skype en su mesa en lugar de irse a la sala común de reuniones. No hay que olvidar el trabajo, la tarea que tiene cada uno.

8. No existen los horarios
La perspectiva social sobre el freelance es que vive muy bien. Que trabaja cuando quiere, no tiene jefe… Pero si bien es cierto que puede despertar a las 11 de la mañana, no lo es menos que a las 3 de la madrugada estará trabajando. También puede descansar en martes, pero el domingo no.

El freelance tiende a no desconectarse en ningún momento, ni del celular, Whatsapp, Facebook, Twitter, correo electrónico.