David Vera El Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Estadística y Censos habla sobre los procesos de las mediciones en temas de empleo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

David Vera El Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Estadística y Censos habla sobre los procesos de las mediciones en temas de empleo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

David Vera: ‘Más personas presionan por empleo’

23 de enero de 2017 16:29

Toda medición estadística se presta para distintas lecturas ¿En el caso de los datos sobre empleo, qué se presentaron la semana pasada, cuál es la metodología?

El sistema laboral se calcula con la encuesta de empleo y desempleo, que es parte del sistema de encuestas de hogares. Con estas llegamos, en las encuestas trimestrales, a 16 000 hogares y en las anuales, que se cumplen en junio y diciembre, a 31 000. Cada hogar tiene cuatro personas en promedio, lo que significa que vemos la condición de ocupación de 124 000 personas, es decir es una muestra bastante representativa. No tenemos una pregunta como ¿usted es desempleado o subempleado?, sino que a partir de una serie de preguntas como dónde trabaja, si está buscando trabajo, cuánto gana, el número de horas que trabaja a la semana se construye la condición de actividad, que es como lo llamamos. Allí están las clasificaciones como empleo adecuado pleno, subempleo y las demás formas posibles.

¿Entonces no existe una pregunta que diga ‘está usted desempleado’?

Existen preguntas sobre si la persona está trabajando en la semana de referencia. También hay preguntas sobre el ingreso que genera ese trabajo o su deseo de trabajar más o menos horas.

Esto permite hacer una proyección...

Así es. A partir de esas 124 000 personas consultadas aplicamos lo que se llama los factores de expansión y determinamos los niveles a escala nacional. Eso es una estimación y todas estas medidas tienen un margen de error.

¿En las cifras de empleo cuál es el margen de error?

En desempleo el margen de error es de más-menos 0,6 o 0,5. Si la diferencia entre los dos valores es mayor que eso podemos hablar de una diferencia estadísticamente significativa. Si la diferencia es menor hablamos de que los indicadores son estadísticamente iguales. Allí vienen temas que se prestan a confusión. Por ejemplo, la tasa de desempleo en diciembre del 2015 fue de 4,8% y en diciembre pasado fue 5,2%. La diferencia es 0,4%, que es menor que el margen de error, por lo tanto no se puede hablar de una diferencia estadísticamente significativa. No puedo extrapolar ese resultado a la población y establecer una cifra (...) podría ser 50 000 desempleados o cero.

Pero al ver las cifras uno puede interpretar que creció el desempleo.

Sí. Por eso siempre marcamos cuando hay una diferencia estadísticamente significativa, pero también resaltamos cuando no es significativa, para ser justo con las dos interpretaciones.

¿Cómo definir a lo estadísticamente significativo?

Significativo o no significativo quiere decir que la diferencia entre dos datos es tan pequeña que no puede decirse que sea debido al fenómeno que se consulta, sino al error en la muestra. Siempre que se toma una muestra se comete lo que se llama error de diseño y esto se da porque no se pregunta a toda la población, sino solo a un grupo. Es un error intrínseco en cualquier medición estadística.

¿Qué está pasando con el desempleo en el país?

Respecto a las población con empleo vemos que ha crecido cerca de 320 000 personas entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016 y el desempleo se ha mantenido estable. Lo que ha pasado es que dentro de la población con empleo se ha dado un cambio en las distintas condiciones. Vemos que la población económicamente activa ha crecido en 374 000 personas.

Esto significa que se está generando más empleo, pero también ha crecido el número de personas que presiona en el mercado laboral. Esto se puede deber a una situación complicada en el hogar y puede pasar que personas que no trabajaban tomaron la decisión de entrar al mercado laboral. El sistema tiene que crear empleos, pero estos no necesariamente son de buena calidad; muchas veces están en la categoría de subempleo y este es un término maltratado, se lo confunde con informalidad, con precariedad.

¿Quién es un subempleado?

Es una persona que gana menos del salario básico o que trabaja menos de la jornada de 40 horas a la semana y tiene deseo y disponibilidad de trabajar más horas o generar más ingresos. Estas personas son las que presionan el mercado laboral. Allí pueden estar amas de casa o estudiantes que buscan trabajo para ayudar e sumar ingresos para el hogar. Pero no siempre encuentran trabajo de buena calidad (...) Esta entrada de actores al mercado sostiene los niveles de ingreso por encima de la línea de pobreza y evita que la pobreza aumente. Esto significa que los hogares han hecho su tarea cambiando estructuras internas para apalancar el momento difícil.

¿Por qué en las mediciones hay una lista de categorías como empleo adecuado, subempleo, entre otras? ¿No es más simple hablar de empleo y desempleo?

Desde el punto de vista de la política pública y del uso de información es importante tener una desagregación para saber dónde se tiene que generar empleo.

¿A quién le corresponde las políticas públicas de empleo?

El tema es muy amplio. En el sistema laboral hacen su parte la empresa pública, la empresa privada, los hogares. Recordemos que a escala nacional el 80% de los empleados son del sector privado.

¿Qué ocurre con los jóvenes ecuatorianos que buscan empleo?

El desempleo juvenil (personas de 18 a 29 años) no ha tenido un crecimiento significativo, pasó de 9,7% en diciembre de 2015 a 10,4% en diciembre del 2016. Puede ser que existen jóvenes que, sin descuidar sus estudios, empiezan a buscar generar ingreso que les permita solventar necesidades.

¿Se anima a proyectar que pueda pasar este año en temas de empleo?


Si uno ve la tendencia uno puede pensar en que se estabilizaría. Pero el desempleo y las demás variables son susceptibles de los otros indicadores económicos. Hay que ver una siguiente medición.