Redacción Quito y Agencias
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La desconfianza pone nerviosas a las monedas

La economía mundial no despega sus ojos de lo que ocurre en Europa, específicamente en la Zona Euro. Allí, la mirada está fija en los países PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España, por sus siglas en inglés), pero también en las acciones que desarrollan los gobiernos de Alemania y Francia, los principales motores de la economía del viejo continente.

En España y Grecia en particular, la situación es desastrosa, con desmentidos y retiros masivos de dinero (solo en Grecia los retiros del jueves 16 de mayo bordearon los 700 millones de euros, cerca de USD 888 millones). El panorama es incierto y la desconfianza en Grecia aumenta, más aún cuando el viernes pasado las agencias internacionales reportaban que la imprenta británica De La Rue tenía un plan de contingencia para imprimir dracmas, en el caso de que Grecia deje la Zona Euro y haga un pedido de billetes.

Lo que ocurre en estos días era impensable cuando surgió el euro, la moneda común presentada en 1999 y que ahora es utilizada por 17 países europeos. Esta divisa, durante una década por lo menos, fue un referente de economías fuertes y estables; además, en más de una ocasión ensombreció al dólar estadounidense.

Hoy, las monedas fuertes a escala mundial se cuentan con una mano: el franco suizo, la libra esterlina, el yen japonés, el dólar estadounidense y, aún el euro, son las divisas señaladas por analistas. Marco López, por ejemplo, menciona que el dólar es considerado como moneda de reserva a escala internacional y siempre se lo toma como una referencia.

El yen japonés es considerado por la agencia Reuters como un refugio seguro; además, la semana pasada registró fuertes ganancias frente al euro y el dólar, ante preocupaciones sobre los bancos españoles y griegos, y la crisis en la Zona Euro.

Para Giuseppe Marzano, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad San Francisco de Quito, la moneda refugio por excelencia es el franco suizo. “Suiza es neutral y sus bancos tienen solidez. Tener francos suizos o tener oro representa seguridad. Las demás monedas son siempre una apuesta”. También, destaca a la libra esterlina por su solidez.

Los analistas coinciden en que el euro aún es fuerte. Desde su creación se fortaleció y se posicionó muy bien frente al dólar. Para López, el buen momento que tuvo el euro se amparó en un aparente fortalecimiento de la Comunidad Europea. Pero, lo que ahora ocurre en la Zona Euro muestra la fragilidad que tiene el sistema monetario, una vez que las economías mundiales abandonaron el patrón oro (ver página 13).

Un punto clave es la confianza, una característica con la que las monedas cuentan cada vez menos. Para Marzano, lo que ocurre en Grecia es importante desde un punto de vista simbólico, “porque si el asunto crece y el euro llegara a desaparecer se enviará una señal: ‘no somos capaces de estar juntos y quien quiera irse de la Zona Euro, lo puede hacer cuando desee’. Eso es una señal negativa”.

Por eso, el catedrático de la USFQ agrega que la crisis en Europa es un problema de confianza. “La moneda existe sobre la base de la confianza de quienes la tienen. Toda moneda se basa en esta cualidad”.

Otra opinión es la de Rafael Pampillón, catedrático de IE Business School, con sede en España. En su criterio, el euro ha empezado a depreciarse por la desconfianza hacia España, Italia, Grecia… y ahora se está comprando deuda en otras monedas mejor vistas y que no generen dudas como el euro.

Para Pampillón, el asunto es sencillo: si existe confianza, los inversores creerán en los actores del mercado. No obstante, este catedrático de Entorno Económico señala que predecir el futuro de las monedas es imposible, porque la información se ajusta cada momento. “Todo lo que ocurra en Europa, EE.UU. o China se asimila enseguida por los mercados y cambian los tipos de cambio”.

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