Las tejedoras Yolanda Quilumba (izq.) y Corina Espinoza acuden a Paqocha para obtener hilo y tejer prendas de vestir, según el diseño acordado previamente. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Las tejedoras Yolanda Quilumba (izq.) y Corina Espinoza acuden a Paqocha para obtener hilo y tejer prendas de vestir, según el diseño acordado previamente. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Diseños que cruzan fronteras

9 de enero de 2018 07:05

Elaborar prendas de fibra de alpaca empleando técnicas ancestrales ha permitido que los diseños de Paqocha crucen fronteras.

Las piezas de esta marca ecuatoriana se han comercializado en reconocidas tiendas de Inglaterra, España, Francia. A escala nacional están en Cuenca y en Quito.

Paqocha confecciona sacos, chalecos, ponchos, gorros, pantalones. Y, desde hace un año atrás, elaboran duvets (edredones rellenos con fibra de alpaca).

Los diseños se distinguen por ser únicos. Al ser tejidos a mano, los modelos no se repiten.
En este proceso se emplea materia prima de calidad, se aporta al cuidado del ambiente, se ayuda a recuperar las tradiciones e impulsar el trabajo en las comunidades indígenas del país.

En la confección de cada prenda participan cuidadores de alpacas, hiladoras, tejedoras, diseñadoras y costureras. Son más de 100 familias involucradas en este proyecto. El trabajo se cumple en la casa de cada persona, para no alterar sus otras actividades cotidianas.

Durante el proceso de elaboración se priorizan las técnicas ancestrales, porque el resultado final es mejor, según comprobaron Lorena Pérez y Felipe Segovia, fundadores de Paqocha.
Para diferenciar el hilo de alpaca obtenido de manera artesanal del industrializado se hacen pruebas.

Cuando surgió la iniciativa de recuperar el uso de esta fibra, en el 2006, Pérez y Segovia compraron 25 de estos camélidos y los llevaron a un terreno en Pifo, en las afueras de Quito. Ellos cuidaron de sus alpacas, las esquilaron y llevaron a industrializar la mitad del vellón (pelaje) para obtener hilo. Con esta materia tejieron algunas prendas. Pero el resultado final no les convenció del todo. Al tacto estas eran toscas y no eran bien valoradas, recuerda Segovia.
Otra parte del vellón, en cambio, fue clasificado, hilado de manera artesanal y con este se tejió una bufanda, cuya calidad era superior a la del hilo industrializado.

La diferencia se evidenció en los precios. Mientras que, por un saco de hilo de alpaca procesado, los clientes pagaban USD 9, por la bufanda se ofreció hasta 35.

Una vez descubierta la clave del uso de la fibra de alpaca. Segovia, quien tiene formación en Ingeniería Agrónoma; y Pérez, diseñadora, se capacitaron en Perú. Luego gestionaron para que en el país se implemente la norma INEN 2852 para el tratamiento de esta fibra.

Con estos conocimientos, esta pareja de emprendedores se acercó a las comunidades indígenas del Ecuador donde se reintrodujo la alpaca para que estas especies ayuden a preservar los páramos.

El propósito fue capacitar a los pobladores sobre los cuidados que requieren estos animales y enseñarles cómo sacar provecho del pelaje. Antes del proyecto de Paqocha, la fibra de alpaca no era bien remunerada. Por un saco de vellón la gente recibía entre USD 1 o 2. Ahora cada integrante del proyecto obtiene el precio justo por su labor, relata Pérez.

En un inicio Paqocha trabajaba con la comunidad Chanchán, en Chimborazo. Actualmente, participan más de 14 comunidades.

Olmedo Cayambe, coordinador de la comunidad Chorrera Mirador, comenta que la relación con esta empresa ha permitido que sus pobladores obtengan una rentabilidad por el cuidado de las alpacas. Ellos esquilan estos camélidos cada seis meses y venden 120 kilos de vellón al año. Cada kilo está valorado entre USD 18 y 20.

Aparte, la comunidad aprovecha este recurso para hilar y confeccionar prendas o recuerdos que son ofertados a los turistas.

Por estas características, Paqocha fue seleccionado por la diseñadora Judith Cóndor Vidal para confeccionar un vestido tejido con fibra de alpaca y presentarlo durante la Semana de la Moda Ética en París, en el 2007.

Tras esta presentación TopShop, en Londres, solicitó 2 000 vestidos tejidos de las mismas características para su tienda.

Los ecuatorianos Jimmy Luna y Alba Pascual, han adquirido también prendas de esta marca para ofrecerlos en la tienda Inui World Tribe, ubicada en España. Luna considera que las prendas de Paqocha se destacan por su elegancia, delicadeza, detalles. Además, el proyecto tiene un trasfondo social. Ellos hacen pedidos tres veces al año. En promedio, invierten USD 8 000 al año.

Anualmente, Paqocha factura USD 37 000. Además, en este año está previsto hacer recorridos con turistas para mostrar cómo se procesa la fibra de alpaca.

La gerenta
Lorena Pérez 

Para sacar adelante este emprendimiento se requiere perseverar, ir despacio junto a las personas de las comunidades, involucradas en este proyecto. No queremos irrumpir en su vida cotidiana ni tradiciones. Paqocha permite que las mujeres se lleven el trabajo a su casa. La relación de confianza que hemos desarrollado con más de 100 familias del país nos permite entregar el material para que así se puedan cumplir los procedimientos y luego confeccionar el producto final.

La cifras

24 tonos naturalestiene la fibra de alpaca. Para teñir se emplean colorantes vegetales.
70 mujeres se dedican a hilar con guango y huso. Esto cuesta USD 18 el kilo, antes cobraban 6.

12 tejedoras confeccionan las prendas. Para esto usan agujetas o un telar. Por cada pieza terminada reciben entre USD 15 y 20.

2 reconocimientos tiene Paqocha: uno del IPANC y otro de la Bienal Iberoamericana de Diseño Madrid 2016.