Es el Presidente de IE University y el Decano de IE Business School en Madrid. Foto:  María Isabel Valarezo/ LÍDERES.

Santiago Íñiguez es el Presidente de IE University y el Decano de IE Business School en Madrid. Foto: María Isabel Valarezo/ LÍDERES.

Santiago Íñiguez: El ejecutivo debe cultivar la humildad

14 de junio de 2015 14:21

Santiago Íñiguez es el Decano de la Escuela de Negocios del IE Business School (España) analiza cuál es la situación actual de la formación ejecutiva. Además, se refiere a las presiones impositivas que se aplican desde los gobiernos y su incidencia en el emprendimiento.

¿Las escuelas de negocios están respondiendo hoy a las necesidades de las empresas?

Según los datos que tenemos, la oferta de las escuelas de negocios aumenta y también la demanda. El MBA, en el caso de IE Business School, está creciendo en un 15% y el resto de programas tiene una demanda creciente. Las escuelas son muy diversas; siempre tenemos la responsabilidad de desarrollar una investigación que responda a las necesidades reales de las empresas, tenemos que procurar formar mejores emprendedores y directivos con conciencia social y compromiso global.

En ese ‘deber ser’ de las escuelas de negocios, ¿cómo han evaluado el rol de sus
exalumnos en las crisis económicas de la última década?

Sin duda tenemos que aprender de lo que ha sucedido. Ha habido muchas críticas a las escuelas de negocios, pero también a los ‘stakeholders’; no se puede culpar solo a un agente social de lo que sucedió. Lo que ha sucedido es responsabilidad de las instituciones financieras nacionales e internacionales; de los organismos financieros que no supieron predecir o prevenir las crisis; de los gobiernos; de las escuelas de negocios, por no haber preparado lo suficiente a los directivos sobre el riesgo; de los empresarios; también de los periodistas que no supieron criticar a tiempo o no tuvieron la agilidad de hacerlo. Es decir, que es una responsabilidad compartida por toda la sociedad.

¿Cuál es el aprendizaje?

Uno de los mayores aprendizajes es que la economía es cíclica; algo que en el 2007 no nos dábamos cuenta fue que el concepto de riesgo era inexistente. Y cuando se dieron las hipotecas subprime o cuando escuchamos hablar de la exuberancia financiera, hoy nos sonrojamos y vemos la falta de solidez técnica y conceptual que existía. Pero también hay que entender que la ciencia del management es muy joven. Cuando leemos los manualesimpresosde medicina de los años 30, y vemos que se recomendaba la práctica del desangrado para aliviar a un enfermo, hoy nos horrorizamos.

¿Estos errores cometidos en las crisis se pudieron evitar?

Se cometieron errores, y como sucede en una crisis -cuando la marea baja- se ve la porquería que había en determinadas instituciones, las malas prácticas, la mala gestión. Además, las escuelas de negocios formamos a personas arrogantes. Tenemos que formar a personas modestas y humildes, con un concepto de sociedad.

¿Cuál es el perfil actual y la tendencia de los docentes en las escuelas de negocios?
Se ha evolucionado, pero esa evolución está en proceso y a veces es imperceptible. Se ha desarrollado mucho en buenas prácticas en RSC, en la gestión ética de los negocios o la sostenibilidad, lo que son las prácticas para evitar la corrupción o la contratación de proveedores que cumplan con la carta de derechos humanos. Hace 30 años eso no existía y eso es parte de la deontología del directivo. Pero estamos en evolución. En la ciencia del management todavía se tiene que desarrollar una mejor teoría, sobre cómo se produce el comportamiento colectivo; por qué las bolsas reaccionan de forma desmesurada ante determinados fenómenos, o cuáles son los productos financieros que permiten diversificar el riesgo, o cómo tomar una decisión que conjugue el corto con el mediano plazo.

¿Qué pasa en la relación docente-alumno, cuánto influyen temas generacionales o de comportamiento, como esos ‘alumnos arrogantes’?
Hay que cultivar mucho más la humildad y la modestia en los claustros académicos y aquí viene la cita de Sócrates: “Solo sé que nada sé”, y el significado de esa cita no es que no supiera nada sino que para poder seguir aprendiendo es necesario cultivar la humildad y estar abierto al conocimiento. Por el lado de los alumnos, es necesario cultivar, en el entorno del aprendizaje, una serie de virtudes que resten arrogancia, que resten soberbia. Vemos como en algunos entornos, por ejemplo en las instituciones militares, la enseñanza que se imparte tiende a reducir la arrogancia y promueve un alineamiento a lo que es el trabajo en equipo; quizás eso deberíamos aprender. El compromiso de las escuelas de negocios es formar a personas con sentido de la realidad, que no tengan esa arrogancia.

En Ecuador se habla más de emprendimiento y hay una amplia agenda de actividades. ¿Las escuela de negocios deben insistir más en el emprendimiento y la innovación en la formación ejecutiva?

El emprendimiento es un elemento nuclear en la formación en las escuelas de negocios, que tiene que estar relacionado con la creación de startups y con la empresa familiar, donde existe mucha innovación y mucho emprendedurismo. Nuestras economías se basan en el aporte de las pequeñas y medianas empresas familiares que requieren de una invención, o también en grandes corporaciones donde hace falta reinventar el negocio o diversificarlo. O también en las empresas públicas, en donde hace falta contar con emprendedores públicos.

A propósito de emprendimiento y empresas familiares, en Ecuador se debate un alza al
Impuesto a la Herencia y esto ha recibido críticas empresariales. Desde su experiencia, ¿cuál es el impacto?

Sin duda, legislaciones de esas características tienen un impacto negativo directo en el sector, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas; mucho más que en las grandes corporaciones o los grandes patrimonios, que siempre encuentran la manera de esquivar el impacto de la legislación doméstica. Siempre este tipo de legislación afecta sobre todo al ciudadano medio. En todo caso, los emprendedores surgen en las condiciones más adversas.

¿Legislaciones como estas llegan a afectar la cultura empresarial en un país?

Sinceramente, no creo que incida directamente en esa cultura empresarial. Las presiones impositivas en países donde existe un fenómeno empresarial muy arraigado, como los países escandinavos en Europa por ejemplo, donde hay una presión fiscal muy alta, no han evitado que haya estímulo para crear nuevos negocios.


Un breve perfil


Formación y experiencia. Es el Presidente de IE University y el Decano de IE Business School en Madrid. Estudió en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Oxford, Reino Unido. Íñiguez de Onzoño es doctor en Derecho y tiene un MBA de IE Business School.

Su aporte. Ha trabajado como consultor de gestión y ha colaborado en el desarrollo de la gestión de la educación en Europa Calidad. Es Presidente del Consejo de Administración de GFME (Fundación Mundial por la Educación de Gestión) y miembro del Consejo de Administración de la Aacsb y del Cuerpo Adjudicación de EQUIS (European Quality Improvement System). Estuvo en Quito y participó en el TEDx Quito 2015, que se cumplió el 6 de junio.