María del Carmen Moreira es ingeniera en agroindustria. Foto: Juan Carlos Pérez  para LÍDERES

María del Carmen Moreira es ingeniera en agroindustria. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

Bolívar Velasco (I)
Redacción Santo Domingo
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El rompope artesanal va al ‘súper’

27 de marzo de 2016 12:52

En el cantón Chone (provincia de Manabí), la producción de rompope es una tradición en las familias. Esta bebida artesanal, preparada con leche, huevo y licor de caña es infaltable y por lo general se brinda a las visitas.

María del Carmen Moreira encontró en esta antigua práctica una razón para emprender con una microempresa. Todo empezó hace siete años, como un proyecto de tesis de grado, que luego le dio el título de Ingeniera en agroindustria, en la Pontificia Universidad Católica (PUCE), extensión Chone, Manabí.

La iniciativa debía ser un trabajo real, práctico y novedoso, por lo que en el proceso de creación del negocio, gestionó una patente, un Registro Único de Proveedores y otras formalidades legales.

De esa forma nació la marca de rompope La Habana, cuyo nombre se debe a la identidad de la finca de sus abuelos, donde, además, conoció los secretos de la mezcla.

Los inicios del emprendimiento fueron complicados, porque el producto no duraba tanto tiempo. En menos de un mes, esta bebida perdía su esencia y tomaba un aspecto granulado y agrio. Entonces, la emprendedora fue probando fórmula tras fórmula, su realidad era un ‘prueba-error’, hasta que encontró una que ahora le garantiza la durabilidad del producto por unos cuatro meses.

María del Carmen Moreira recuerda que tuvo que dejar de utilizar canela y clavo de olor, y agregarle una dosis equilibrada de licor de caña.

Entonces, con más confianza en lo que hacía, se involucró en las ferias y ruedas de negocios que promovían las instituciones públicas de la provincia manabita.

En esos encuentros realizó acercamientos con cadenas de ‘retail’, que en principio le pidieron una muestra del rompope para analizarlas en sus departamentos de control de calidad.

Al principio, su mercado se concentraba en las tiendas del mercado de Chone. Pero en diciembre de 2015 recibió llamadas de agentes comerciales de Corporación Favorita y de Tiendas Industriales Asociadas (Tía) en Manabí.

Desde entonces, rompope La Habana se exhibe en las perchas de esos supermercados. Los primeros hacen pedidos al mes de 30 cajas de 12 unidades, mientras que Tía concreta 15 cajas en ese mismo período, señalan los emprendedores de la bebida.

Supermercado Chone Pac fue uno de los primeros en confiar en la producción de rompope La Habana, recuerda su propietario Francisco Zambrano.

Señala que en sus comienzos -hace cinco años- solicitaba una o dos cajas al mes, pero debido al crecimiento de la demanda en su negocio, decidió incrementar sus pedidos a ocho cajas.

“Es como una paradoja. En Chone todo el mundo prepara rompope, pero La Habana tiene mucha salida, por su calidad y tiempo de preservación al clima caluroso”.

El rompope sale al mercado en presentaciones de botellas de vidrio de 375 y 750 milímetros. El precio unitario de la botella grande para el consumidor final varía entre los USD 6,50 y 7,50, y el envase pequeño se vende a la mitad de ese valor. El contenido tiene 7,5 grados de alcohol.

La producción total del rompope se elabora en un espacio de 18 metros cuadrados contiguo a la vivienda de la microempresaria, en la calle Salustio Giler y 1 de Mayo.

María del Carmen Moreira insiste que su trabajo es a pequeña escala y su único colaborador es su esposo José Monges. Los equipos que constan en su área de trabajo son dos agitadores de acero inoxidable, una cocina industrial y una envasadora artesanal.

Esa ‘maquinaria’ es la encarnación del primer préstamo de USD 3 000 que hicieron a una cooperativa de ahorro y crédito, en Chone.

En el lugar también empacan las botellas que salen a los clientes de la capital y a la provincia.
Los envíos se hacen en cajas de cartón, que les provee la empresa cartonera del Austro.

En el vehículo de Monges se organizan para obtener la materia prima, en la finca La Habana, ubicada a 15 minutos de su vivienda.

En ese lugar, les garantizan los 320 litros de leche que requieren para cumplir con los compromisos de los 30 días. Mientras que al cantón Junín viajan en busca de los 50 litros del licor de caña.

Según Moreira, su meta es avanzar a paso lento, hasta que su producto se coloque en todo el país.

Ella confía en el ofrecimiento de sus clientes que le aseguran que primero hay que dar a conocer la marca y después expandirla.

Insignia

‘La familia es la clave para avanzar’


José Monges. Copropietario rompope La Habana

Desde que empezamos a diseñar la tesis de grado que dio lugar a la creación de la microempresa rompope La Habana, creímos que aquí podíamos asegurar un negocio distinto, nuevo y sobre todo que se dé a conocer a nivel nacional. Tenemos referencias que el rompope no tiene mucha demanda en otras provincias, pero lo que buscamos es que llegue a todo el país y prueben esta delicia manabita. Para conseguirlo, estamos recibiendo el apoyo de toda nuestra familia que prácticamente ha volcado todo tipo de esfuerzos para apoyarnos anímicamente y económicamente en lo que necesitemos. Junto con mi esposa, María del Carmen Moreira, pensamos avanzar poco a poco en nuestros objetivos. Ahora nos estamos dando a conocer en la provincia de Manabí y en Quito, pero estamos concretando contactos con Guayaquil, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas. Esperamos que pronto prueben el rompope en estas provincias.