Juan Alberto Vizcaíno y Sonia Vargas dirigen Balan Services Corp. 40 personas son parte de su equipo. Fotos Vicente Costales/ LÍDERES y cortesía

Juan Alberto Vizcaíno y Sonia Vargas dirigen Balan Services Corp. 40 personas son parte de su equipo. Fotos Vicente Costales/ LÍDERES y cortesía.

Los números y las leyes son la materia prima de este equipo

7 de June de 2015 15:12

Balan Services Corp es una corporación que, con 15 años en el mercado, se especializa en la asesoría tributaria y contable a firmas de seguros, de finanzas, comercio, alimentos, etc

La contabilidad, la auditoría, las leyes y los negocios son la especialidad de Juan Alberto Vizcaíno. Este quiteño de 41 años es el presidente ejecutivo de Balan Services Corp., una corporación que agrupa a cuatro consultoras que se especializan en la asesoría legal y tributaria.

La trayectoria de este emprendedor empezó en 1994, luego de terminar el colegio en donde se graduó como contador. En esa época, recuerda, los bachilleres con esa especialidad tenían buenas posibilidades de desarrollar una carrera profesional. Vizcaíno aprovechó sus conocimientos y se enroló como asistente contable en la empresa Grupo K, en la cual colaboró entre 1994 y 1996. Cuando obtuvo su primer empleo tenía 20 años.

Luego, dio un salto a Coca-Cola en donde se desempeñó en el Departamento de Contabilidad hasta 1999; al mismo tiempo, atendía a clientes particulares. Así colocaba los cimientos de una carrera en el mundo contable, que se extendió con el tiempo a las leyes y los negocios. Para afianzar e incrementar sus conocimientos, Vizcaíno estudió contabilidad y auditoría en la Universidad Católica de Quito; se graduó en el 2000.

Enseguida montó una pequeña oficina en el centro-norte de Quito, para ofrecer sus servicios en el mercado. Un préstamo de una persona que confiaba en el potencial de este emprendedor por USD 4 000, le sirvió para contratar una secretaria y una persona que ingresaba la información en un sistema informático.

Para el año 2000, el Ecuador atravesaba una situación económica compleja, luego de un feriado bancario y el crack financiero de 1999; el Servicio de Rentas Internas (SRI) colocaba las primeras semillas de una nueva cultura tributaria en el país. Allí Vizcaíno halló otra oportunidad. “La actividad de servicios tributarios empezaba”, recuerda en su actual oficina ubicada en el norte de Quito, en donde trabajan 40 personas.

La contabilidad era su fuerte, pero quería seguir aprendiendo. Por eso estudió leyes en la Universidad Autónoma de Quito, entre el 2004 y el 2010. Luego, cursó un MBA en Newport University, en California, en el 2011. Y en el 2012, obtuvo un doctorado en negocios en la misma universidad.

Su segunda esposa Sonia Vargas se convirtió en su principal apoyo para sostener el crecimiento y expansión de Balan Services Corp. Esta es parte de IEC Net, una asociación de empresas que brinda asesoría legal, tributaria y financiera a escala regional, que tiene base en Miami. Esta membrecía les permite estar actualizados en diferentes materias vinculadas con el mundo de los negocios

La corporación de Vizcaíno suma en 15 años cerca de 180 clientes, entre los que han pasado Andes Petroleum, Drillfor S.A., Banco Pichincha, Suiz Com, Seguros Constitución, CFE México, entre otras firmas. La especialidad de Vizcaíno y su equipo de trabajo es la asesoría contable externa.

José María Borja, ex procurador General del Estado, describe a Vizcaíno como un profesional capaz y responsable. “Su consultora maneja la parte tributaria de mi estudio jurídico”.

Otra referencia profesional la da Alberto Merizalde, quien lo conce hace 12 años. Él recuerda que Vizcaíno empezó en una oficina pequeña y que fue creciendo por su talento. “Es un muy buen profesional y una buena persona”.

El presidente de Balance Services Corp asegura que la clave fue rodearse de gente de confianza. Este emprendedor destaca también el trabajo de sus colaboradores. El sacrificio también es otro ingrediente. “Llegar a este punto ha sido un camino duro. Estudiar y prepararse, mientras se sostiene un negocio y una familia es una tarea complicada”, comenta. La salud también le pasó factura: en el 2009 sufrió un infarto por el trabajo y la presión.

Pero Vizcaíno no se detiene. Ahora mantiene la esperanza que sus dos hijos de 18 y 14 años tomen la posta en el futuro. “Trato de ser un ejemplo para ellos, tal como para mí lo fue mi padre. De él aprendí muchísimo y no creo que lo iguale. Él es mi referente, todo lo que soy se lo debo a él”.