hacienda Primavera

La hacienda Primavera, en Machala, produce 4 000 cajas por día para la exportadora Coragrofrut. Esta empresa genera empleos para unas 200 familias. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES

Redacción Guayaquil (I)
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En el Mediterráneo está su nicho

12 de July de 2015 16:15

En el 2012, cuando Coragrofrut empezó operaciones como exportadora bananera en Ecuador, el período cerró con 832 554 cajas enviadas a puertos en el Mediterráneo. Dos años después, esta empresa con oficinas en Machala y Guayaquil, alcanzó una exportación de nueve millones de cajas, cuenta Jorge Quiroz, gerente de la compañía que fue fundada por el esloveno Izet Rastoder.

En casi tres años, la empresa se posicionó en el puesto 8 de las 30 principales exportadoras de banano del Ecuador, según datos a mayo del 2015 de la Asociación de Exportadores de Banano (Aebe).

El pago del precio justo al productor del banano, la calidad de la fruta avalada por certificados como Global Gap y la logística apropiada para llegar con eficiencia a cada mercado, son algunas de las herramientas que ayudaron a Coragrofrut a alcanzar los niveles de exportación actuales.

Pero el buen desempeño de la firma, que en el 2014 exportó USD 74 millones, también responde a la experiencia del fundador. Rastoder conoce el mercado ecuatoriano desde hace 10 años, cuando compraba la fruta a operadores locales; sin embargo, en el 2012, decidió acortar la cadena de intermediarios y abrir una exportadora en Ecuador que adquiera el banano directamente al productor.

Actualmente, son 25 productores de Los Ríos, El Oro y Guayas, que proveen banano a la firma. Una de estas es la Hacienda Primavera, en Machala, que produce 12 000 cajas de 41,5 libras a la semana y emplea a 80 personas.

“Hay que tener suerte para encontrar empresas como esta. A nosotros nos ha ayudado mucho por su seriedad. Hay productores que trabajan por ‘spot’, pero nosotros preferimos trabajar por contrato, porque con ‘spot’ a veces los precios del mercado bajan”, cuenta William Márquez, encargado de la hacienda.

El sector del Mediterráneo, uno de los principales compradores de banano luego de Rusia a escala mundial, es un mercado que demanda 75 millones de cajas al año y ahí se abren espacio las tres marcas que maneja Coragrofrut: Derby, Slobana y Pamela.

Para cumplir con sus clientes en calidad y cantidad de producto, la exportadora busca que sus proveedores tengan la capacidad suficiente para los volúmenes que demanda este mercado europeo.

La Hacienda Clementina, de la cooperativa Cooproclem, en Los Ríos, es uno de estos proveedores con alta capacidad. El gerente, Carlos Ordeñana, indica que la producción promedio es de unas 90 000 a 110 000 cajas semanales, cerca del 80% de este volumen es destinado para Coragrofrut.

“Trabajamos hace un año con ellos, así como nosotros cumplimos nuestra palabra, ellos también lo hacen”, comenta.

Quiroz explica que aunque las cajas llegan a los puertos de Montenegro, Ucrania, Eslovenia y Turquía, estos se convierten en puntos de paso hacia otros destinos. La fruta que llega a Turquía, por ejemplo, va a Irán e Iraq.

Además de cuidar la calidad desde el proceso de cultivo con la aplicación de productos, como el ácido giberélico para la vida verde, la logística juega un papel importante, pues hay destinos a los que la fruta tarda en llegar hasta en 40 días, como Ucrania.

De ahí que la empresa envía el producto por dos mecanismos, a través de contenedores, desde el Puerto de Guayaquil y a través de buques bajo cubierta, desde Puerto Bolívar, en Machala.

“La carga va al granel en buque y es más corto el tránsito, en contenedores. En cambio, la carga va paletizada y es más largo el tránsito. Sin embargo, el hecho de que sea carga paletizada implica que se estropea menos”, explica el Gerente de la empresa.

El Gerente

Jorge Quiroz
. La empresa no está todavía entre las más grandes, pero hemos tenido un crecimiento importante. Contratamos una empresa auditora para controlar la calidad en las haciendas; además, invertimos en controles dentro de cada uno de los contendores, no es aleatorio, sobre todo para garantizar que nuestra carga esté libre de narcóticos. No hemos pensando en ir a otros mercados, pero un paso importante fue conseguir entrar directamente a dos supermercados en Bosnia y Croacia.