Según un estudio de Deloitte Access Economics, cuatro enfermedades cardíacas le costaron USD 615 millones a la economía ecuatoriana. Foto: Flickr

Según un estudio de Deloitte Access Economics, cuatro enfermedades cardíacas le costaron USD 615 millones a la economía ecuatoriana. Foto: Flickr

Enfermedades ponen a prueba a las empresas

23 de marzo de 2017 12:31

Las cuatro enfermedades cardíacas más comunes en Ecuador son: la insuficiencia cardíaca, el infarto de miocardio, la fibrilación auricular y la hipertensión. Estas le costaron USD 615 millones a la economía ecuatoriana en 2015, según datos del estudio realizado por Deloitte Access Economics.

En el documento se destaca que hay 1,4 millones de personas que padecen de estos males, que provocan no solo daños en la salud como limitaciones físicas en quienes las padecen, sino que generan gastos económicos en los núcleos familiares y empresariales.

En el primer grupo hay una afectación económica a la familia. Los efectos son menos ingresos y la calidad de vida de la personas que se deteriora.

En el caso de las empresas, los individuos se vuelven menos productivos, lo que ocasiona un impacto económico para la empresa y para el grupo de trabajo.

Según la Organización Mundial la Salud (OMS), en Ecuador las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte. En el año 2014 se reportaron un total de 4 430 muertes por enfermedades isquémicas del corazón, mientras que por insuficiencia cardíaca, los fallecimientos alcanzaron los 1 316. Las arritmias cardíacas sumaron 168 muertes, mientras que los fallecidos por paros cardíacos en ese mismo año fueron 106, según Deloitte.

Para Bolívar Sáenz, médico cardiólogo del Hospital Militar y participante de la investigación de Deloitte Access Economics, este estudio demostró que en el 2015, Ecuador perdió USD 388 millones por productividad. El cálculo se hizo con personas en plena capacidad laboral, que dejaron de trabajar por invalidez, muerte prematura, carga social familiar e incluso disminución de la recaudación de impuestos.

Según el especialista ecuatoriano, lo más importante es la prevención antes de que la enfermedad aparezca. “Una vez instauradas se tornan crónicas, es decir, van a acompañar a una persona por el resto de su vida; si es que no provocaron la muerte”.

Los primeros pasos que debe dar una persona para prevenir es controlar los factores de riesgo en su círculo cercano. Por ejemplo, una alternativa para una persona que fuma es armar un programa minucioso para evitar el consumo de cigarrillo o apostar a la actividad física, las mejoras en la alimentación y de costumbres.

Otra recomendación básica es la disminución del estrés, que es una de las causas de muerte de las personas. Los chequeos médicos periódicos son otra opción.

La prevención de este tipo de enfermedades recae en la persona y, si está vinculada al mercado laboral, a la empresa. Sin embargo, otro actor importante es el Estado. Según el médico cardiólogo, los gobiernos deberían incluir las enfermedades cardíacas en su agenda de salud pública. “Apostar a sistemas de salud con estrategias de prevención precoz y tratamiento oportuno para evitar muertes y complicaciones a largo plazo de las personas”.

En Ecuador, varias empresas han tomado conciencia de la importancia de tener un programa sostenido de salud para sus trabajadores. En la firma Orangine, que se encarga de la elaboración de bebidas de frutas y gaseosas, destacan los exámenes de prevención para los 96 trabajadores (administrativos y operativos) que están en la planta.

Cada año se realiza una evaluación completa para ver las enfermedades que tienen los empleados y armar un plan preventivo para cada uno, según Carlos Sarche, gerente de la empresa.

Sarche reconoce que en la empresa predominan males como el colesterol, triglicéridos, por la mala alimentación; pero problemas cardíacos, por suerte, no. “Si hay enfermedades graves se les reubica para que no tenga problemas en su desempeño”.

Adicionalmente, esta empresa tiene un dispensario médico, que atiende en horas de la tarde. “Las personas tienen la flexibilidad para salir de sus funciones si sienten alguna dolencia; pero lo importante es prevenir”.

César Torres, propietario de César & César, tiene presente la salud de sus compañeros de trabajo y de la suya, por lo que han ideado dinámicas para evitar el estrés y las enfermedades relacionadas con su trabajo. “Durante el día buscamos una actividad extra para evitar la fatiga laboral”.

Otro dato que destaca el estudio es el costo del sistema salud pública por persona, que varía según las condiciones desde USD 26 al año para alguien con hipertensión a 3 474 anuales para alguien con infarto al miocardio.