Sebastián Salinas, cofundador de Balloon Chile. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

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Sebastián Angulo
(I)
Redacción Quito. LíDERES
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Sebastián Salinas: 'La innovación social ahorra al Estado'

11 de septiembre de 2016 16:10

Sebastián Salinas, cofundador de Balloon Chile, un proyecto que busca fomentar y desarrollar el emprendimiento en comunidades a través del traspaso de herramientas y metodologías de innovación, explica los alcances y beneficios del programa.

¿Qué significa ser un emprendedor social?

Es -ojalá- poder vivir de algo que tú harías gratis. Poder vivir realmente de tu pasión. Hacer algo que realmente te dé sentido y que no sea trabajar para alguien que ya tiene prácticamente todo, sino trabajar para mejorar el mundo. Los emprendedores sociales son muy poco indiferentes. Vemos todas las catástrofes que suceden y no podemos andar por el mundo diciendo no me compete. El emprendedor social se quiere hacer cargo de una parte del problema.

¿Cómo nació su proyecto?

En el 2011 tuve la oportunidad de ir a África. Conocí a unos ingleses por un blog de negocios, quienes tenían un orfanato en Kenia y daban soluciones asistencialistas. Yo les conté que había trabajado con comunidades indígenas en Chile -con los mapuches- y me dijeron cómo lo hiciste. Me invitaron: “queremos que vengas a generar trabajo en Kenia”. Yo me fui a trabajar con 100 jóvenes keniatas en el desarrollo de negocios. Antes ya había hecho voluntariado, había trabajado fabricando casas con techo, pero nunca había visto un impacto tan grande de desarrollar negocios con los emprendedores. Hicimos un experimento: pusimos USD 500 en el mejor proyecto y a los ocho meses el proyecto estaba dando trabajo. Eso me cambió la vida, hubo un impacto social muy fuerte y dije ¿por qué no vendemos esto? ¿Por qué no vendemos la experiencia de generar líderes sociales a través del desarrollo de negocios en una comunidad? Que los jóvenes paguen para vivir esta experiencia que yo viví .

¿Cómo tomaron en Chile su propuesta? Un país más pragmático en temas de negocios.

Uno nunca es profeta en su propia tierra. Al volver de Kenia pensé que el proyecto iba a funcionar muy bien porque Chile tiene un ecosistema de emprendimiento muy robusto. Durante dos años postulé para 14 fondos públicos y privados y las 14 veces me dijeron que no. Nadie te va a pagar por trabajar, por hacer voluntariado. Tu idea no sirve. Corfo -que es la institución más importante- me mandó una carta diciendo que mi propuesta no era rentable. Ahora somos caso de éxito de Corfo. En principio no hubo apoyo en Chile por un tema cultural.

¿Qué casos emblemáticos se han desarrollado a través de Balloon?

La última iniciativa que ganó es de una señora que habitaba una vivienda social, donde las casas en su mayoría usaban bolsas de basura para cubrirse de la lluvia. Ella se dio cuenta de que las carpas para camión podrían funcionar para la vivienda social. Hicimos dos viviendas y las cubrimos con estas lonas y no se mojaban. Con USD 65 podíamos cubrir toda una vivienda social. Es un proyecto de alto impacto social. Otro caso: Jonathan Maturana, un orfebre, creó una joyería para hombres. Como el hombre no sabe comprar joyas, que casi siempre son regalos para sus esposas, creó productos para diferentes ocasiones.

¿Con cuántos emprendedores han trabajado?

Hemos trabajado con 1 650 emprendedores a lo largo de Latinoamérica. Alrededor de 1 200 son de Chile, los otros son de México, Argentina y Venezuela.

¿Han pensado trabajar en Ecuador?


Hemos tenido una serie de reuniones para ver si podemos hacer el programa Balloon en las comunidades de la Costa, por el tema del terremoto del 16 de abril pasado. Ahora estamos viendo el financiamiento y el entorno social y logístico.

¿Cuáles son las necesidades más comunes en las comunidades de la región?

Primero las comunidades no tienen a quién vender sus productos y nosotros tenemos proyectos que le dan esa salida. Segundo, la diferenciación, vamos a una comunidad y todos venden exactamente lo mismo. En temas de turismo, hay comunidades que no están preparadas para las normas de turismo comunitario. No saben calcular costos; cuando ellos calculan los precios pueden ser muy baratos y generan pérdidas, etc.

¿Cómo conseguir que las empresas y autoridades apoyen a las iniciativas sociales en un entorno donde prima la rentabilidad?

Nosotros cuando valorizamos un emprendimiento o una empresa lo hacemos por el ahorro fiscal. Por cuánta plata le ahorramos al Estado por trabajar con cada uno de los emprendedores. Si tú les muestras números concretos de ahorro apuestan por la idea. Esa es una tendencia muy fuerte, los bonos de impacto social. Nuestro trabajo siempre es público-privado: la empresa con los gobiernos regionales.

¿La empresa privada busca involucrarse con estos proyectos como parte de su plan de responsabilidad social empresarial (RSE)?

Ahora la RSE es casi una licencia para operar. Es cómo yo pago esto para que las comunidades no me molesten mientras yo sigo extrayendo los minerales. No hacemos eso. Hablamos de la RSI: una responsabilidad social de impacto, que es que las empresas se involucran directamente con las comunidades y más que nada queremos que sean empresas responsables.

¿Cuál es la importancia de la innovación social en el actual contexto regional?

Nos estamos dando cuenta de que la fuerza del mercado sí permite resolver los problemas sociales o medioambientales. Nos estamos dando cuenta que sí se puede ganar dinero y vivir bien, pero teniendo un impacto social muy importante. Así nacen estas nuevas formas de hacer negocios que son las empresas b, que son empresas sustentables en sí mismo, pero las utilidades están por debajo de los impactos sociales o medioambientales. A través de la fuerza del mercado tu puedes hacer un cambio real, no solo a nivel local sino mundial.

¿A quién le ha costado más entender sobre emprendimiento social?

Yo creo que la empresa. El gobierno lo entiende más. Cuando tú le muestras un programa que funciona lo entiende. La empresa es más complicado, como te decía deber ver como un valor y no como filantropía o campaña de marketing.

Hoja de vida

Reconocimientos
. Considerado uno de los 100 líderes jóvenes de Chile, en el 2015, por la revista Sábado de diario El Mercurio.

Estudios. Licenciado, Ciencias Sociales con mención en Administración de Empresas por la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. Tiene una maestría en innovación y emprendimiento de la misma universidad.

Otros proyectos. Director de Emprediem, una empresa B dedicada a democratizar el emprendimiento y la innovación.

Trabajo en Kenia. En el 2011 fundó con otros colegas Balloon Kenia, con el objetivo de derrotar a la pobreza a través de la creación de empleo. Esta iniciativa sirvió para fundar Balloon Chile en el 2013.