Pamela Arias levantó su emprendimiento de elaboración de peluches con una inversión de  USD 3 500. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Pamela Arias levantó su emprendimiento de elaboración de peluches con una inversión de USD 3 500. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

La fauna ecuatoriana, un negocio de peluches

29 de mayo de 2017 16:59

Al igual que la diversidad ecuatoriana, este emprendimiento oferta una variedad de animales de peluche. No cualquier animal sino aquellos que son propios del país.

El cóndor, el cuy y el oso de anteojos forman parte de los muñecos que se comercializan en Muyu, que tiene su base de trabajo en el valle de Los Chillos.

Su propietaria es Pamela Arias, una joven emprendedora que levantó este negocio con USD 3 500.

Ese monto sirvió para adquirir la materia prima: felpa, lana, hilos y otros insumos y gastos que tiene un negocio, que cumplió un año el pasado febrero.

Levantar este negocio implicó que Arias busque un socio para que le ayude en la confección de los peluches. Durante varios días, ella buscó alternativas de artesanos en la ciudad. Así encontró a un artesano que se dedica a la elaboración de muñecos de peluche.

Arias, quien estudió Biología, apostó por este emprendimiento porque quería que las personas aprendan a “amar lo nuestro”. De hecho, el eslogan de este negocio es “conocer y querer para proteger” a las especies ecuatorianas.

Este emprendimiento trabaja con colecciones, es decir, lanza cerca de 150 tipos de animales como ranas, serpientes, ballenas, tortugas, monos, tigrillos y el emblemático cóndor.
Los precios de estos productos no son costosos. Por ejemplo, una rana arborícola cuesta USD 12. Y el costo de un cóndor o una ballena oscilan entre USD 12 y USD 15.

El peluche no es un simple ‘souvenir’ o un juguete con el que los niños pueden divertirse; además, cuentan con información sobre la especie animal. Junto a cada peluche viene una etiqueta con información sobre la especie y los peligros que enfrentan a diario.

Precisamente ese es el ‘plus’ de este emprendimiento, que puede encontrarse en tiendas como Ashanka o, también, se pueden hacer pedidos por medio de la página de Muyu en Facebook. Allí se detallan características y precios. Además, están en provincias como Imbabura y Chimborazo.

Una de las experiencias más grandes es la acogida con los niños, porque ellos se divierten y aprenden más sobre las especies animales y lo importante que es cuidar a los animales.
Tiempo atrás, Gabriela Bonilla adquirió peluches para su sobrino, quien aprendió a cuidar a animales como el cuy, el cóndor, la tortuga y otros. “Lo bueno es que aprendió a cuidar a los animales por medio de los peluches. Ahora es un protector de animales”.

Para ella, la compra de este tipo de productos es positiva porque es una forma de educar a los niños sobre la fauna que existe en el país.

En esto coincide Andrea Sanabria, quien es madre y una protectora de los animales. Para ella, este tipo de emprendimientos son interesantes porque representan la identidad del país.
No son peluches mágicos ni poco realistas, explica la joven, por lo que tienen un impacto mayor en los niños y en los adultos.