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El Director Ejecutivo de InnovAgro tiene la tarea de educar a los agricultores sobre el manejo de agroquímicos y reciclaje. Foto: Santiago Arcos/ LÍDERES

La misión de Fernando García en el agro es predicar el cuidado ambiental

15 de March de 2015 15:23

No es un agricultor, pero se considera un hombre de campo. El riosense Fernando García está al frente de una cruzada que parecería contradictoria. El Director Ejecutivo de InnovAgro, la organización que en Ecuador agrupa a las empresas multinacionales de investigación y desarrollo de semillas e insumos agroquímicos, tiene la tarea de concienciar a los agricultores sobre el uso adecuado de estos y promover el correcto manejo de los envases, para que no afecten al medioambiente.

Este abogado poco amigo de las corbatas y de las formalidades puso en práctica sus conocimientos, desarrollados desde 1989 en su propio estudio jurídico, para promover programas de responsabilidad social. De sus estudios en Administración y en Auditoría de Empresas obtuvo las herramientas para representar, desde 1992 y durante 10 años, a la Asociación de Importadores y Fabricantes de Insumos Agropecuarios, como su Director Ejecutivo.

Una de sus mayores satisfacciones, confiesa, ha sido estar al frente de los programas de capacitación dirigidos a los campesinos, asociaciones agrícolas y trabajadores del campo, involucrados en el manejo de agroquímicos.

Precisamente, esa necesidad de estar en contacto directo con los agricultores lo ha llevado a recorrer casi todo el Ecuador. Para él, no se trata de promover un insumo o una marca en particular, sino de darle habilidades al campesino y a todos los que están en la cadena del manejo de agroquímicos, que les permitan minimizar los efectos negativos en su salud y en el medioambiente.

Entre las tareas de García están la de educar al campesino sobre cómo reducir el impacto que causa la manipulación de los envases vacíos de los productos agroquímicos que se desechan en el campo. En Riobamba, hace tres semanas, se reunió con productores de la zona para promover el programa de responsabilidad social bautizado como CuidAgro.

“Es muy importante que nosotros conozcamos sobre la correcta manipulación de los envases donde se almacenan los insumos del campo”, dice el dirigente agrícola Marco Pozo, de la zona de Guano, en la provincia de Chimborazo.

Carlos Torres, miembro de una Asociación de Productores Banano de Pasaje, en la provincia de El Oro, reconoce en García a un conocedor del sector, cuyas charlas educan por su practicidad.

Los integrantes de este gremio bananero orense aprendieron la técnica del triple lavado. El objetivo de este método es limpiar la mochila de aplicación con los sucesivos lavados y así eliminar totalmente los residuos. “El resultado es que el envase queda limpio y no existe el riesgo de que los ingiera un niño”, señala Torres.

Con esa misma práctica, el envase vacío sirve para ser reutilizado a través del reciclaje.

El guatemalteco José Perdomo, presidente ejecutivo de CropLife Latin America, destaca el trabajo alcanzado por García desde la dirección de InnovAgro en la capacitación de los pequeños y medianos agricultores. “Es necesario trabajar en cada país con las comunidades y asociaciones, formando capacitadores, que luego repliquen esos conocimientos”.

En el 2013, García fue reconocido en México por sus gestiones en el cambio de clasificación en Ecuador de los envases de agroquímicos, que antes estaban etiquetados como recipientes peligrosos para la salud, y que ahora se consideran un desecho especial con opción de reciclaje. La reclasificación la otorgó el Ministerio de Ambiente.

Los resultados de esa reclasificación han sido muy positivos, a criterio de Pablo Gómez, expresidente de CropLife Ecuador y mentalizador, junto con García, de la propuesta de reclasificación de los envases.

En el 2014 a través del programa se reciclaron 105 toneladas de recipientes vacíos de pesticidas, desechados de uso en plantaciones de banano y flores. A lo largo de los últimos seis años, a través de este programa, han sido retiradas alrededor de 600 toneladas de envases. “Él está involucrado en todos los proyectos, y combina su trabajo con los agricultores, con la otra actividad de InnovAgro, que es el acompañamiento en el tema regulatorio con las autoridades del país”, menciona Gómez.

Este padre de tres hijos y amante del té considera que una de las tareas más complicadas de su trabajo es cambiar ciertas prácticas arraigadas en los campesinos, como la resistencia a deshacerse de los envases que resultan de la aplicación de los insumos químicos.
“La tarea más difícil es lograr que el agricultor devuelva los envases, porque estos tienen tan buena presentación que no los quieren entregar”.