Redacción Quito
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Un gremio empresarial obtuvo el reconocimiento punto verde

El silencio que comúnmente impera en los patios interiores del Jardín Botánico de Quito, ubicado en el norte de la ciudad, fue reemplazado el pasado jueves por discursos sobre ahorro de recursos y empresas privadas.

Ese día la Cámara de Industrias y Producción (CIP) recibió el Reconocimiento Ecuatoriano Ambiental Punto Verde. Fue la ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, quien felicitó el trabajo realizado por este gremio.

Este galardón, que tiene vigencia hasta septiembre del 2014, reconoce las buenas prácticas ambientales de la Cámara. El gremio demoró dos años en obtener el Punto Verde.

Ana María Noguera, directora de Ambiente y Seguridad Industrial de la CIP, explicó que la primera acción que tomaron en el 2010 fue crear una política ambiental. Esto les permitió establecer a la variable ambiental como un eje estratégico de su gestión empresarial. Se impusieron metas de ahorro en consumo de agua, de energía eléctrica...

Entre las acciones que permitieron la calificación del Ministerio de Ambiente, se destacan las obras en el edificio matriz de la CIP, para derrocar paredes y ampliar ventanales que permitieron una mayor iluminación natural en interiores.

Entre los resultados obtenidos por la CIP está un 26% de ahorro en consumo de electricidad. “Además, con la aplicación de una política ambiental ahorramos 282 000 litros anuales de agua”. El consumo del líquido vital se redujo 58%, señaló Noguera al explicar sobre las inversiones en la automatización de los sistemas inodoros, el manejo de desechos sólidos como papel, focos y baterías eléctricas.

Otro indicador relevante fue que el personal de la CIP disminuyó su consumo de papel mensual de 0,62 a 0,52 kilos, por persona. En promedio, la CIP destinó USD 69 000 para los cambios que fueron reconocidos en este galardón.

Nicolás Espinosa, presidente de la Junta Directiva de la CIP, recalcó los esfuerzos dados en la capacitación para sus más de 30 colaboradores. Aquello, en la concienciación sobre el manejo de recursos, la gestión de residuos, entre otros temas.

Para Pablo Dávila, presidente ejecutivo de la CIP, y cuya tarjeta de presentación está impresa en papel reciclado, la búsqueda del reconocimiento (que espera transformarse en certificación a finales de año, según indicó la ministra Aguiñaga), tuvo por objetivo el establecimiento de este gremio como referente para sus afiliados. “El cambio de conducta de nuestros colaboradores se evidencia en réditos económicos”, señaló Dávila.

El primer reconocimiento Punto Verde se entregó en el 2010 a la Sociedad Industrial Agrícola San Carlos. Otras firmas que ostentan este reconocimiento ministerial son Novacero, Italimentos, Marbelize, Codana, Holcim, entre otras.

El reconocimiento

  • Hacia la certificación. La ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, señaló que este reconocimiento busca consolidarse como certificación internacional a fin de año.
  • Los puntos verdes. El reconocimiento tiene una vigencia de dos años y se vincula íntegramente a las buenas prácticas empresariales sobre el aporte ecológico.