Está vinculado con PwC desde el 2008. Hasta la fecha ha desempeñado cargos en asesoría de estrategias, dirección y como socio, en Alemania, Bolivia, Chile y Ecuador. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Está vinculado con PwC desde el 2008. Hasta la fecha ha desempeñado cargos en asesoría de estrategias, dirección y como socio, en Alemania, Bolivia, Chile y Ecuador. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Identificar los cambios es el desafío

8 de mayo de 2017 09:56

Carlos Zegarra es el Socio de la división de Consultoría de PwC sobre innovación habla sobre cómo inciden las innovaciones tecnológicas en los modelos de negocios actuales. Asegura que las empresas están obligadas a revisar sus estrategias y sus propósitos.


¿Cómo afecta esto al desempeño de las empresas y qué están haciendo para adap­tarse a los cambios que son cada vez mayores?

Los cambios tecnológicos de los últimos años son tan profundos que nos hacen ver que estamos entrando a una nueva era industrial, a una nueva revolución industrial con cimientos muy claros. Esos cimientos datan de la década de 1950 cuando empezó un proceso masivo de producción, globalización y competencia sin fronteras; ahora está por iniciar lo que se llama la industria 4.0, que es parte de una transformación industrial. Según un estudio global que hicimos con CEO de distintas industrias se advierte que en la banca, por ejemplo, los proveedores de hoy competirán con proveedores no tradicionales en los próximos cinco o siete años.

¿Qué más puede pasar? ¿Qué debemos esperar?
Ninguna industria está inmune a estos cambios. La disrupción tecnológica permitió la desaparición de las fronteras de las industrias. Antes se sabía dónde empezaba y donde terminaba una empresa de telecomunicaciones, por ejemplo. Pero esas fronteras van desapareciendo. Hace una década una empresa de telecomunicaciones transmitía datos y facilitaba llamadas; ahora es también una empresa de entretenimiento con contenidos que generan más ingresos que los servicios de hace diez años. Otra industria como la automotriz ya no pensará en fabricar vehículos, sino en ofrecer el servicio de movilidad. En pocos años, con todos los avances como vehículos autónomos o eléctricos, ya no será atractivo tener un auto propio y por eso las empresas de ese sector pensarán en dar servicios de movilidad

Eso ya ocurre.
Así es. Firmas como Uber o Easy Taxi dan soluciones de movilidad usando infraestructura de transporte existente. ¿Adónde vamos? A que las empresas tienen que ser muy hábiles para identificar cambios porque sino quedarán rezagadas. Tienen que ser hábiles y flexibles para identificar hasta donde se van a abrir las fronteras de su negocio y ver qué otros tipos de competidores no tradicionales tendrán en su sector. En Alemania, por ejemplo, la industria automotriz tiene claro que los dispositivos digitales representarán el 50% o 60% del costo y ahora dirige su enfoque hacia la disrupción tecnológica.

¿Qué otros sectores sentirán con fuerza estos cambios?
La construcción es otro ejemplo. Está viviendo momentos interesantes con el uso de drones, por ejemplo, que permiten medir avances de una obra, a bajo costo. En empresas de manufactura hay sensores que indican prever cuándo será necesario dar mantenimiento a una máquina .

¿Estas innovaciones van de la mano de los ciclos económicos?
No. Van a un ritmo totalmente distinto porque son cambios tecnológicos globales e inmediatos. Antes se esperaba años para que esos cambios se den. Ahora tenemos mercados abiertos, existe una interrelación de industrias y esos cambios surgen a escala global y se ejecutan a en toda geografía. El desafío es identificar en qué momento está un industria para saber qué tipo e inversión hacer. Los ciclos económicos no son permanentes y las estrategias de las empresas tienen que ser de largo plazo.

¿Qué sensaciones tienen las empresas frente a las ­innovaciones?
Eso depende de las industrias. Hay algunas que han estado más abiertas y acostumbradas a que la tecnología genere disrupción. Entonces firmas de finanzas o telecomunicaciones están más alertas a estos cambios. Si bien el nivel de madurez organizacional en Ecuador aún es bajo en muchas, hay excepciones como las mencionadas. El nivel más bajo de madurez está en la manufactura industrial; muchas de estas empresas tienen el enfoque de ofrecer productos, pero no ofrecen o proveen valor o satisfacen una necesidad. Esto pasa en la industria automotriz o en el sector salud. En esta última ya vemos sensores para predecir una enfermedad. Eso es generar valor. Hay que avanzar de ofrecer productos o servicios a dar valor.

¿Y qué va a pasar con la mano de obra?
Hay estudios y análisis sobre cómo los robots reemplazarían al humano. Se habla de reemplazo de mano de obra en EE.UU. o Europa. La conclusión es que lo que cambia es el rol del ser humano en los trabajos. Si bien existen oficios en los que la robótica tiene más sentido, el ser humano cambia de enfoque y jamás podemos poner la tecnología por encima de las personas, porque sería algo inservible. En el futuro la lógica de humanizar la tecnología no sería posible.

¿A qué se refiere con este cambio de rol?
Si bien hay trabajos que van a desaparecer, se crearán nuevos. Un ejemplo como gerente de análisis de datos que no existía pero que ahora se necesita. Hay nuevas posiciones que surgen de la disrupción tecnológica.

Y para esto, como usted dice, se necesita ser hábiles para identificar los cambios.
Hay algunas premisas para las compañías. Primero deben reconocer que esto está pasando. No deben pensar que están en un sector inmune. Hay que ser consciente de que los cambios afectan a todos y por eso recomendamos repensar el modelo de negocio. También hay que revisar el propósito de la compañía. Muchas veces las estrategias se basan en qué vendo y el canal que uso para llegar, pero lo más importante es preguntarse por qué estoy brindando un producto a los clientes. Otro punto importante es utilizar de manera inteligente los datos.

Todo esto implica cambio en el modelo de negocio, el equipo d e trabajo, la infraestructura...

Totalmente. A veces se piensa que los cambios deben darse de la noche a la mañana. Pero lo mejor es innovación incremental, porque es menos costosa y se puede probar más rápido que una innovación disruptiva. Vale innovar rápidamente pero repensando primero la estrategia del negocio.

Hoja de vida

Formación. Tiene un MBA, estudios de posgrado relacionados con cadenas de suministros y estudios en negocios. Estos estudios los hizo en España
y en Bolivia.
Carrera. Está vinculado con PwC desde el 2008. Hasta la fecha ha desempeñado cargos en asesoría de estrategias, dirección y como socio, en Alemania, Bolivia, Chile y Ecuador.
Experiencia. Cuenta con cerca de 17 años de experiencia asesorando a empresas de diversas industrias en el desarrollo e implementación de estrategias. Su trabajo es alinear los objetivos corporativos con los procesos de negocio, la tecnología y los facilitadores organizacionales para alcanzar los objetivos.