Todo apunta a que China conseguirá la inclusión de su moneda en la cesta de divisas del FMI. Foto: AFP.

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Agencia DPA
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¿Conseguirá el yuan arrebatarle la corona al dólar?

29 de noviembre de 2015 13:36

Hubo que esperar, pero todo apunta a que mañana China conseguirá un objetivo que persigue desde hace tiempo: la inclusión de su moneda, el yuan, en la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las perspectivas de que el FMI tome la decisión en su reunión del lunes son buenas, después de que la directora gerente, Christine Lagarde, se pronunciara a favor. La moneda china pasaría así a formar parte de los Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés), la moneda nominal del FMI, lo que sería un aliciente para las exportaciones chinas.

El FMI basa sus cuentas también para sus ayudas financieras en estos SDR. Hasta ahora forman parte de la cesta el dólar estadounidense, el euro, la libra británica y el yen japonés.

"De esta forma, el FMI le otorga a China una mayor relevancia", señala el economista Mei Xinju. "Es un paso más que fortalece la confianza en el yuan como moneda internacional".

Sin embargo, incluso sin el apoyo del FMI China ha dado muchos pasos en los últimos años en dirección a su objetivo: quitarle al dólar su dominio como moneda en los mercados financieros y establecer al yuan como la otra gran divisa mundial.

Desde 2009, Pekín ha sellado en total 39 acuerdos Swap con otros países. Donde antes los negocios con los socios comerciales se hacían en dólares, ahora el intercambio es directamente en su propia moneda.

El yuan también se ve impulsado por el actual proyecto de la "Nueva Ruta de la Seda", una red comercial global que espera conectar en el futuro a más de 60 países. Para ello, China invierte a nivel internacional miles de millones en carreteras, líneas ferroviarias y puertos.

"Una parte cada vez mayor de estas inversiones ya no se hace en dólares, sino directamente en yuan", afirmó la experta en divisas china Zhang Monan.

El yuan se está instituyendo como moneda de inversión, lo que implica que los extranjeros invierten su dinero cada vez más en productos financieros que cotizan en yuan. La semana pasada, por ejemplo, empezó a funcionar la Bolsa Germano-China en Fráncfort, en la que se negocian 200 productos financieros en moneda china.

El intento de Pekín de mover a otros países a comerciar en yuan está dando frutos. En agosto de 2012 la divisa era la número 12 entre los principales medios de pago internacionales, mientras que en la actualidad es la número cuatro, por delante del yen japonés.

Pese a ello, ocupa un lugar pequeño en comparación con el trío principal: según las estimaciones más actuales, un 2,79 por ciento de todos los pagos internacionales se hacen en yuan, frente a un 44,8 por ciento en dólares, 27,2 por ciento en euros y un 8,5 por ciento en libras esterlinas.

"Para que el yuan juegue en la misma liga que el dólar estadounidense hacen falta muchas reformas", comenta Zhang Monan. La más importante de todas que China permita su libre flotación. A diferencia del dólar y el euro, las fluctuaciones del yuan están determinadas aún en gran medida por el Estado y no por el mercado.

Los expertos debaten sobre cuándo permitirá China el comercio libre del yuan. Algunos especulan que en el próximo Plan Quinquenal, que comienza en 2016, podría introducirse la libre convertibilidad.

En cambio, otros, como el economista Mei Xinju, son más escépticos. Introducir un experimento monetario de este calado en un momento en el que China lucha con un crecimiento débil traería más inseguridad y en el peor de los casos podría incluso desatar una crisis económica, argumenta.

Si después de la liberación del yuan los inversores internacionales especulan con una moneda que va ganando valor, podrían fluir al país en poco tiempo enormes sumas de dinero, pero esto también podría desatar una burbuja especulativa, opina Mei.

Por otro lado, también podría provocar que saliera gran cantidad de capital del gigante asiático ante la preocupación por el futuro desarrollo de la economía local. "Es una tarea delicada, por lo que el gobierno se tomará aún tiempo", afirma Mei Xinju, que no duda en ningún momento en que el yuan jugará en un futuro en la misma liga del dólar o incluso lo superará.

No se trata, sin embargo, de una cuestión de años, sino de un proyecto para el siglo XXI. También el dólar necesitó muchas décadas antes de superar a la libra, subraya.