Las bolsas de valores de Brasil tambalean después del anuncio del regreso de Lula da Silva, al gabinete presidencial. Foto: AFP

Las bolsas de valores de Brasil tambalean después del anuncio del regreso de Lula da Silva, al gabinete presidencial. Foto: AFP

Inversores temen un giro a la izquierda en Brasil con la llegada de Lula

16 de marzo de 2016 15:58

Los inversores están expectantes para saber cuáles son las cartas que moverá el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Presidencia y temen que su presencia en el Gobierno de Brasil pueda dar un giro a la izquierda a la política económica.

La llegada de Lula al Gobierno, confirmada hoy, 16 de marzo del 2016, fue recibida con cautela por el mercado: la bolsa de Sao Paulo caía un 0,72% y el real brasileño se depreciaba un 0,53% frente al dólar, que era negociado a 3,784 reales para la venta sobre las 14:20 hora local (17:20 GMT).

Los rumores sobre la posibilidad del nombramiento ya habían sacudido al parqué brasileño en la víspera, cuando la bolsa cayó un 3,56%.

El mercado ha expresado su recelo ante la idea de que Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, pueda interferir en la política fiscal, a la que el Gobierno le había dado un giro ortodoxo en el último año para intentar reequilibrar las maltrechas cuentas públicas del país.

El desembarco del expresidente en el Ejecutivo ha incrementado la incertidumbre que desde hace meses campa a sus anchas por Brasil, un país que se encuentra cercado por una crisis política, un inmerso caso de corrupción y el naufragio de su economía. "Todavía no se sabe lo que va a hacer Lula, pero parece que va a tener poderes especiales para cambiar el rumbo de la economía", dijo a Efe el analista Pedro Galdi, de la consultora What Call.

El primer cambio en la esfera económica tras la llegada de Lula podría ser la salida del presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, un economista de carrera que se ha caracterizado por su política disciplinada.

La renuncia de Tombini, un rumor que la prensa local ya da como hecho consumado, podría devolver al Banco Central a Henrique Meirelles, quien fue jefe del emisor brasileño durante el gobierno de Lula, ahora convertido en ministro de su ahijada política, Dilma Rousseff.

Fue precisamente la elección de Meirelles, un experimentado banquero, la que apaciguó los ánimos de los inversores cuando Lula, un exmetalúrgico convertido en sindicalista, comenzó a gobernar en 2003.

En aquel momento, los mercados reaccionaron con pérdidas ante la llegada al poder de un gobierno de izquierda, pero Lula consiguió calmarles con el nombramiento de Meirelles y la continuidad de algunas de las medidas económicas adoptadas por su antecesor y opositor, Fernando Henrique Cardoso.

La popularidad de Lula durante su primer mandato estaba a la altura de las nubes, pero su regreso al Gobierno le pilla con la imagen dañada, ya que el ex jefe de Estado está siendo investigado por corrupción.

Por ello, Lula intentará fortalecer el apoyo de su formación, el Partido de los Trabajadores (PT), y para ello podría frenar parte de las medidas de austeridad propuestas por el Gobierno, lo que le reclaman las bases de la formación.

Es precisamente esta idea la que asusta al mercado, que teme el hecho de que Lula pueda tener "carta blanca para mover la economía", según Galdi. 

"Si Lula acompaña las propuestas del partido, va a tomar medidas de carácter expansionista para fomentar el consumo y aumentar los gastos del Gobierno", dijo a Efe Virene Matesco, profesora del instituto económico Fundación Getulio Vargas (FGV).

Estas medidas chocarían de frente con el plan de ajuste fiscal propuesto por Rousseff, que incluye una drástica reducción del gasto y un aumento de la recaudación a través de la vía tributaria, medidas criticadas por el propio PT.

Para la profesora de la FGV, la llegada de Lula al Ejecutivo supone una "renuncia blanca" de Rousseff, quien, a su juicio, "delegará las funciones por las que fue elegida" a su padrino político.

De acuerdo con Matesco, el lenguaje "amenazador" e "irresponsable" no ha sido bien recibido por el mercado, que vive semanas de gran volatilidad