Ivonne Durán Estudió ­Administración de Empresas y Restauración. Su amor por el arte y las fibras naturales la llevó a crear productos con apoyo de los artesanos. Foto: LÍDERES

Ivonne Durán Estudió ­Administración de Empresas y Restauración. Su amor por el arte y las fibras naturales la llevó a crear productos con apoyo de los artesanos. Foto: LÍDERES

Ivonne Durán conformó una red con 62 artesanos

7 de julio de 2017 20:39

Desde niña, Ivonne Durán, propietaria de Maquipura y creadora de la red de artesanos Thapachakuy, demostró su creatividad, capacidad para emprender y ser solidaria. Las anécdotas y los recuerdos así lo demuestran. Cuando Durán tenía 6 años, por ejemplo, y no hallaba cómo entretenerse, utilizó un tacho grande para jugar con su amiga Mónica Terán. Se metieron en el interior y se divirtieron rodando.

Ivonne, quien ahora tiene 56 años, desarrolló la habilidad para crear. Junto a artesanos de diferentes ciudades del país diseña jarrones, collares, bolsos, ropa, bandejas, objetos decorativos y más. Estos tienen un sello único para diferenciarse de los demás.

La capacidad de emprender de esta artesana se evidenció cuando terminó el Bachillerato. Sin tener un título profesional, empezó a trabajar a los 17 años en la Financiera Manabí. Primero se desempeñó como recepcionista y llegó a ser Jefa de Crédito.

Sus ganas de trabajar le permitieron ascender en un período de 10 años. Raúl Franco, su entonces jefe en la entidad financiera, recuerda que Durán, pese a su juventud, demostró desde un inicio su predisposición para aprender.

Esta mujer pasó de contestar el teléfono a ser la asistente del gerente. Luego se encargó de la contabilidad, del análisis de las facturas, de negociar con los clientes de la financiera. Tras 10 años de trabajo cambió los tacones y la ropa formal que se usaba como ejecutiva por prendas más holgadas para dedicarse al hogar. La financiera cerró un año después.

Las prioridades de esta emprendedora cambiaron. Tenía que cuidar de su primera hija, María José, y luego de Alegría. Pero buscó la forma de seguir trabajando.

Durante su faceta como ama de casa organizó su tiempo para viajar a Estados Unidos. Allá compraba ropa y la vendía a sus amigos. Además empezó a capacitarse en cursos de manualidades. Aprendió pintura decorativa, tallado, vitrofusión, ‘patchwork’.

Todos estos conocimientos recibidos la motivaron para realizar talleres y enseñar a otras personas. Pero como no era una actividad rentable se dedicó a confeccionar uniformes a la medida para las empresas y a diseñar ropa de lana para bebés.

En este último proyecto trabajó junto a Coltejidos. Creó la marca Piecitos, para sus prendas, y junto a la empresa colocó los productos en tiendas como Bebelandia, conocida ahora como Bebemundo, Mi Comisariato y Etafashion. El negocio creció y la familia también. Nació el tercer hijo de Ivonne: Álvaro. Era 1998.

Ante la nueva responsabilidad, el negocio de confección de uniformes y ropa de bebé cerró. Durán, entonces, empezó a explotar más su creatividad. Y se dedicó a elaborar artesanías.
Para elaborar adornos navideños, portavasos y otros objetos decorativos empleaba fibras naturales como paja toquilla, cabuya, espigas. Estos productos eran entregados en tiendas artesanales como La Bodega, Olga Fisch, Sinchi Sacha. Hasta que en el 2008 adecuó en su casa su local llamado: Maquipura, que significa ayudar, dar la mano.

El concepto de Maquipura no se quedó en el aire. Para abastecer el almacén, Durán viajaba a provincias a comprar artesanías y conocer a las personas que están detrás de este negocio. Enseguida, se conectó con ellos y empezaron a elaborar nuevos diseños.

“Ella es muy creativa, nunca termina el diseño como lo concibe inicialmente”, expresa Ginger Pazmiño. Aparte de esta capacidad de crear, Pazmiño, quien confecciona carteras, destaca la solidaridad de quien fue su alumna y se convirtió en su socia. “Cuando estábamos conociéndonos me invitó a comer a mí y a mis hijos. Justo ese día yo no tenía dinero”.

Antes de preguntar las necesidades de sus compañeros artesanos, artistas y diseñadores, Ivonne intuye y extiende su mano.

Así, en el 2016 usó su amplia agenda de contactos para organizar una red llamada Thapachakuy, que significa hacer el nido. Su objetivo era reactivar la actividad artesanal que se vio afectada por la situación económica del país.

Mediante esta iniciativa, que reúne en la actualidad a 62 artesanos, artistas y diseñadores ha logrado que ella y sus compañeros participen en ferias artesanales. Ha estado en Home Design y el Club Jacarandá, en Cumbayá. Y este año tienen previsto participar en otros espacios.

Para Sonia Carpio, quien elabora joyas de plata tejidas, Ivonne es dinámica y generosa. Y a pesar de la competencia -agrega Carpio- Ivonne reconoce el talento de los artesanos y los motiva a buscar espacios para promocionarse. Así venden de manera directa y evitan que su trabajo se encarezca.