Redacción Quito
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Javier Bucheli mantiene su conexión con Cobiscorp desde Washington

‘Desde los 9 meses comenzó a caminar y en ese momento supe que llegaría lejos”. La frase es de Anabella, hermana mayor de Javier Bucheli Vaca (1970).

Oriundo de San Gabriel (Carchi), Bucheli cuenta que la unión entre los miembros de su familia siempre fue lo más importante para él. De sus familiares, a su hermana Nancy la considera como “la piedra angular de su personalidad, de su vida y de su carrera”.

Los padres de Bucheli, Carlos y Rosario, trabajaban largas jornadas para mantener a sus nueve hijos. Nancy ocupó un papel maternal para sus hermanos menores, especialmente para Javier, el menor.

Hoy, este ingeniero de Sistemas es el Vicepresidente Sénior de Operaciones de Cobiscorp, una firma ecuatoriana que desarrolla soluciones informáticas para entidades financieras, desde hace medio siglo, y que tiene oficinas en Ecuador, Colombia, Panamá, El Salvador y EE.UU.

Bucheli dejó su lugar natal cuando tenía 8 años. Sus padres decidieron mudarse a Quito para que Anabella y Nancy estudiaran la universidad. Así, Javier Bucheli se matriculó en el Colegio Sebastián de Benalcázar, en Quito, donde se graduó en Físico Matemático, en 1981.

El nivel académico del colegio le permitió que los primeros años de estudio en la Escuela Politécnica Nacional, en la carrera de Ingeniería en Sistemas y Computación, fueran “relativamente sencillos”.

En 1993 realizó su tesis de grado, apenas tres meses después de egresar de la universidad. Enseguida empezó su relación con Cobiscorp, firma en la que ha colaborado desde hace 20 años.

Su hermana Anabella recuerda que Javier se graduó un viernes e ingreso a trabajar al lunes siguiente.

Para este aficionado al atletismo, Cobiscorp se convirtió con el tiempo en una nueva familia, así como en un espacio de crecimiento profesional permanente.

En la firma, el primer proyecto en el que participó fue la implementación del Módulo de Depósitos, que se encuentra hasta la fecha en entidades como Promedical, Banco Nacional de Fomento, Banco Bolivariano, Citi...

En 1996 se convirtió en líder de ese mismo proyecto que permite la intermediación financiera bancaria mediante un sistema informático llamado Corebanking. Esta responsabilidad despertó su interés en el sector de las finanzas. Por eso, en el 2000, para desarrollar sus habilidades comerciales y administrativas, obtuvo su MBA de la U. San Francisco de Quito.

Su compañero de oficina y amigo Juan Arthos dice que Bucheli es una persona tenaz y trabajadora. Ellos se conocieron en Cobiscorp hace 14 años. Arthos destaca la visión que tiene Bucheli para los proyectos bancarios de desarrollo informático. Esta habilidad le ha permitido estar a cargo de proyectos que la compañía tiene con entidades bancarias en México, Argentina, Colombia, Venezuela, Guatemala, etc.

De igual manera, Arthos cuenta que la perseverancia, el trabajo duro y la eficiencia de Bucheli inspiran confianza. Entre risas dice: “Sabemos que siempre nos defenderá hasta la última instancia. Él no se rinde cuando se trata de defender lo nuestro”.

Su vinculación con Cobiscorp se estrechó aún más cuando conoció a Ximena Suárez, quien trabajaba en la empresa y con quien contrajo matrimonio en 1996. Junto a ella comparte la crianza de sus hijos: Martina y Joaquín, quienes lo han apoyado y entendido durante sus viajes. Los chicos se adaptaron mucho más fácilmente que nosotros al estilo de vida norteamericano”, cuenta Bucheli, quien hoy vive en Washington D.C.

Desde 1999 viaja constantemente por su trabajo. Él considera que viajar lo llena de adrenalina, debido a la presión que se exige al presentar un proyecto internacionalmente. Carlos Terán, otro ejecutivo de Cobiscorp recuerda un episodio que muestra una de las facetas de Bucheli.

Ambos viajaron a Cuernavaca, México, por trabajo. Habían llegado a altas horas de la noche y no encontraban un punto de venta de teléfonos para comprar chips para sus equipos. Sin estos no podrían presentar su exposición para una entidad bancaria, en esa ciudad.

A la mañana siguiente encontraron los chips una hora antes de la exposición, que terminó con un nuevo contrato. “Durante esos momentos yo estaba desesperado, pero Javier mantuvo la calma. Es una de sus cualidades que admiro”.

En el 2006 se destacó como Director Regional para América Latina y se convirtió en el Gerente General de Cobiscorp en su sede en Panamá. Durante esta etapa fue responsable de un presupuesto de USD 5,5 millones para la región de Centroamérica y el Caribe.

En el 2008 la empresa lo envió a Great Falls, EE.UU. para convertirse en Jefe de Tecnología de la corporación. Regresó a Ecuador en el 2010 y permaneció en el país hasta el 2011, cuando lo nombraron Vicepresidente Sénior de Operaciones en Cobiscorp, con sede en Washington DC. Dentro de sus obligaciones está el desarrollo de las operaciones de Cobiscorp, de producto, ventas y mercadeo, servicios profesionales, recursos humanos, tecnología, y servicios internos.

Su jornada de trabajo se inicia temprano en la mañana. Supervisa los proyectos en desarrollo en las sedes internacionales de Centro América, Ecuador, Estados Unidos y el Caribe. También se reúne con los clientes de la empresa.

Ivette Rojas, colaboradora de Proyectos de Bucheli, también de Cobiscorp, cuenta que “Javier se involucra personalmente en los proyectos y aunque algunos cambios resulten molestos para sus colaboradores, estos son favorables”.

En este crecimiento dentro de Cobiscorp, su antiguo jefe Richard Moss, fue una de las personas que más influyó en su vida y que lo acercó a Dios, dice Bucheli.

Durante un viaje a Panamá, Moss le entregó el libro ‘La fe explicada’, de Leo J. Tresse, el cual le permitió acercarse a la religión católica. “Siempre sentí que algo faltaba en mi vida hasta que encontré a Jesús. Él cambió a mi familia”.

Asimismo, Moss lo impulsó a practicar el atletismo. Por sus viajes Bucheli aumentó de peso por lo que Moss lo impulsó a correr. “Sufría por mi peso, pero gracias al deporte bajé 35 libras”. Este año piensa participar en el maratón Marine Corps de Washington para la que se ha preparado por cuatro años.