Daniel Legarda tiene la mayoría de sus libros en su oficina. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Daniel Legarda tiene la mayoría de sus libros en su oficina. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Un amante de los mundos macondianos

29 de mayo de 2017 15:59

La probabilidad de que una persona que haya crecido dentro de una barrio ‘bravo’ de Estados Unidos se convierta en delincuente es 20% más alta que el de una que creció fuera.

Este es uno de los datos que Daniel Legarda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), más recuerda de la lectura de ‘Freakonomics’, el libro escrito por el economista Steven D. Levitt y el periodista Steven J. Dubner.

Lo que lo enganchó de este libro fue la cantidad de estadísticas sobre la alimentación, el tráfico, la migración o el crimen organizado que encontró. “Con estos datos -dice- se puede reflexionar desde lo social y desde lo económico”.

A Legarda le gustan las estadísticas y también los mundos macondianos. Uno de sus libros preferidos es ‘Cien años de soledad’, de Gabriel García Márquez. A este economista le sorprendió la infinidad de personajes y de historias que transitan a lo largo del libro pero, sobre todo, las realidades que se viven en las pequeñas y grandes ciudades.

Lecturas como la de ‘El manual del perfecto idiota latinoamericano’, ‘Todos nos equivocamos’, de Carlos Sabino y ‘Cuentos chinos’, de Andrés Oppenheimer se suman a ese interés que tiene por entender los comportamientos sociales de la región.

“Estos libros fueron importantes para mi formación -cuenta- porque me abrieron los ojos y me permitieron entender que muchas veces nos venden el discurso de que nuestros problemas son solo por las transnacionales o las grandes potencias”.

Las lecturas de este economista se han orientado al ‘management’ gracias a la maestría en Dirección de Empresas que está estudiando desde hace un año. En el escritorio de su oficina, ubicada frente al parque La Carolina, tiene pilas de libros con títulos como ‘Finanzas para directivos’ o ‘La dirección estratégica para países emergentes’. En medio de estos libros está uno de pasta desgastada y hojas con las puntas dobladas. Se trata de ‘Macroeconomía en la economía global’, de Felipe Larraín y Jeffrey Sachs. Una publicación, que confiesa, marcó su pensamiento y que lo impulsó a ser economista.

“La virtud de este libro es que sus autores explican de forma fácil conceptos complejos sobre cómo funciona una economía”. Con esta obra Legarda comprendió temas que explican desde cómo se genera la inflación hasta cómo funciona un sistema cambiario en una economía cerrada.

Su vida de maestrante y su cargo en la Federación de Exportadores han alterado un poco sus tiempos y espacios de lectura, pero procura hacerlo en las mañanas, bien temprano. Prefiere leer libros físicos y sostiene que estos serán irreemplazables a mediano o largo plazo, por el valor simbólico que puede tener para las personas.

Para él la lectura es una actividad imprescindible porque abre la posibilidad de conocer y habitar otros mundos. Cada vez que quiere salir de la dinámica laboral abre esa ‘ventana’ literaria, como lo hacía su abuelo paterno, un militar que gustaba de las lecturas de los conflictos mundiales.