Tatiana Viracucha es una profesional que se ha formado dentro y fuera del país. En su crecimiento laboral se apoya en su familia, con la que comparte valores y conocimientos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Tatiana Viracucha es una profesional que se ha formado dentro y fuera del país. En su crecimiento laboral se apoya en su familia, con la que comparte valores y conocimientos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Una líder que brilla en la dura industria cementera

13 de marzo de 2018 07:43

Tatiana Viracucha es una líder en un universo de hombres. La frase no es un cliché: esta ingeniera y tecnóloga ha llegado a ser la única mujer en centros de estudio o trabajo, en los que ha alcanzado posiciones directivas.

Desde que era niña experimentó este mundo masculino, cuando se crió con sus cuatro hermanos varones una vez que sus hermanas se casaron siendo muy jóvenes. Oriunda de Lloa, una parroquia rural al suroeste de Quito, recuerda con cariño sus años de infancia.

Sus padres decidieron formarla en Quito, por lo que su educación transcurrió entre los colegios Santa Dorotea y Quito. En este último, sus profesores de física y matemáticas, vinculados con la ingeniería y la arquitectura, influyeron en su gusto por la construcción.

Deseosa de conocer más sobre este tema, ingresó a la Tecnología de Construcciones Civiles en la Escuela Politécnica Nacional (EPN). “Había clases en las que era la única mujer. Al inicio fue complejo, pero me acoplé. Había veces que cuando mis compañeros jugaban fútbol me incluían a mí como arquera. Salíamos a bailar y yo compartía con ellos”.

Durante su último año de estudios accedió a una pasantía que le cambió la vida. Ingresó a la entonces llamada Cemento Nacional.

La curiosidad y empeño que mostró respecto de los procesos vinculados al hormigón le permitieron que, oficialmente, la contrataran. Y no fue lo único, sino que la compañía le dio la oportunidad de que continuara sus estudios.

Viracucha volvió a la EPN y en el 2002 se graduó de ingeniera en Administración de Procesos. Dos años después, cuando Cemento Nacional pasó a llamarse Holcim, escaló posiciones que le permitieron, en la actualidad, convertirse en la única mujer jefa de una de las siete plantas fijas que tiene la compañía en Ecuador.

Con humildad y orgullo recuerda que en un inicio desarrolló actividades en el área operativa. Su primer cargo fue de ayudante de auxiliar de laboratorio; allí tenía, incluso, que cargar carretillas.

El realizar esa simple acción generó frutos para las mujeres que más adelante llegaron a la cementera. “Como eran pesadas, descubrí que se las podía cargar de otra manera. Pero no solo eso, sino también que tengan un diseño diferente. Aquí tenemos, ahora, carretillas que se empujan”.

Ella considera que la inclusión de género, que también es una política de la compañía, es clave para cualquier actividad productiva.

Las personas que la conocen aplauden su visión. “A ella le gusta que las mujeres nos destaquemos, que nos demos cuenta que tenemos las mismas habilidades que un hombre”, dice Jessica Guerrón, amiga y excolega con quien trabajó en aspectos sobre seguridad y ambiente en plantas cementeras.

Su liderazgo le permitió, además, servir en otros ámbitos. Entre el 2005 y el 2009 desempeñó el cargo de vicepresidenta de la junta parroquial de Lloa, tras ganar un proceso de elección popular.

Entre las principales acciones que desarrolló estuvieron impulsar el turismo de la zona, aportar para la infraestructura educativa, etc. En ese proceso trabajó junto a Jorge Lara, presidente de la junta.

Él destaca la capacidad administrativa que tiene Viracucha y cómo esto le permitió desenvolverse en un puesto en el sector público. El trabajo en esa época, manifiesta Lara, se desarrollaba de domingo a domingo; además, el contacto con la comunidad era permanente.
En la parroquia rural también consiguió logros deportivos gracias al fútbol, su otra pasión. Cuando le detectaron várices, a inicios de esta década, los médicos le recomendaron que caminara o realizase alguna actividad física; así llegó al equipo femenino de sus amores, Racing de Lloa.

Ella no tenía idea del talento de delantera nata que escondía. Durante uno de los campeonatos en los que participó alcanzó el título de goleadora de la temporada.

Lamentablemente, comenta, se retiró debido a una lesión. Actualmente, juega vóley cuando puede y acompaña a su hijo en sus prácticas de ‘down hill’, en bicicleta.

Tanto en el deporte como en la vida diaria, esta mujer considera que es necesaria la preparación permanente. Por ello agradece que durante sus años de trabajo haya podido acceder a cursos en diferentes países como Costa Rica, donde cursó un taller de gerencia en el Incae Business School.

En Holcim consideran un lujo trabajar con la ingeniera Viracucha. “Ella nos llevó a un crecimiento importante en los resultados, formó a mucha gente incluyéndonos a muchos. Llegamos a conocer ese gran corazón que tiene y cuán directa es. Ella es la ‘mamá’ de muchos en Quito, incluyéndome”, asegura Mauricio Rada, director comercial de la compañía cementera.

Detalles

Labor. Gracias a sus actividades en la cementera ha podido participar en los procesos de construcción de grandes obras de infraestructura a escalas local y nacional.
Familia. Ella está casada y es madre de dos hijos, de 19 y 7 años. La relación con su familia es trascendental para su vida. Vive con su madre. El apoyo de su esposo ha sido clave para su carrera.


Entre las empresas más grandes del país

La Cemento Nacional surgió a inicios de la década de 1920 en el país. Sin embargo, opera con la marca Holcim Ecuador desde el 2004. Es integrante del grupo empresarial internacional Lafarge Holcim, que integra la industria de materiales de construcción a nivel mundial.

La compañía produce cemento, concreto y agregados. Genera “diferentes tipos de soluciones en cementos con cualidades especiales: fuerte, premium, ultra durable, base vial, etc”.
Tiene una planta integrada de cemento en Guayaquil, una de molienda de cemento en Latacunga, siete plantas fijas de concreto en Guayaquil, Quito, Cuenca, Manta, Machala y Ambato, equipos móviles de concreto y una planta de agregados en Pifo.

Según la Superintendencia de Compañías, la empresa estuvo entre las primeras 20 con los ingresos más altos del país en el 2016. Fue la quinta en mayores utilidades ese mismo año.

La firma está enfocada en la diversidad de género. De hecho, su página web indica que ese “es el camino para obtener resultados sostenibles. Holcim Ecuador fomenta la diversidad de inclusión y de esa manera los resultados económicos son siempre mejores, además de mezclar los conocimientos con los de otras personas porque se tiene la oportunidad de pensar diferente e innovar. La aptitud, actitud, valores, responsabilidad y disciplina mejoran el trabajo en equipo”.

La compañía dice que gracias a sus centros técnicos y plantas especializadas brinda un asesoramiento completo y un permanente control de calidad en los productos que comercializa.