Sebastián Angulo / Redacción Quito
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Lujo y pasión ponen a rodar el negocio de limusinas

Franklin Roosvelt, en 1939, fue el primer presidente de EE.UU. en utilizar una limusina presidencial. El Lincoln V12 Convertible fue el primer vehículo de este tipo fabricado para un Primer Mandatario.

En el siglo pasado, estos automotores estaban vinculados estrechamente con la nobleza y el poder del mundo occidental. En Latinoamérica, y en el caso específico de Ecuador, su uso ha sido reducido y ha estado relacionado con el poder político.

Pero la elegancia y el sinónimo de estatus inspiró a ecuatorianos a adquirir, restaurar o manufacturar limusinas, para ofrecer el servicio de alquiler, para bodas, 15 años, transporte para ejecutivos u otros eventos que el cliente demande.

Por ejemplo, a Édison Patiño siempre le llamaron la atención las limusinas. Se propuso como un reto personal convertir su Chevrolet Silver King de1989 en un vehículo más largo y lujoso.

Este trabajo lo inició en 1989 y lo concretó seis años después. Invirtió cerca de USD 37 000. Las readecuaciones y modificaciones del auto las realizóél.

Este ingeniero mecánico, que tiene una empresa que presta servicios petroleros, comenta que la renta de autos de lujo o clásicos es un mercado reducido en el país. Sin embargo, mantiene este negocio por su pasión por su automóvil.

Al mes, dice, factura unos USD 2 000. Su principal mercado son personas que lo buscan para bodas y 15 años; aunque asegura que también ha transportado a embajadores y ejecutivos.

Algo similar sucedió con Mauricio Meza, gerente de Retrolimusinas. Su gusto por “los fierros y la mecánica” lo llevó a restaurar y readecuar dos vehículos clásicos: un Chevrolet Bel Air de 1958 y una camioneta “destartalada” de igual marca.

La reparación le llevó dos años (2009-2011) en todo el proceso y le representó una inversión de USD 100 000, en mano de obra y materiales. Su padre y su tío son sus socios y aportaron “para cumplir su sueño”.

Ahora, los autos de Retrolimusinas tienen un sistema de sonido digital, pantallas LED y minibar. Al mes tiene unos seis contratos y por cada uno cobra USD 199, si es dentro de Quito; para los valles aledaños, la tarifa se incrementa en 40.

No existe un dato exacto de cuántas empresas ofrecen este servicio en el país, pero datos del Censo Económico 2010, realizado por el Instituto de Estadística y Censos (INEC), indican que en el país existen 118 establecimientos dedicados al alquiler de vehículos automotores. Cada empresa tiene una media de ingresos anuales de USD 222 512.

Abanik eventos también se dedica alquiler de limusinas. Lleva seis años en el mercado quiteño. Esteban Vinueza, su gerente, explica que ahora tienen cuatro vehículos. Uno de ellos fue un regalo de su padre y los tres restantes los compró; pagó, en total, unos USD 100 000.

Esta empresa factura al mes unos USD 1 000. En Abanik, el costo del servicio se ubica en USD 200, por contrato.