Stefan Breitenmoser y Belén Vallejo trajeron la idea de  la hamaca para bebés desde Europa, de ahí llegaron cuando su hijo tenía 4 meses. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Stefan Breitenmoser y Belén Vallejo trajeron la idea de la hamaca para bebés desde Europa, de ahí llegaron cuando su hijo tenía 4 meses. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Manos libres y bienestar son parte de su propuesta de valor

8 de mayo de 2017 11:07

Hacer actividades cotidianas del hogar, desde arreglar la casa hasta darse una ducha, pasando por descansar, es un reto cuando se tiene en casa a un bebé recién nacido.

Belén Vallejo y su esposo Stefan Breitenmoser vivieron esta realidad cuando tuvieron a su hijo en Suiza, país de donde él procede.

En ese país consiguieron una hamaca que gracias a un movimiento vertical ayuda a calmar al bebé cuando está inquieto, brindándole un espacio seguro para que el pequeño descanse y libertad de movimiento para los padres.

Al regresar al Ecuador, la pareja notó que no había un producto similar en el mercado y decidieron implementarlo, ‘dando a luz’ a Tranquibebe, que ya lleva en el mercado un año y medio.

La investigación para la elaboración del producto y la búsqueda de los insumos y materiales, así como encontrar a la persona adecuada para la confección de la hamaca les tomó entre seis y ocho meses. Su inversión inicial fue aproximadamente de USD 3 000.

La hamaca, así como su bolso para llevar, está elaborada con tela semilona, fabricada 100% con algodón nacional, sin ningún tratamiento químico.

Cuenta con un resorte y una cuerda de seguridad, una madera que sostiene la hamaca, un colchón relleno de plumón antialérgico y el gancho fijo para colgar. También se puede adquirir un gancho especial para colgar la hamaca en cualquier marco de puerta, pero se vende por separado, ya que es importado.

Este artículo aumenta la portabilidad del producto, ya que para colgarlo solo se necesita que el borde de la puerta tenga un centímetro de ancho de cada lado.

“El producto no es solo para el bebé. Nuestro valor agregado es dar manos libres a los papás”, explica Stefan, al señalar que incluso con este producto los padres pueden recuperar la “vida social”, que muchas veces se pierde con la llegada del bebé, ya que por la falta de un lugar para tener al bebé se pueden complicar las visitas a familiares y amigos.

El producto se recomienda para bebés de 0 a 12 meses aproximadamente, dependiendo del peso, pues soporta hasta 10 kilos.

Para Diego Cárdenas, padre de un bebé de 9 meses, el producto es de mucha ayuda. “A mi bebé le da tranquilidad. Le encanta hacer la siesta ahí”, dice al señalar que el Tranquibebe se ha vuelto indispensable cada vez que va de viaje, porque le da a su hijo la sensación de seguir en casa.

El Tranquibebe tiene un precio USD 98, y el gancho especial cuesta USD 32 adicionales. Incluye la entrega a domicilio.

Para complementar el negocio y haciéndose eco de los pedidos de sus consumidores, se crearon nuevos productos como baberos impermeables con y sin mangas, que tienen un precio de USD 7 y USD 4, respectivamente, y gorritos con protección extra de tela para el cuello del niño, valorados en USD 12. De estas piezas, se han vendido alrededor de 120 baberos de los dos tipos y unos 50 gorritos.

Están preparando además un bolso de accesorios infantil para autos, con los que los niños puedan organizar sus cosas dentro de un vehículo y hamacas de descanso para niños de 2 a 6 años.

Hasta ahora han vendido unas 50 unidades de hamacas, varias de ellas en Suiza y Colombia, y más de un centenar de los otros productos logrando en año y medio ventas de cerca de USD 12 000.

Su proyección basada en la tasa de natalidad del país es llegar a unos 2 000 niños en los próximos dos años y alcanzar ventas anuales de USD 300 000.

Belén asegura que su anhelo es que el negocio crezca lo suficiente para que se pueda volver sostenible y lograr incluso empezar a hacer donaciones a fundaciones que trabajen con niños pequeños.