Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
Santiago Ayala Sarmiento. Redacción Quito / LÍDERES
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María Clara Dávalos, toda una artista para los negocios

No sabe 'ni pío' de números, pero ha dibujado a la perfección una carrera de empresaria que no sospechó jamás que iba a desarrollar. Pese a que lleva el linaje empresarial de su familia, a María Clara Dávalos poco o nada le interesaba saber sobre ingresos, egresos, utilidades, apalancamientos, flujos de caja, etc. Ella había nacido para el arte.

Por eso, cuando su padre, el floricultor Mauricio Dávalos, le propuso hace ocho años que liderara el ambicioso proyecto de posicionar el aceite de aguacate en los mercados internacionales, se quedó en blanco. Primero, porque ella se consideraba artista, no empresaria. Y, segundo, porque no tenía la más pálida idea de lo que era ese producto.

Había escuchado y hasta probado el aceite, en sus distintos versiones (soya, girasol, oliva...) y hasta sabía que en los terrenos de su familia florecían los aguacates para acompañar el locro de papas. Solo fue el día en que recibió la propuesta cuando vio que podía emprender una aventura que, a la vez, le dejaría enseñanzas más allá de los pinceles.

Divorciada de su pareja, con quien vivió en España, regresó al Ecuador con su hija en brazos, de apenas 2 años y medio. En ese país había pasado cuatro años, combinando su vida marital con cursos de bellas artes en una pequeña academia del Puerto de Santa María.

Tras la ruptura y ya en el país, quería montar una empresa de diseño para aplicar todo lo que había aprendido a lo largo de su recorrido por las aulas. La realidad fue distinta, el aguacate empezó a colorear sus amaneceres.

Pero toda esta historia se remonta a 1999, cuando su padre introdujo en el país la variedad de aguacate 'hass' o palta, desde Chile. Antes solo había el aguacate guatemalteco. Mauricio recuerda que en el 2002, a través de la Internet, descubrió que dos años antes, en Nueva Zelanda, una empresa había producido por primer vez en el mundo el aceite extravirgen de aguacate. "Inmediatamente nos pusimos a averiguar. Y fue en el 2006 que recién decidimos instalar una fábrica para elaborar este producto. Buscamos maquinaria no tan costosa y solicitamos un crédito a la Corporación Financiera Nacional (CFN), para poner la fábrica y expandir los cultivos".

Cuando todo estaba listo, él fue designado Ministro Coordinador de la Producción, a inicios del actual Gobierno. Por tanto, debía dejar el reto a uno de sus cuatro hijos. Y en ese momento, alineados todos los astros, María Clara, la segunda hija de la familia, recibió la propuesta.

"Sin ella, creo que habría sido imposible el poder hacer el desarrollo de todos estos productos. Es muy dulce y firme a la vez. Ella ha manejado todo sin haber tenido una formación académica para esto. Y lo ha logrado por su excelente forma de relacionarse con los clientes, saber inglés y desenvolverse muy bien. Fue un gran acierto haberla involucrado", dice Mauricio.

Trabajar con un producto que tiene apenas 14 años de edad en el mundo y competir con otros aceites como el de oliva, que lleva 4 500 años de vida, no es tarea sencilla. María Clara empezó desde cero: tuvo que organizar la planta -con la ayuda de un ingeniero industrial italiano, amigo de la familia-, crear la marca, realizar los diseños de las etiquetas y las botellas y, sobre todo, salir al mundo a explicar por qué debían comprar este producto de calidad nacional.

Con un empujón inicial de unos USD 500 000 nació Mira, un aceite de aguacate que -según varios estudios mundiales- es magnífico para la salud. "Abrirnos mercado ha sido un trabajo durísimo. Nuestra primera exportación fue en el 2008, de 2 500 botellas (USD 10 000). Ha sido un trabajo increíble de ir a ferias, de estar en misiones comerciales, en reuniones en muchos países, tocando puertas y tocando puertas, porque no es un producto que se llama y se dice 'tengo este producto' y ya. No, hay que explicar, educar", dice la ejecutiva.

Muchas veces ha querido botar la toalla de esta firma que ya tiene 50 colaboradores, que exporta a Holanda, Alemania, Colombia, Coread el Sur, Japón, Rumania, Canadá y Panamá. Pero ver todo lo que ha construido, ver la satisfacción de los clientes y consumidores y seguir ganando premios de calidad hacen que vuelva cada mañana a su escritorio a seguir empujando por este negocio.

Francesca García descubrió el producto hace unos dos años y señala que es muy diferente a los otros aceites. "En un inicio pensé que era extranjero, era delicioso. Utilizo a veces un poquito para la piel y el cabello, tal como me lo recomendaron, y el resultado es buenísimo".

Hervé Jouanneau, presidente de Asociación de Valorización de Productos Agrícolas (AVPA), resaltó la excelencia del trabajo realizado. "El producto contiene una gran cantidad de vitaminas y conserva el sabor y el aroma del fruto".

Todo este prestigio que ha ido ganándose María Clara ha hecho que el aceite de aguacate Mira haya recibido varios premios a nivel mundial: el año pasado obtuvo las medallas de plata y de bronce por parte de AVPA. Además, ProEcuador lo eligió como el producto más innovador. Y todo lleva la huella de María Clara, incluso los estands de exhibición, que son verdaderas obras de arte.

Hoja de vida

Estudios. Bachillerato Internacional de Arte en el Colegio Americano. Estudió Ecología, con mención en Arte, en la Universidad San Francisco de Quito. Diseñadora de modas en Miami University of Art and Design.

Experiencia. Gerenta Comercial de Uyamá Farms S.A. durante los últimos ocho años. Es la imagen ejecutiva de la marca de aceite Mira.