Ana María Novillo considera que las empresas contratan un programa de educación empre­sarial, pero no mejoran su plan de comunicación. Foto: Galo Paguay/ LÍDERES

Ana María Novillo considera que las empresas contratan un programa de educación empre­sarial, pero no mejoran su plan de comunicación. Foto: Galo Paguay/ LÍDERES

Ana María Novillo: ‘La empresa no potencia la capacitación’

16 de agosto de 2015 14:59

Ana María Novillo, directora de la Escuela de Empresas de la Universidad San Francisco de Quito, analiza el entorno empresarial y cómo esto influye en la formación ejecutiva. Los constantes cambios de reglas en el país demandan actualizaciones permanentes.

¿Cómo se determina el tipo de formación que demanda el empresario ecuatoriano?

Hay dos puntos de vista. Hay una demanda que depende de lo que sucede en el entorno y obedece a dos factores: a veces son tendencias que están de moda, aunque nosotros no nos fijamos en eso. Hace años, por ejemplo, se pusieron temas como balance score, coaching transformacional, y vimos que esto se movía por moda o porque era un asunto novedoso que alguien trajo de Argentina, de España; vino, se hizo un seminario, la gente atendió y después se olvidó.
Nos dimos cuenta de eso y tratamos de evitar este tipo de charlas de actualización, a menos que estén ligadas a una necesidad específica y real de una empresa. El otro tema del entorno obedece mucho a las nuevas leyes, a los requerimientos que vienen del Gobierno.

En el caso de la empresa ecuatoriana, ¿qué es lo más habitual que se demanda?

Está comprobado en el mundo que el desempeño de una persona depende de sus capacidades y conocimientos, así como de los recursos empresariales. Normalmente desarrollamos grupos focales, hacemos investigaciones, aplicamos encuestas, hacemos observaciones, aplicamos un método de observación de investigación cualitativa para definir realmente qué es lo que les está preocupando a las personas; esto, en la fase para definir qué temas se van a ver y encontramos que las personas aceptan y dicen ‘mi desempeño depende de mí’, pero también de los recursos o de la comunicación de la empresa.

El punto común que encontramos es que las empresas no están potenciando la capacitación.
Me refiero a que contratan una capacitación, contratan un programa de educación empresarial, pero no mejoran su plan de comunicación.

¿Los principales factores que afectan a las empresas en el Ecuador -en su experiencia-
son la capacitación y la comunicación?

No, necesariamente. Las empresas son sistemas que tienen factores tan complejos, pero no me atrevería a identificar un problema específico. Además, preferimos no hablar de problemas sino de oportunidades de mejora, porque uno puede seguir aprendiendo toda la vida.

¿Cuando planteamos ‘no un problema sino una oportunidad de mejora’, en qué sectores hay más oportunidades para lograr un mejor desempeño de las compañías?

De la experiencia que tenemos y alineando lo que las empresas requieren con lo que nosotros hemos desarrollado, vemos que hay una oportunidad muy grande en el tema de liderazgo auténtico, autoliderazgo, en el tema de servicio al cliente. Hay bastante por hacer.

En el tema de la actitud competitiva, ¿cuánto pesa el tema generacional, porque la década anterior se caracterizó por los relevos en los mandos empresariales y eso repercute hoy, el ejecutivo es más competitivo, más arriesgado en tomar decisiones?

Lo que hemos visto en el trabajo con las empresas es que hay mucha creatividad y emprendimiento e intraemprendimiento en el empresario nuevo. Se están buscando nuevas formas de producir, se está valorando muchísimo el desarrollo de la gente y eso es importante y esa innovación no va solo de la mano con la parte tecnológica de las empresas, con la parte del proceso, con la parte de mejorar el producto, sino cómo ‘yo mejoro a mi gente’.

¿Eso no se encasilla en lo que hablábamos sobre la ­moda? Ahora se habla mucho de la preocupación de la ­gente, de la felicidad, del nuevo gerente más preocupado por la gente

No. Cuando hablaba de la moda hablaba de temas específicos de capacitación y en realidad la capacitación en la educación empresarial no está guiada por los contenidos, está guiada por las necesidades de las empresas. Tiene que enfocarse en la realidad de la empresa e identificar si verdaderamente ese programa que puede ser muy espectacular me va a servir, porque si no me va a servir, me dedico a algo que va a ser más productivo y que haga que la gente se desarrolle más y tenga un mejor desempeño.

El cambio permanente en las reglas de juego para las empresas en el país obliga a estar actualizado. ¿Qué es lo que más demandan las empresas?

Manejamos programas abiertos. Para dar un ejemplo tenemos un programa de auditoría de la calidad médica, que está relacionado con las nuevas leyes que han existido en el sector; tenemos un programa de gerencia tributaria, que actualiza los contenidos de acuerdo con las nuevas normas.

Vivimos un año económico complejo. ¿Cómo lo perciben desde la capacitación empresarial?

Sin duda, es un reto supergrande, porque el tema de educación en las empresas normalmente -no digo que en todas las empresas-, está en la lista final de las prioridades de presupuesto. Ante situaciones críticas lo que se hace es recortar gastos de inversiones y eso nos preocupa, porque sabemos que nos va a afectar en cuanto al número de participantes.

¿Eso ya lo sienten ustedes?

Actualmente no lo sentimos, porque seguimos con programas que ya estaban iniciados en la modalidad In Company y tenemos que terminar con esos programas, pero sin duda yo creo que sí lo vamos a sentir. Ahora, la estrategia que tenemos es un portafolio con capacitación del 50% en programas de In Company y el otro 50% con programas abiertos.

Entonces, si una empresa se quedó corta de presupuesto para su programa en In Company, que tiene mucho más impacto y es más grande y eventualmente cuesta más, pero envía a uno o dos personas a los programas abiertos.

¿Cómo se encuentra el mercado de las escuelas de negocios en el país?

Hasta hace cinco años le podría haber dicho que era muy competitivo, con mucha oferta de programas. Hoy veo que los programas abiertos se han reducido en cantidad. Los profesionales necesitan programas sostenidos.