Santiago Loaiza, Carla Macas, Francisco Pulliquitín y Jéssica Velasco, estudiantes de la UCE, viajarán en marzo a Estados Unidos al Hult Prize. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES

Santiago Loaiza, Carla Macas, Francisco Pulliquitín y Jéssica Velasco, estudiantes de la UCE, viajarán en marzo a Estados Unidos al Hult Prize. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES

Ellos piensan en huertos que beneficien a los refugiados

2 de marzo de 2017 16:39

Huertos urbanos y familiares para la reinserción social y económica de los refugiados. Esa es la propuesta de tres estudiantes y un graduado de la Universidad Central del Ecuador (UCE). El equipo representará a la institución en el concurso Hult Prize en San Francisco (Estados Unidos), en marzo.

La idea de este viaje es presentar el proyecto y demostrar su viabilidad económica. La meta es pasar a las finales del certamen, en las que el ganador obtendrá USD 1 millón.
Maritza Molina, encargada de la parte comunicacional de Hult Prize en la Universidad Central, recuerda que las convocatorias para el certamen iniciaron en septiembre del 2016.

Los estudiantes que se inscribieron formaron equipos de cuatro personas y, en torno a la temática de los refugiados, presentaron emprendimientos sociales. 12 equipos fueron seleccionados en la UCE y el proyecto Kuman resultó el ganador.

Kuman representará a la UCE en el concurso regional en EE.UU. El objetivo de este proyecto de corte social es desarrollar huertos urbanos y familiares, en los que participen refugiados.

Santiago Loaiza, ingeniero agrónomo de la Universidad Central e integrante del equipo ganador explica que el plan tendrá cuatro ejes: la implementación de los cultivos de ciclo corto con componentes agroecológicos.

El segundo eje es la creación de escuelas de capacitación agrícola -para los refugiados-, con la consigna de que los beneficiarios repliquen el modelo productivo en los huertos.

El tercer punto es fortalecer las cadenas de comercialización para ofertar los productos de los huertos. Para esto se crearán grupos o asociaciones entre los refugiados, para crear microemprendimientos. Y el cuarto punto es la elaboración y venta de los huertos urbanos, con la marca G Box.

Las cajas donde se cultivarán los alimentos serán fabricadas con materiales de reciclaje, detalla Carla Macas, estudiante de 24 años de la carrera de arquitectura. En los huertos, además de sembrar y cosechar semillas agroecológicas, también se podrá elaborar el compost.

Este último es un abono orgánico que proviene de la descomposición de materiales orgánicos. El material ayuda a mantener la fertilidad en los suelos.

Los responsables de la idea añaden que en los huertos urbanos también se podrán elaborar fertilizantes orgánicos, dice Macas.

El costo de todo el proyecto es de USD 60 000 a 80 000. Para eso el equipo de Kuman también está en la búsqueda de socios estratégicos para obtener fondos.

La implementación del primer eje del emprendimiento está previsto para inicios de abril próximo, indica Jéssica Velasco, estudiante de arquitectura e integrante de Kuman.
Francisco Pulliquitín, otro de los estudiantes que representará a la Universidad Central en Estados Unidos, destaca la oportunidad de la convocatoria mundial Hult Prize para demostrar su capacidad en innovación. El estudiante comenta que parte de los recursos que se obtendrán para el proyecto serán procesados a través de la autogestión.
Los docentes también colaboraron. Entre otras tareas participaron en el diseño del plan de negocios, explica Pulliquitín.

Francisco Abad, director de Hult Prize en Ecuador, indicó -en noviembre pasado- que el enfoque de la temática de este año -los refugiados- tiene el propósito de mejorar el ejercicio de los derechos de estas personas que viven en esta condición.

César del Valle es el director de crecimiento y operación de Hult Prize Foundation, comentó al Semanario LÍDERES, a inicios de febrero que la misión es inspirar y crear una generación de emprendedores sociales. “Ahora estamos trabajando para traer esta iniciativa al Ecuador, con un premio de USD 250 000 y la idea de montar una incubadora. Buscamos inspirar a todo el mundo, a gente que no tiene nada que ver con emprendimiento, pero que puede aportar en lo social”.

Del Valle recomendó encontrar aliados, no intentar hacer todo por su cuenta sino con colaboraciones y alianzas para aumentar su visibilidad. “No deben pensar en impactar solo en su comunidad, sino pensar en soluciones globales. A veces piensan en algo pequeño, rentable, suficiente para ganarse la vida y nada más. Hay que mirar modelos innovadores a escala internacional”.