Redacción Cuenca
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Cada pisada que dan en Fassioni, la realizan en familia

Los aeropuertos de Quito y Guayaquil eran el escenario para que los esposos Abraham Cabrera y Bertha Guaraca se inspiraran para crear modelos de zapatos.

Esta pareja visitaba esos espacios y fotografiaba el calzado de las mujeres que llegaban desde EE.UU. y España. Luego, la pareja regresaba a su taller de 20 m² en el cantón Gualaceo (Azuay) y replicaba esos modelos para ofertar productos con las tendencias de esos mercados.

Esta pareja inició su negocio, hoy llamado Fassioni, en 1983 con una inversión de USD 15 000 sucres (unos USD 7 al cambio de ese año). Hoy tiene una planta de producción de 600 m², un local en Gualaceo y otro en Cuenca; su facturación bordea los USD 200 000 al año.

No todo el crédito es de los esposos Cabrera Guaraca, ni de la moda extranjera. En este emprendimiento también participan los tres hijos del matrimonio: Katy (29 años), John (25) y Grace (23); ellos aportaron conocimientos en marketing, procesos de producción, estrategias...

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Las innovaciones puntuales de estos jóvenes (que iniciaron su participación en el 2008) se enfocaron en tres ejes. El primero fue cambiar el nombre del local comercial en Gualaceo que se llamaba Supermercado del Calzado, por Fassioni.

El segundo fue pasar de cinco diseños mensuales a 30. Además, ampliaron la gama de colores y mezclaron texturas, para abarcar más clientes. El tercer cambio fue implementar una línea de calzado con macanas, tejidos y pintura a mano de los artesanos de Gualaceo.

Rosita Matute es una de las cuatro artesanas que trabajan en este proyecto. Sus tejidos son parte de los zapatos. Está satisfecha con el reto que le propuso Fassioni.

Pero las ideas frescas de estos chicos necesitaban una inversión que respaldara la innovación. Por ello, en los últimos tres años, esta firma ha invertido cerca de USD 80 000. Con ese dinero la familia adquirió una ribeteadora industrial (para dar puntadas delicadas en los zapatos); una máquina para cortar en zigzag y dar textura a los modelos. También incluyó el cambio de imagen de la marca y la adecuación de un local de 70 m² en el norte de la capital azuaya.

Abraham Cabrera reconoce que sus hijos le dieron vida a los diseños y un giro al negocio. Esto, porque antes del 2008 sus clientes eran mujeres entre 40 y 60 años; solo diseñaba calzado en gris, blanco, café, negro y azul. Mientras que ahora, sus tiendas reciben mujeres desde 15 hasta 60 años. “Hoy ofertamos diseños en estampado animal, pintado a mano, botas de gamuza, sandalias en tela...”.

Uno de los proveedores de la firma azuaya es Representaciones Garza (Quito), que le entrega desde 1994 materia prima como plantas para calzado, pegantes y forros. Su gerente, Fernando Salazar, destaca que Abraham Cabrera y Bertha Guaraca han construido una reputación en la industria del calzado y sus hijos siguen los pasos. “Es una familia emprendedora que ha sabido cómo expandirse en el mundo de los negocios”.

La opinión de Salazar tiene sentido al ver que este emprendimiento inició con dos personas (la pareja), y hoy tienen 35 colaboradores en su firma. Para Guaraca, ese crecimiento se debe al trabajo en equipo y a la fidelidad de sus clientes.

Carla Crespo utiliza el calzado de Fassioni. Destaca la variedad de modelos y la comodidad del calzado. “Además, los precios bordean los USD 45 que es asequible por la calidad del producto”.

Además de los zapatos, Fassioni también fabrica carteras en cuero, charol y pintados a mano. Asimismo, desde diciembre pasado firmó un acuerdo con la distribuidora de perfumes Parissa de Medellín, para comercializar esas fragancias.

Sobre el producto

Las colecciones. Según las tendencias en Alemania, Inglaterra, España, Italia, etc., escogen los modelos. No obstante, adaptan los diseños a la realidad ecuatoriana.
Los precios. Estos van desde USD 39 hasta 65, según el diseño y materiales. Los bolsos cuestan, en promedio, USD 50; también ofertan chaquetas, vestidos...