Redacción Quito
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La principal oferta es el producto artesanal

Los hay con corazones gigantes, con pijamas o con la camiseta de su equipo de fútbol favorito. Peluches Heart, ubicada en Ambato, es una empresa artesanal que diseña y elabora estos productos desde 1986.

Con tamaños que pueden ir hasta los dos metros, los peluches están destinados para todas las edades, aunque en Navidad tienen una línea especial para niños.

Todo comenzó como un pasatiempo, dice William Ortega, propietario de la firma, pero luego decidió crear sus propios modelos, que incluso exportan a Colombia. Actualmente, producen parte de su materia prima, por ejemplo, el plumón o fibra de poliéster. La empresa tiene 16 trabajadores directos y 30 indirectos que elaboran los vestidos o realizan estampados de algunos muñecos.

Como esta empresa, la mayoría de pequeños y medianos productores locales de juguetes se enfocan en un trabajo a mano, de tipo artesanal, aunque los últimos años algunos han introducido tecnología a sus procesos. Fibra de poliéster y plástico son algunas de las materias primas que se producen en el país. Pero felpa, varios pigmentos, pelo, ojos y otros accesorios aún deben importarse de mercados como China, Colombia y otros.

Otra característica es que en algunas empresas, la principal línea del negocio no son los juguetes, segmento en el que se enfocan solo los últimos meses del año. La Empresa Artesanal Rommel Guevara es una de ellas. El principal segmento de la firma, que nació en 1982, son los juegos didácticos como bloques tipo lego, hula-hula, mullos, ábacos, etc.

Cada octubre su producción se enfoca en elaborar muñecas (8 000 al año) que hablan, lloran y cantan. A estas se suman juguetes chillones para bebé, caritas, manos y pies plásticos para muñecas artesanales y títeres. La empresa quiteña tiene ingresos anuales de USD 300 000 y genera 21 empleos directos.

La maquinaria es manual. “Las muñecas se pintan a mano, hay cinco personas dedicadas a esto, hacemos un trabajo artesanal... Algunas máquinas, como las sopladoras, son de mi creación”, dice Rommel Guevara, propietario de la firma.

Papalote es una pequeña firma que también se apoya en el trabajo artesanal. Produce una línea de juguetes como títeres, muñecas y caballitos, que son los que más se venden en Navidad. “No son materiales usados, sino reciclados que sobran de procesos productivos. Estos tienen un plus: son amigables con el ambiente”, dice Andrés Rodríguez, dueño de la firma. Él cree que cada vez hay más clientes que valoran lo nacional.

Otro elemento que ha impulsado el sector local son las compras públicas. “Hubo importación de productos chinos para guarderías estatales en el 2011. Este año se compró a artesanos locales”, dice Benjamín Chávez, consultor en desarrollo productivo de Pymes. Guevara lo confirma. Señala que este año las ventas a guarderías estatales mejoraron las ventas.

Esta temporada los productores locales duplican sus ventas, que se colocan en dulcerías, almacenes de plásticos y ferias.