La producción avícola subió cinco veces desde 1990

Según la última Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac), realizada por el INEC, en el país se incrementó el número de aves criadas en planteles avícolas un 7,99% entre 2010 y 2011.

José Orellana, director Ejecutivo de la Corporación de Avicultores del Ecuador, comenta que este sector es muy dinámico y que para entenderlo hay que conocer toda su cadena de producción que se inicia con el cultivo de maíz y soya.

Orellana sostiene que el precio del maíz amarillo influye en el 70% de la línea de producción de aves. Por esta razón, Ecuador está suscrito al Sistema Andino de Franja de Precios, que regula los aranceles para la importación de estos alimentos. Con este método se busca proteger a la producción nacional, en caso de que en el mercado internacional existan precios reducidos que afecten al país.

Cifras de la Asociación Ecuatoriana de Fabricantes de Alimentos Balanceados (Afaba), indican que la producción creció casi cinco veces en 20 años. En 1990, en el país existían 50 millones de aves. De esa cantidad, 5 millones correspondían a gallinas ponedoras de huevos; el resto eran pollos de engorde. En esa época el consumo per cápita era de 90 huevos y de siete kilos de carne de aves al año.

El año pasado se contaron 230 millones de aves, de las cuales, 8 millones son de postura y las restantes de engorde. En el 2011, el consumo anual per cápita ascendió a 140 huevos y a 32 kilos de carne.

Orellana señala que con estos datos, Ecuador se ubica entre los seis países que más productos cárnicos avícolas consume en América Latina, junto a Brasil, Argentina, Venezuela, Panamá y Perú.

Para Carlos Romero, director de la Asociación de Avicultores de Pichincha, el incremento de producción y consumo avícola responde, en primera instancia, al crecimiento demográfico. Además, afirma que la carne de pollo ofrece gran cantidad de proteínas a bajo costo.

Romero sostiene que hoy el país tiene soberanía alimentaria en productos avícolas, es decir que no requiere importar. Sin embargo, las posibilidades de exportar son reducidas y más con el escenario internacional que se muestra complicado tras la firma de los tratados comerciales de Colombia y Perú con EE.UU.

También destaca que en este sector el tema climático es un factor importante, que puede definir pérdidas o ganancias para las granjas. En estos últimos años este aspecto se ha vuelto indescifrable por el cambio climático, afirma Romero. Por ejemplo, fríos o calores extremos pueden afectar en la producción de huevos o de pollos de engorde, en las primeras etapas.

Ángel Pérez, gerente de Negocios Pecuarios de Bioalimentar, empresa de Tungurahua dedicada a la producción avícola desde hace 45 años, sostiene que en las dos últimas décadas este sector se ha tecnificado. Los productores han adquirido nuevas prácticas de bioseguridad, lo que garantiza un “mejor producto”.

Además, Pérez declara que debido a los tratados comerciales que suscribieron Perú y Colombia, los costos de producción para ellos serán más bajos y se volverán más competitivos para exportar.

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