Un grupo de estudiantes trabaja en la elaboración de un dron, en el Laboratorio de Prototipado de la Espol. Foto: Cortesía Espolv

Un grupo de estudiantes trabaja en la elaboración de un dron, en el Laboratorio de Prototipado de la Espol. Foto: Cortesía Espolv

La producción exportable se fortalece en sus aulas

26 de febrero de 2018 10:04

La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) desarrolla más de 100 proyectos en áreas como desarrollo agrícola sostenible, cambio climático, biotecnología, biomedicina, nanotecnología, construcciones sostenibles y eficiencia energética este 2018.

“Nuestras metas institucionales incluyen estar en el top 25 de las universidades latinoamericanas, acreditar internacionalmente todas nuestras carreras de grado y ser el motor del desarrollo tecnológico, social y económico del Litoral”, asegura su rectora, Cecilia Paredes Verduga.

Para lograrlo, la Espol ejecuta la Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano (ZILE), una propuesta para articular los procesos de investigación, desarrollo e innovación en un circuito en el que colaboren la Escuela Superior junto con otras casas de estudio, institutos públicos de investigación, Gobiernos Autónomos Descentralizados y el sector industrial.

El objetivo es impulsar los cambios de la matriz productiva del país, a través de un reforzamiento de la producción exportable y la sustitución de importaciones.
Es decir, generar un ambiente de correlación entre investigación-educación-producción, con énfasis en la innovación y tecnología.

La profesora María Luisa Granda es la gerenta del proyecto ZILE. Ella asegura que la propuesta se ha construido poco a poco y que pretende incentivar polos de innovación en las siete provincias que componen el Litoral del país.

“Buscamos transitar hacia un modelo donde se genere conocimiento y valor agregado a los productos”, señala esta catedrática del centro de estudios.

Los propósitos de la Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano son: diversificar la economía regional y local, contribuir a la transformación de la matriz productiva, incrementar las exportaciones industriales, atraer talento humano avanzado y generar fuentes de empleo.
El proyecto tiene su antecedente en modelos de interacción y desarrollo, como el parque tecnológico de los años noventa. El programa evolucionó al parque del conocimiento en la década del 2000 y luego surgió la ZILE.

La universidad obtuvo en el 2016 una cooperación técnica del Banco Interamericano de Desarrollo para explorar las oportunidades de la ZILE. Y en el 2017 comenzaron un estudio con una consultora europea para elaborar el plan de desarrollo de sostenibilidad de la iniciativa e identificar las potencialidades con las que cuenta.

El plan involucra a todas las facultades y unidades de vinculación de la Espol. Por ejemplo, el Laboratorio de Materiales presta servicio a la industria del plástico y la cerámica.
En la línea de la acuicultura, se ha trabajado en solucionar el problema de las enfermedades que afectan al sector camaronero.

Además, la ZILE cuenta con la colaboración de dos empresas Vibag, importadora y distribuidora de equipos y suministros para laboratorio clínico; y BYD, proveedor de baterías recargables. Estas compañías ya firmaron acuerdos con el centro de estudios para colaborar en la iniciativa, de acuerdo con la Rectora de la Espol.

El programa incorpora una Zona Especial de Desarrollo Económico (ZEDE) y los centros de investigación aplicada de la Espol.

Para este 2018, Granda espera dar continuidad a las conversaciones con organismos nacionales e internacionales para que se sumen a la iniciativa de financiamiento y desarrollar la infraestructura del programa. Luego se dirigirán a las provincias para extender la visión de la ZILE.

La rectora de la universidad, Cecilia Paredes, asegura que habrá más metas. “La Espol siempre busca estar a la vanguardia de la educación superior”.

En las últimas décadas, la Espol ha implementado programas como el de aprendizaje por proyectos y pares (PPL, por su siglas en inglés Peer Project Learning), aprendizaje investigación-acción (PIA), y aula invertida.