En la planta de Audioelec, en Guayaquil, se ensamblan televisores. Esta firma, con una inversión de USD 3 millones, se apresta a ensamblar aires acondicionados. Foto: Francisco Flores para LÍDERES

En la planta de Audioelec, en Guayaquil, se ensamblan televisores. Esta firma, con una inversión de USD 3 millones, se apresta a ensamblar aires acondicionados. Foto: Francisco Flores para LÍDERES

El producto local compite entre salvaguardias e importaciones

11/01/2016

Diferentes reacciones ha generado en el sector productivo ecuatoriano, la aplicación de la salvaguardia por balanza de pagos. El 11 de marzo del 2015 entró en vigencia este mecanismo que fija una sobretasa entre el 5 y 45% para 2 960 partidas arancelarias. La medida se aplicó para mantener los dólares en la economía del país, impactada por la apreciación de la moneda y la caída de los precios del petróleo.

El Régimen fijó por 15 meses el instrumento. Se trata de un arancel adicional para el 32% de las compras del país, con lo que se busca reducir USD 2 200 millones de importaciones.
Según el presidente Rafael Correa la medida ha dado los resultados previstos.

Las cifras del Banco Central revelan una reducción general del 19,7% entre enero y octubre del 2015 frente al mismo período del 2014. El principal rubro de caída, sin embargo, es el de los combustibles y lubricantes. En este caso, la cifra es producto de la baja del precio del crudo.

A inicios de diciembre el ministro de Comercio Exterior, Diego Aulestia, indicó al Semanario LÍDERES que hasta el 15 de noviembre pasado la disminución de las importaciones de productos con salvaguardias fue del 31% comparado con igual período del 2014. Y las importaciones sin salvaguardias cayeron 12%.

Con la aplicación de la medida se ‘generó una oportunidad’ para el producto local. Empresas nacionales, preparadas o no para el caso, encontraron la opción de colocar sus productos en las perchas de diferentes negocios en reemplazo de aquellos provenientes del exterior. Estos últimos, con costos mucho más elevados debido al recargo arancelario.

La aplicación de una salvaguardia implica un impacto en los gastos que debe hacer un importador para nacionalizar un producto, debido a que significa un arancel sobre otro. Por ejemplo, si un artículo tenía 30% de arancel y sobre este se fija una sobretasa del 45%, el recargo real para el producto importado llega al 75%.

Para ciertos productores esto fue positivo. Alfredo Martínez, propietario de la fabricante de alimentos Incremar, señala que la aplicación de la medida ha sido una gran oportunidad. “Este año (el 2015) la producción de la empresa se incrementó en un 10% (...); hemos resultado beneficiados con la salvaguardia. Teníamos en agenda desarrollar algunos productos, pero con la medida encontramos mucho más impulso para el caso”.

Entre los artículos que ayudaron a sustituir se encuentra el puré de papa, la leche de soya, etc. Sin la medida, dice, se les hubiera dificultado mucho poner en marcha proyectos.
En el 2014, también se buscó impulsar la producción con convenios de sustitución de importaciones o fabricación nacional entre el Régimen y empresas locales e internacionales.
Este proceso se dio a partir de la aplicación de la Resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex) sobre control de importaciones, de noviembre del 2013.

Desde esa fecha hasta noviembre del 2014 se firmaron 905 acuerdos con 12 sectores productivos entre los que están el alimenticio, cerámico, eléctrico, de plástico, cosméticos, entre otros.

Pero, desde otros sectores el balance es diferente. Luego de casi 10 meses de aplicación del mecanismo Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, considera que la medida está lejos de dejar un saldo que beneficie a los productores nacionales.

“Las salvaguardias trajeron consigo una disminución en la actividad económica, menos empleo y eso representa menos demanda para los productos industriales del país.No se puede hablar de ganadores, porque querían restringir las importaciones con las consecuencias en el movimiento económico que todos conocemos”.

Añade que el país no necesita mecanismos de restricción de importaciones, sino volverse más competitivo. “Necesitamos adaptabilidad laboral a las necesidades de producción de las compañías, necesitamos ganar mercado. Es indispensable el acceso al mercado de EE.UU. que es el principal, vemos que no hay prioridad para lograr algo allá”.

Cristhian Wahli, presidente de la Asociación de Fabricantes de Alimentos, explica que la industria de alimentos nacional no pudo beneficiarse del menor ingreso de productos importados, debido a que fue una medida temporal que no alentaba a hacer inversiones de largo plazo, para incrementar la fabricación de diferentes productos en el Ecuador.

El productor nacional busca ganar más espacio en el mercado

Incremar es una empresa ubicada en Quito que se encarga de producir alimentos. Con la aplicación de salvaguardias mejoró su demanda en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

Incremar es una empresa ubicada en Quito que se encarga de producir alimentos. Con la aplicación de salvaguardias mejoró su demanda en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES


​La producción de chocolate de la empresa ecuatoriana Chocolateca, en Quito, alcanza unas 12 toneladas al año. Miguel de la Torre, gerente general de este negocio, cuenta que el 2015 le trajo a este negocio la oportunidad de ampliar su línea de productos, para vender en cadenas de supermercados como Supermaxi y Fybeca.

“De cierta forma, las salvaguardias nos beneficiaron, porque los productos importados se volvieron más caros. Nosotros, por ejemplo, tuvimos un crecimiento de 50% de nuestras ventas a supermercados”, comenta de la Torre. Durante el 2015, esta firma de venta de chocolates, confites y bombones, sacó al mercado cinco nuevas líneas de productos e invirtió USD 350 000 en el mejoramiento de la planta y maquinaria.

Aunque el plan de crecimiento de esta empresa no estaba anclado a esta medida adoptada de manera temporal por el Gobierno, el empresario señala que las sobretasas los impulsaron. “Que se retiren las salvaguardias no creo que nos afecte, porque hemos logrado consolidarnos como marca, por la calidad”, dice.

Alfredo Martínez, representante de alimentos Incremar, cuenta que también en esta empresa implementaron nuevas líneas en el 2015, luego de la aplicación de las salvaguardias.
“Con la medida le pusimos más énfasis al desarrollo de los productos y considero que fue más fácil su introducción en el mercado. Dentro de nuestro plan de crecimiento, esperamos crecer 15% este año con relación al anterior”, señala Martínez.

A pesar de que el 2016 se proyecta un año difícil para la economía, este empresario es optimista y aspira incluso aumentar su personal para cumplir con su meta de crecimiento.
“El año pasado incrementamos en 25% el personal con relación al 2014. Los empleados irán creciendo conforme la demanda y producción de trabajo. Ahora tenemos 81 empleados”, dice Martínez.

De las 2 960 subpartidas con sobretasa, alrededor de 461 corresponden a alimentos. Es así que analistas consultados por LÍDERES creen que este es uno de los sectores en los que más oportunidades se generaron.

Sin embargo, Cristhian Wahli, presidente de la Asociación de Fabricantes de Alimentos, explica que para que la industria de alimentos local sea más competitiva frente al producto extranjero necesita enfocar su inversión en dos temas clave: tecnología y mano de obra.
“Nos queda invertir más en tecnología.

Estamos con tecnología de primera generación, cuando ya deberíamos ir por lo menos a la de segunda generación. Hay mucho aparato productivo de segunda mano y hay poca tecnología nueva en la industria”, señala el dirigente.

Él considera que además es necesario capacitar mejor a la fuerza laboral. “Queremos que se implemente una formación profesional adecuada, que sea dual, en la que el joven aprenda trabajando”.

Además del sector de los alimentos, ciertos productos tecnológicos también sacaron ventaja de la restricción de importaciones. En la rama tecnológica, la Cámara de Comercio de Guayaquil identificó al menos unas 50 subpartidas con sobretasa de entre 5 y 45%.

Con la aplicación de salvaguardias de 45% a los televisores, las importaciones de este producto tecnológico cayeron de USD 137,3 millones, de enero a septiembre del 2014 a 41,9 millones en igual período del 2015.

Antonio Haz, gerente de la ensambladora de televisores Audioelec, en Guayaquil, señala que aunque las partes y piezas importadas para ensamblar televisores también tienen salvaguardias, el porcentaje es menor al que paga el producto completo, lo que hace más competitivo al producto armado en el Ecuador.

En esta planta de producción se ensamblan 500 televisores en un día. Sin embargo, la producción todavía podría duplicarse. “Comenzamos a ensamblar en el 2009. Al invertir en tecnología y calidad, di la confianza de que más marcas vengan y ahora hago el 60% de las marcas en el país.

Fue una estrategia de ganar menos, con más calidad y hacer más volumen”, señala Haz. Su planificación para el 2016, añade, es comenzar a ensamblar aires acondicionados, con una inversión prevista de USD 3 millones.

Los supermercados dan más espacio para el artículo nacional

En las perchas de Corporación Favorita existen espacios en donde se promocionan los productos ecuatorianos, principalmente elaborados por las pymes.  Foto: Diego Pallero / LÍDERES

En las perchas de Corporación Favorita existen espacios en donde se promocionan los productos ecuatorianos, principalmente elaborados por las pymes. Foto: Diego Pallero / LÍDERES


Las oportunidades para la industria local también sintieron un empuje durante el 2015, con la implementación del Manual de Buenas Prácticas para Supermercados, elaborado por la Superintendencia de Control de Poder del Mercado (SCPM), que entró en vigencia en noviembre del 2014.

En este documento se estableció que los supermercados no pueden otorgarle a un solo producto una góndola o estantería, sino que por lo menos debe existir un 15% de productos similares o competidores; que todo los pedidos deben regirse a un contrato de provisión o que están prohibidas las devoluciones injustificadas de mercadería.

Según datos de la SCPM, durante el primer año de vigencia del documento, se realizaron 25 talleres de capacitación sobre el manual, 18 eventos en donde se realizaron 36 rondas de negocios en las que participaron productores pequeños, medianos y de la Economía Popular y Solidaria.

A pesar de que este documento fue reemplazado en septiembre por las “Normas Regulatorias para las cadenas de supermercados y sus proveedores”, aprobado por la Junta de Regulación de la Ley Orgánica de Regulación y Control del Poder de Mercado, las disposiciones del nuevo documento son básicamente las mismas.

Pero además de estas iniciativas del organismo de control, desde el sector privado también se registraron esfuerzos para dar más espacio al producto ecuatoriano.

Corporación Favorita (Supermaxi, Megamaxi, Juguetón...), por ejemplo, promovió durante el 2015 en más de 30 ferias o ruedas de negocios ‘Ecuador compra Ecuador’, en la búsqueda de nuevos proveedores, atendiendo a unos 730 oferentes con productos principalmente del sector de alimentos y bebidas, artesanías, ropa, calzado, productos para el hogar y productos de aseo y limpieza.

Uno de los voceros de esta cadena resalta que el ingreso de nuevos proveedores y productos a las cadenas de comercialización ha sido un proceso que no responde solo a la puesta en vigencia de un Manual para regular la relación comercial con sus proveedores o a la restricción importaciones con mecanismos como cupos o salvaguardias.

“La producción, industrialización y comercialización de productos es un proceso que toma su tiempo. En el caso de los alimentos procesados, estos deben cumplir con obtener un Registro Sanitario, presentar las pruebas de estabilidad, cumplir con la normativa de rotulado gráfico, ser competitivo, etc.”, indica.

Con él concuerda Jaime Santillán, cofundador de Wipalasnacks. Este emprendedor guayaquileño explica que su empresa, que produce barras energéticas hace dos años, pudo ingresar a las perchas de supermercados recién hace un mes , debido a que el proceso de obtención de Registro Sanitario tomó más de un año. “El trámite para obtener este registro fue muy engorroso, pero por fin lo tenemos y nuestra primera venta fue de 2 000 cajas, esperamos continuar con más pedidos”, comenta.

Actualmente, la capacidad de producción de su emprendimiento es de 2 500 unidades al mes, cuenta Santillán, pero añade que esta se incrementará a 6 500 mensuales en el 2016 para poder atender los requerimientos de las tiendas de retail.

Diana Oviedo, productora de plastilinas de cacao y alimentos con base a este producto, también logró que este año sus artículos se comercialicen en perchas de supermercados.
“Las corporaciones grandes necesitan tener un determinado porcentaje de proveedores nacionales.

El Ministerio de la Producción lo pide y ese fue un impulso para que ingresemos”. En junio del 2015, dice, tres meses después de la aplicación de las salvaguardias, “tuvimos la oportunidad de entrar en las cadenas”, cuenta la emprendedora.

Actualmente su negocio comercializa una línea de plastilinas con base en manteca de cacao, en locales de Juguetón y Mi Juguetería; pero además está desarrollando una nueva línea cosmética con cacao (para ferias) y una línea alimenticia.

Con su ingreso a las tiendas de juguetes, su empresa aumentó la producción que en promedio era de 12 a 15 kilos, a unos 240 y 300 kilos por lote de plastilina, explica Oviedo.