BRUSELAS, EFE
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Las pymes, prioridad para los EE.UU. y EU

La Unión Europea (UE) y Estados Unidos terminaron la semana pasada la cuarta ronda de sus negociaciones para un tratado comercial y de inversiones, en la que prestaron una atención especial a las pequeñas y medianas empresas y cómo ese futuro acuerdo puede beneficiarles.

Tras una semana de negociaciones, el jefe negociador de la UE, Ignacio García Bercero, y de EEUU, Dan Mullaney, se declararon dispuestos a explorar cómo hacer más fácil para las pymes obtener beneficios" del TTIP, como se conoce el acuerdo. "Las pequeñas empresas emplean a una vasta mayoría de gente tanto en la UE como en EEUU, representan dos de cada tres trabajos en el sector privado europeo y son la columna vertebral de nuestras economías", declaró al cierre de la ronda García Bercero.

Para apuntalar su determinación de fomentar la participación de las pymes en el TTIP, las partes dieron a conocer un documento elaborado conjuntamente en el que explican a las pequeñas empresas los pasos que pueden dar para obtener beneficios del tratado.

A lo largo de la semana, los equipos negociadores hicieron "avances" en los capítulos de los tres pilares en los que se basa el acuerdo: acceso a mercados, reglamentación y normas.

En acceso a mercados discutieron sobre tarifas -donde ya han hecho un intercambio inicial de ofertas-, servicios y licitaciones públicas -sobre los que aún no hay fecha para hacerlo-.

En lo referente a regulación, los negociadores intercambiaron opiniones con expertos y reguladores de ambos lados del Atlántico para obtener una mayor coherencia y compatibilidad.

En ese pilar también trataron las barreras técnicas al comercio -sobre las que ya han presentado propuestas-, las medidas sanitarias y fitosanitarias y las maneras de aproximar sus regulaciones en sectores "claves" como el farmacéutico, los cosméticos, los equipos médicos, los automóviles y los químicos.

Por último, en el apartado sobre las normas discutieron sobre desarrollo sostenible, trabajo y medioambiente; energía y materias primas, y aduanas y facilitación del comercio, de cara a simplificar los procedimientos y su duración.

Los negociadores mencionaron la importancia de contar con opiniones de los actores de la sociedad civil implicados o afectados por el acuerdo y recordaron que en febrero ya crearon un grupo de asesores compuesto por expertos de sindicatos, la industria y asociaciones de consumidores y medioambientales.

La Comisión celebró además una conferencia con representantes de la sociedad civil que expresaron sus opiniones sobre el acuerdo, en ocasiones muy críticas especialmente por lo que se refiere a la inclusión de los servicios financieros en el TTIP o de un instrumento de solución de controversias inversor-Estado (ISDS, en inglés). "Un acuerdo del siglo XXI debería incluir mecanismos" para la resolución de disputas entre los inversores y los estados, declaró Mullaney.

Posición contraria

Dos temas claves.  Organizaciones como Amigos de la Tierra Europa consideraron en un comunicado al término de la ronda que un ISDS podría "amenazar la capacidad" de los estados de emprender acciones preventivas para proteger la salud pública o el medioambiente.

Transparencia. Esta organización, junto a otras 26 asociaciones, denunció que sigue faltando transparencia en las negociaciones y que "hay nuevas evidencias" de que los grandes grupos de presión empresariales tienen un "acceso privilegiado" a los equipos negociadores.