De izq. a der.: Belén Herrera, María Soledad Llerena y Ana Karina Díaz. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
Redacción Quito
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Qantu rescata en sus jabones el aroma tradicional del país

En la tradición indígena, qantu es una flor que al secarse se convierte en un colibrí. Es el símbolo del resurgimiento de la vida.

Esta leyenda inspiró a Karina Díaz a iniciar un emprendimiento. Se trata de los jabones artesanales Qantu. La iniciativa rescata las plantas tradicionales del país, como el romero, hierbaluisa, ciprés, maracuyá, manzanilla, entre otros.

Para aprender el arte de la jabonería, Karina contactó en marzo del año pasado a artesanos españoles, que son los maestros por antonomasia de esta actividad. Luego de ensayar recetas y mejorar la fórmula que duró unos siete meses, decidió instalar una pequeña mesa en la feria de comercio justo que se realiza en el Centro Comercial La Esquina de Cumbayá. "Me contacté con mucha gente de afuera, lo cual me permitió mejorar el producto", comenta la microempresaria.

Los artesanos que se congregan en este sitio se convirtieron pronto en sus proveedores. "Nos proveen de cacao orgánico, de aceites de ajonjolí, de manteca de coco y otros", recuerda Belén Herrera, socia de la iniciativa.

Los productos también se vendían a amigos y familiares que pronto se convirtieron en sus fans número uno. El emprendimiento nació de una necesidad personal. "No encontraba un jabón que me guste, muchos me resecaban la piel y pensé en fabricar uno a mi gusto", recuerda Karina.

La joven empresaria, quien se define como una emprendedora en potencia, dice que el crecimiento de ventas la impulsó en diciembre pasado al abrir una tienda en La Esquina.

Con ello, requirió contratar personal, pero lo hizo con un enfoque social. Así fue como llegó María Soledad Llerena, su vendedora estrella. "Buscamos gente que en otros sitios ya no les quieran contratar por la edad, pero yo creo que son más productivas".

Por ahora, el emprendimiento es una tarea adicional a una agencia de publicidad que Karina abrió hace algunos años.

Pero ella espera que la iniciativa se desarrolle y la meta que se ha trazado es la exportación. Actualmente, está en proceso de constitución de la empresa.

Lola Valencia es una de sus clientas desde que empezó a fabricar y vender en la feria de La Esquina. "El producto es fresco, los jabones son aromáticos y más que nada son naturales y orgánicos".

La clienta compra para uso personal y regalo unos USD 15 mensuales. "En Navidad les regalé a mis amigas estos productos y causaron sensación".

La producción

Los insumos. El 80% de insumos de sus productos es local.

Los productos. Jabones y cremas.

Los objetivos del negocio. La iniciativa busca abrir más locales y, en el largo plazo, exportar.

6 000 dólares fue la inversión inicial de este emprendimiento.