La manabita Shenny Zambrano es la propietaria de los cebichochos El Popeye, ubicados en Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

La manabita Shenny Zambrano es la propietaria de los cebichochos El Popeye, ubicados en Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES

Las recetas con chocho le abren mercado

21 de marzo de 2017 11:18

En Santo Domingo de los Tsáchilas el cebichocho se degusta con pollo y camarón.
La familia Zambrano, oriunda de Manabí, inició con el emprendimiento Cebichochos El Popeye hace dos años.

La propietaria, Shenny Zambrano, recuerda que le diagnosticaron diabetes y le recomendaron consumir chocho, como un complemento en su alimentación diaria. “En Manabí no se consume y la verdad no me gustaba mucho, pero gracias a mi hija Mercedes Loza, lo probé”.

Loza recuerda que en Machachi (Pichincha) visitó algunos locales en los que vendían cebichocho. “Me gustó la idea. Pero tenía miedo que en Santo Domingo no tuviera éxito”.

Así que la familia empezó a añadirle productos que se consumen en la Costa como el pescado, el atún, el camarón y el pollo. En las degustaciones a los amigos y familiares, las opciones más aceptadas fueron las del chocho con camarón, pollo o la combinación de los dos ingredientes.

Luego pensaron en una ubicación para abrir el primer local. Para ello invirtieron USD 7 000 en adecuar el negocio. Eso debido a que la preparación del cebiche se hace frente a los comensales. “Nos hicieron una mesa, en las que van las tarrinas con los alimentos bien tapados para evitar contaminación”.

Zambrano recuerda que arrendaron un sitio céntrico, ubicado cerca de cuatro colegios. “Nuestro objetivo era llegar a los estudiantes porque ahora se impulsa en los colegios la comida sana”.

Por ello hicieron combos estudiantiles desde USD 1, que contiene chocho, chifles, tostado, jugo de tomate, cebolla, entre otros.

Los primeros meses no tuvieron tanta acogida; se vendían a diario entre 50 y 100 tarrinas de USD 1. Pero poco a poco la clientela aumentó. En la actualidad se vende hasta 500 tarrinas, de lunes a viernes. “Nos esforzamos en el jugo de tomate, que le da un sabor especial al cebiche y también en la atención a los clientes”.

El estudiante Juan Carlos Arias señala que desde hace un año es cliente de El Popeye. Él lo consume porque le da más energía para asimilar las clases y también porque es económico. “La señora que atiende es muy buena con nosotros. Nos pone la ‘yapa’. De cariño le decimos ‘madrina’”.

En El Popeye se encuentran platos desde USD 1 hasta 3,50. El negocio es atendido por tres personas, en horario de 10:00 a 21:00 de lunes a sábado.

En el 2016 abrieron una sucursal cerca de la unidad educativa Santo Domingo. En ese lugar invirtieron cerca de USD 7 000 para que se pareciera al primero. Para ello utilizaron colores naranja y verde. Además, instalaron una mesa en la pared para que pudieran ingresar más clientes. “Fue un buen sitio porque en el sector solo se encuentra comida chatarra”, explica Zambrano.

Ahí los clientes además de los estudiantes son los padres de familia y profesores de colegios que funcionan en el sector. En los locales se han colocado carteles en los que le explican a los clientes los beneficios de consumir regularmente chocho.

Según Zambrano, uno de los fines del emprendimiento es que las personas aprendan alimentarse bien. Por ello, el cebichocho no se le entrega sazonado al cliente. “En las mesas hay sal, aceite, limón para que sean las personas las que decidan como degustarlo”, señala la emprendedora.

El profesor José Gavilanes comenta que el negocio de los cebichochos ha sido una alternativa para los docentes que hacen doble jornada y deben almorzar en la institución. “Con un cebichocho grande puedo estar tranquilo hasta las 16:00, que termina mi jornada”.

Por ello, el emprendimiento también ha captado a clientes que realizan dietas alimenticias o que sufren enfermedades como diabetes, hipertensión o estreñimiento. “Hay personas a las cuales no se les pone chifles. Otras que prefieren sin tostado o sin sal. Se los complace a todos”, explica la dueña de este negocio.