En el centro histórico de Cuenca operan empresas que envían y reciben remesas. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES

En el centro histórico de Cuenca operan empresas que envían y reciben remesas. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES

El monto de las remesas creció en el primer trimestre 

11 de julio de 2016 06:44

La remesas que arriban al Ecuador cobran más relevancia en la actualidad debido a la desaceleración económica. Estos recursos subieron un 12,1% en el primer trimestre de este año con relación al mismo período del 2015, de acuerdo con los datos del Banco Central del Ecuador (BCE) y se acercan al monto del 2014.

En los tres primeros meses de este año llegaron USD 594,7 millones. De esa cantidad, el 57,7% arribó de Estados Unidos, el 24,7% desde España y el 6,5% provino de Italia, que son los principales países de residencia de los emigrantes ecuatorianos. Según los registros consulares del 2015, en esos tres países viven 1,7 millones de compatriotas y en todo el mundo son 2 020 000 ecuatorianos.

Si bien el crecimiento de las remesas se sustenta principalmente con el mayor envío de los emigrantes radicados en Estados Unidos (19,3% de aumento), quienes viven España e Italia también mandaron más dinero, en el primer trimestre del 2016, según el BCE. Los incrementos son del 2,5% en el caso de España y 14,9% de Italia. En los últimos siete años había una constante tendencia a la baja por la crisis económica en esos países europeos.

Para el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, las remesas son cruciales en la actual coyuntura económica, porque representan un ingreso vital de divisas en un país que debe mantener la dolarización. El Ecuador se nutre de dólares a través de las remesas, inversión extranjera y exportaciones, principalmente.

Estas últimas bajaron un 25,5% en los tres primeros meses de este año con relación al mismo período del 2015. Y al comparar las remesas con la inversión extranjera, este primer rubro representó más del doble que el segundo, el año pasado. Es decir, los emigrantes mandaron USD 2 377,8 millones y por capitales extranjeros ingresaron 1 060 millones.

Mendieta, quien publicó el libro ‘Remesas y disparidades económicas territoriales. El caso ecuatoriano’, señala que las remesas se utilizan principalmente en la manutención de las familias porque hay quienes perdieron su trabajo. En un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo se estableció que quienes reciben menos de USD 250 en el Ecuador destinan el 74% a gastos diarios y cuando supera los USD 500 baja al 44%. El resto de remesas va al ahorro y lujos.

“Los migrantes no son ajenos a la realidad que vive el país y envían dinero para ayudar a sus familiares, para que cubran sus gastos”, dice Mendieta. Es el caso de la cuencana María Tránsito Guailacela, quien señala que su hija, quien vive hace 10 años en Estados Unidos, envía USD 200 cada 15 días. Ese dinero es para la manutención de sus tres hijos, que quedaron al cuidado de Guailacela. “Antes solo mandaba USD 100 o 150... Ahora tiene un trabajo estable”.

Boris B. vive desde 1994 en Nueva York, trabaja en construcción de lunes a sábados y no ha perdido su trabajo desde hace dos años. Desde finales del 2015 envía dinero todos los meses para ayudar a sus padres por la situación del Ecuador.

Mendieta señala que si bien se registra un incremento en la recepción de remesas, los montos no llegan a los niveles de antes de la crisis del 2008 y 2009. Él considera que el crecimiento se debe a que ese dinero es enviado por migrantes que viven más de 10 años en el exterior y tienen una vida establecida y porque ahora experimentan mejores condiciones por la recuperación estadounidense.

Humberto Cordero, subsecretario de la Comunidad Ecuatoriana Migrante, señala que estos recursos aportan al consumo interno, construcción de viviendas, salud, educación y “de cierta manera a emprendimientos, sobre todo, en la parte agrícola, turismo y artesanal”.

Del Ecuador se enviaron USD 67,98 millones

El Ecuador también es un emisor de remesas que salen principalmente a Colombia y Perú, a donde va el 73,7% del total. Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), en el primer trimestre del 2016 se enviaron USD 67,98 millones al extranjero. Esa cantidad representó USD 13,58 millones más que en el mismo período del 2015.

Colombia es destino principal y experimentó el mayor aumento en las remesas que salieron. Pasó de USD 26 millones a 39,8 millones al comparar estos períodos. En el último informe del BCE se establece que ese incremento se sustentaría en las constantes devaluaciones del peso colombiano con relación al dólar, “que en el primer trimestre del 2016 comparado con su similar del 2015, tuvo una devaluación del 29%”.

Según este informe, esta situación propició un mayor flujo migratorio desde Colombia buscando trabajo en el Ecuador. El decano de Ciencias Económicas de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, dice que otro factor que pudo incidir fue el envío de recursos del Ecuador para comprar bienes, principalmente, en la frontera colombiana por los precios son más bajos.

En el caso de las remesas enviadas a Perú, México y Chile, que son otros destinos principales, hay un descenso al comparar ambos períodos. Además, de Pichincha, Guayas y Azuay salió el 62,6% del total remitido al resto del mundo.

En un informe emitido por la Comunidad Andina se estableció que las remesas intracomunitarias (envíos entre Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia) totalizaron USD 80,4 millones en el cuatro trimestre del año pasado. Esa cantidad representó un crecimiento de 10,6% respecto al mismo período del 2014. También se destaca que las remesas que llegan a la Comunidad Andina desde el exterior subieron.

El dinero sirve para ahorrar y construir

Una ayuda a la familia, los ahorros para la vejez, la construcción de viviendas y el pago de deudas son algunas de las razones que tienen las personas para enviar remesas a sus parientes desde o hacia Ecuador.

Guayaquil, Cuenca y Quito son las principales ciudades que reciben estos recursos a escala nacional. En el primer trimestre del 2015, estas tres urbes receptaron USD 340,9 millones, que representa el 57,3% del total de remesas que llegaron en este período.

Marcia Guallichico es docente y madre de un niño. Hace 15 años, sus padres viajaron a España para conseguir mejores ingresos económicos. Primero viajó su madre, quien trabaja en una residencia para adultos mayores. Mientras que su padre se desempeña en trabajos de construcción ocasionalmente.

Sus padres le envían diferentes sumas, entre USD 150 y 500. Los primeros años mandaban más para que su hija guarde el dinero en un fondo individual. “Abrí dos cuentas para cada uno a mi nombre y ahí deposito el dinero”.

Las remesas también se destinaron para la construcción de viviendas para sus padres, sus hermanos y para ella en unos terrenos ubicados en el sector de San Juan de Cumbayá. “Con la plata hice algunas adecuaciones en mi casa. Levantamos el segundo piso de la vivienda de mis papás”, expresa Guallichico.

En la parte de atrás de su hogar está la casa de su hermano, quien reside en España. “Mis padres se llevaron a mi hermano para que trabaje allá; pero también enviaban dinero para que se construya su casa”.

Ahora también mandan dinero en ocasiones especiales. Por ejemplo, en su cumpleaños o en el de su nieto. “Nos envían como un regalo para que nos compremos alguna cosa personal”.
La mujer de 40 años espera el retorno de sus padres para que disfruten de sus fondos, que continúan intactos. “Espero que en unos dos años más vuelvan al país para que disfruten de los réditos de su trabajo, ya que están a punto de jubilarse”.

Según información del Banco Central, los emigrantes de la Costa residen principalmente en España e Italia, al igual que los de la sierra norte. En cambio, del Austro viajan fundamentalmente a Estados Unidos.

Amanda Collaguazo es otra docente que recibe dinero del exterior. El padre de su hijo envía un monto de USD 400 al mes para la educación y manutención del joven de 12 años. La mujer asegura que es un ingreso positivo para que su hijo tenga días mejores y pueda acceder a una educación de calidad.

Señala que su esposo decidió no volver a Ecuador, por lo que se separaron. “Afortunadamente rsigue con su responsabilidad como padre con su hijo”, cuenta la mujer quien vive en Puembo.
El dinero sirvió además para adecuar su vivienda y para ahorrar en una cuenta para su hijo y para otras necesidades de la casa, indica.

La ayuda a los familiares es la principal motivación de César Henao, quien es colombiano pero reside en Quito hace más de 20 años. Él levantó una empresa de diseño de modas junto a un socio ecuatoriano. “La situación en Colombia no es buena, por lo que decidí enviar dinero a mi madre. Cuando el negocio se levantó pude enviarle dinero para que se mantenga y tenga una mejor vida”.

El hombre envía entre USD 200 y 500. Lo hace cada tres meses mediante empresas que se encargan del envío de dinero o depósito.